VIII. 20/03/2015 Cerramos el telón... De momento

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Pasamos 3 meses, no, un poco más, viviendo como una pareja de película, pero llegaba el momento, nos tocaba regresar a Perú, la diferencia era que yo me quedaría ahí y tu no. Recuerdo que lloraste una noche en mis brazos luego de que tu madre te llamara para preguntarte si querías llevarte el portátil o te lo dejabas, apenas colgaste, echaste a llorar, me dijiste que no querías irte, que nos quedáramos para siempre en Cancún, no era posible, no quería hacerte problemas con tu familia, lo mejor era dejarte ir por las buenas, aunque eso me rompiera el corazón desde incluso antes de tomar el avión de regreso.

-en la habitación del hotel, poco antes de salir-

Tu: Y si te enamoras de alguien más? Aun me podrás ver como a una amiga?

Yo: Sabes que no me fijare en nadie más, recuerda que yo no creía en el amor hasta conocerte, aunque suene lo mas ridículo del mundo.

Tu: Ay por favor! No digas estupideces, la vida no es como tu crees, no puedes pensar que las cosas pasarán como tu quieres.

Yo: Crees que no lo se? Que para mi lo nuestro será igual cuando te vayas? Tengo terror de perderte y lo peor es que no puedo evitarlo!

Llegamos al aeropuerto sin hablarnos, solo nos quedamos en la cafetería un momento esperando que pasara el rato, tomé un sorbo de mi café mirándote a los ojos, una lágrima rodeaba el contorno de tu ojo, levantaste la mirada, nos vimos fijamente, sin parpadear, sin girar la mirada, esperando que el tiempo pase...

Yo: Te amo -susurrando muy despacio-

Te levantaste sin responderme, no te culpaba, la verdad, no había mucho que decir, quiero decirte tantas cosas, prometerte que todo estará bien, que seguiremos juntos, pero no, no pasaría eso, eso lo tenia claro, de momento en mi cabeza.

El viaje duró varias horas, de las cuales la mayoría parecían de velorio, ni una sola palabra entre los dos, solo silencio y miradas por momentos, no podía quedar así, con una discusión, no , así no.

Yo: Maj... 

Tu: Amor, perdóname. -Me interrumpiste.-  Perdóname por lo del hotel, es que, me siento tan.... impotente, porque te amo y no quiero que nos separe...

En ese momento, por el más puro instinto, te silencio con un beso, no quiero soltarte, siento que será el ultimo, que cuando te suelte te irás para siempre, no quiero, prefiero.... solo... disfrutar el momento.

Cuando ya todo se ha calmado un poco, abro los ojos, porque quiero ver si alguien nos esta viendo, efectivamente, un señor de unos 50 años estaba demasiado indignado a nuestro lado, te solté lentamente.

Señor: No no, no se preocupen por mi, sigan en lo suyo.

Yo: No señor, ya terminamos, verdad amor?

Soltaste una risa de las típicas luego de haber llorado

Tu: Eres un baboso. :)  -Me dijiste en tono muy juguetón-

Quiero aclarar que no soy un baboso, me gusta animar los ambientes con babosadas.

Llegamos al aeropuerto y las aguas ya se habían calmado un poco más, incluso podía tomarme un poco más tranquilo lo de tu partida, de cualquier modo, nadie dijo que no podrías visitarme en vacaciones, o aún mejor, que yo me vaya unos días a Barcelona a ver que pasa, siendo yo un aficionado a muerte del Barça, me vendría de puta madre. De cualquier modo no estaba tan mal después de todo.

A pesar de lo que mencioné, me seguía doliendo mucho tu partida, ni siquiera teníamos un día más juntos, solo estabas de pasada en Perú.

-En la sala de embarque, frente a tu familia-

Tu: Se que esto es repetitivo, pero, promete que intentarás tanto como yo que esto aguante

Yo: Aguantará, ya veré la forma, pero aguantará

De pronto, nuevamente, no había palabras, solo abrazos, besos, caricias, lagrimas, por ultimo una simple y entrecortada frase: 

Ambos: Adiós, TE AMO...

Nos vimos sonriendo, me despedí de tu madree, tu padre, y de tu hermano, al que nunca le caí bien, me miró con algo de desprecio, pero respetando la situación,  nos dimos un abrazo, te tome la mano y al final de todo, te dejé partir al final, no quise ser tan específico en esa parte porque la verdad es que fue mucho más simple de lo que yo creía.

Tomé un taxi, ni siquiera volteé a ver el avión en el que partías, por alguna razón solo, no podía, pero ya luego de varios minutos miré al cielo, vi un punto en el cielo, no sabia si era, pero quise imaginar que eras tu.

Llegué a mi casa, muy callado, por algún motivo mi madre no estaba, tampoco me llamó ni fue a recogerme al aeropuerto ni mi padre, ni mi hermana Sagra, estaba solo en casa, me recosté a dormir, no estaba triste, solo estaba extremadamente desanimado para cualquier cosa, como si me hubiera convertido en roca, reviso el WhatsApp y tu ultima conexión fue hace 1 día, supongo que no era raro, andabas en un avión.

Siento el timbre, me levanto desganado, llego a la puerta, la abro, mi madre se me lanza y me da un abrazo fuerte...

Mamá: Hijito!!, te extrañe mucho. -Me transmitió un poco de calidez, la típica calidez materna, pero el desánimo nadie me lo quitaba-  Te tengo una noticia que te matará de la emoción.

Yo: Si? que? Que pasa?

Mamá: Recibimos una oferta del... Chan chan chaaaaan...-Dijo sacando un papel de la cartera

Abrí los ojos como platos y mi corazón se aceleró...

Mamá: Del Barça!!! -Dijo con una felicidad enorme en la voz- Te lo intenté decir varias veces, pero siempre estabas ocupado, por eso, me tome la libertad de aceptar la oferta y hacer todos los trámites en tu ausencia, tu padre y tu hermana ya están allá, haciendo el papeleo, ya sabes.

Me entregó el papel, mi mano temblaba...

No podía decir nada, solo me limite a leer el papel.

En ese momento pensé, yo, jugando en el Barça, no importa en el B, pero estaría cerca de ti, el destino me había sonreído, mis dos mas grandes anhelos se verían al fin hechos realidad, te escribí inmediatamente, aunque sabía que no te llegaría hasta que llegues.

Dios, que feliz estaba....





Cartas de AdiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora