Un vino por la mitad.

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Las noches más espectaculares eran en las cuales nos amábamos en el balcón, después de vaciar una botella a la mitad, generalmente los viernes.

Las mejores mañanas se repartían entre los domingos sin compromisos y los jueves más tranquilos, en los cuales nos sentábamos en la cocina y aún dormido tocabas por debajo de la mesa mi pie con el tuyo distraído pero intencional mientras tomabas tu café, o té, o jugo de naranja.

Vos tenías mucho sabor a naranja los jueves más sumisos.

-Julieta.

Como un dulce de café.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora