Prólogo

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El gran jardín de Zeus había sido reconstruido después del incidente con Balder, pero ahora no tenía el gran edificio en el que antes, todos los dioses, estudiaban. Ahora estaba lleno de árboles, plantas, flores, arbustos, animales de todo tipo, etc. En el centro de aquella inmensa isla flotante se encontraba Zeus, reposando tranquilamente. Todo era paz y armonía, las plantas estaban radiantes y los animales jugaban felices.

Lo que nadie sabía, ni siquiera el poderoso Zeus, es que muy cerca de aquella isla, en un puñado de rocas y nubes, Line, un poderoso y muy malvado mago, comenzaba a despertar de su largo sueño de dos mil años. En el momento en que escucho el chillido de unas aves, que se habían alejado del jardín por estar jugando, despertó completamente.

Un poderoso rugido se escucho por todo el jardín de Zeus, alarmando a todas las criatura que allí se encontraban. Zeus, sospechando lo peor, se levantó de su lugar de descanso y se acercó al lugar de donde aquel ruido había salido. Y era como lo sospechaba. Line, a quien había dormido después de una dura batalla, había despertado.

Los dioses, como por arte de magia, aparecieron en el lugar. Al parecer ellos también habían escuchado aquel rugido.

-¿Que sucede? Zeus -demandó saber el dios del mar.

Zeus no respondió, sino que siguió mirando aquel mísero y desolado lugar. Los dioses captaron rápidamente lo que estaba sucediendo cuando vieron la inmensa figura de Line.

Line podía ser catalogado como mago, pero eso no significaba que tuviera forma humana, éste tenía un cuerpo enorme, similar al de un minotauro, pero mucho más grande. Tenía un cuerpo musculoso, su piel era de un tono gris, casi negro; carecía de cabello y lo único que cubría su cuerpo era una mal tratada toga que antiguamente era blanca, pero con el tiempo y la suciedad adoptó un color más oscuro

Line miró para todos lados, cuando vio el jardín una rabia descontrolada apareció en él. Dio otro rugido y mientras todos estaban desconcertados apuntó en dirección a los dioses y un rayo de luz salió de su mano. Aquel rayo se dividió y cada fragmento que apareció se proyecto en cada uno de los dioses, incluido Zeus, hechizándolos.

Line había utilizado demasiada energía en ese hechizo, y tomando en cuenta que había despertado sólo hace unos minutos de su gran sueño y que al haber embrujado a los dioses perdió mucha energía, volvió a dormirse por unos cuantos años más.

El problema que aquel individuo había dejado regaría el caos por todos lados, nuevamente.

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