Capítulo 3: No puedo quitar mi mente de ti.

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Capítulo 3: No puedo quitar mi mente de ti.

Es año nuevo y Matthew nunca ha esperado tan desesperadamente a que llegara.

No exactamente por la fiesta que usualmente se celebra, sino por lo que trae consigo: el comienzo del nuevo tour. Y eso nos lleva al motivo principal: ver a sus amigos de nuevo, pero más que eso, volver a ver a Dominic.

Lo extrañó tanto, que ahora cree no ser muy normal, pero no le importa. Desde los últimos veinte días, nada parece ser normal para él. Además, aunque a Gaia le encanta ir a América, decide no ir con él en el tour, debido a sus compromisos laborales. Pero eso no hace sentir melancólico a Matt, ni siquiera nostálgico. Justo lo contrario. Lo hace sentir simplemente... libre.

Y este es otro aspecto que no está reportado en la enciclopedia de la normalidad, suponiendo que esta enciclopedia existiera, por supuesto.

Esta y muchas otras consideraciones ahora son propias de la lluvia de ideas que rodean al chico, durante su vuelo a Nueva York. Probablemente continuaron aun cuando él estaba ocupado durmiendo. Pero ahora está más que despierto y activo, bien al corriente de que no le tomará más de una hora al avión para aterrizar. Así que espera, tamborileando nerviosamente con los dedos en su pierna sin parar, con un ritmo que se vuelve cada vez más y más frenético, y pronto también la otra mano copia el mismo movimiento en la otra pierna. Tal vez está haciéndolo para pasar el tiempo, tal vez está haciéndolo inconscientemente y es un signo de su enorme impaciencia, o simplemente está haciéndolo a propósito, con el fin de mantenerse alejado de sus pensamientos, al menos por un rato.

Qué mal para él darse cuenta pronto de lo que, de hecho está haciendo.

"Muy bien Matt, ¿qué demonios haces? Estás tamborileando. Y, ¿quién usualmente tamborilea? Los bateristas. Y ¿quién es un baterista? Dominic. Y ¿en quién se supone que no debes pensar más? Mis respetos, genio. ¡Otra vez con esto!", su conciencia lo reprende.

Así que inmediatamente para de tamborilear, obteniendo un visible alivio por parte de la persona sentada al lado de él. Un anciano que estaba ocupado bufándole en la cara, irritado, mirándolo fríamente y maldiciendo a todos los jóvenes y su incapacidad de quedarse callados y quietos por un par de segundos. No hay duda de que, éste con seguridad prefería al chico estando dormido.

Como su única respuesta, Matthew responde a su mirada y se encoge de hombros, girándose al otro lado, hacia la ventana, admirando la vista.

"Oh, claro. Primera Clase tiene todas sus ventajas, pero la verdad es que también está llena de personas viejas y petulantes, ¡que son molestas e increíblemente aburridas como el demonio! Aunque pensándolo bien, viajar en Clase Económica sería aún peor. Ya hasta puedo imaginarme allí, rodeado por un montón de fans que tienen fotos, carátulas de nuestros CD's y algunos diarios, histéricamente, esperando ansiosos a que yo los firme. Y luego me dejan ciego con todos los flashes de sus cámaras, me dejan sordo con el volumen de sus gritos, y me atontan, tratando de persuadirme para tocar los playlists que más quieren, sabiendo que CADA UNO DE ELLOS tiene una petición diferente! Amo a los fans y todo, pero... de ninguna manera, Primera Clase es mucho mejor. De todas maneras, no hay tantos fans en donde vamos a empezar el tour ahora... Bueno, después de todo, nuestro objetivo principal es conseguir más fans allí. Hey, pero... espera un momento. Lo logré, ¡Pude hacerlo! Estoy pensando en otra cosa, ¡no más Dominic! Oh no, mierda... ¡otra vez! Okay, ¿cuánto tiempo resistí? ¿Tres minutos? Bien, es un comienzo".

El chico se rinde, rodando los ojos y pasando las manos por su cabello, alborotándolo, antes de dejarse caer pesadamente en el asiento. El impacto hace saltar al anciano, despertándolo a continuación, justo cuando por fin se las había arreglado para dormir. Y esto hace que Matt se gane otra mirada gélida por parte de él y un montón de quejas ininteligibles, aunque se las arregla para escuchar claramente un par de insultos. El anciano vuelve su espalda a él, y bufa fastidiado una vez más, tratando de recuperar el sueño, en lo que Matthew finalmente sabe qué hacer para matar el tiempo: empezar a trabajar en una nueva canción que se llame 'Molestias de Primera Clase (¡¡Maldito condenado viejo cascarrabias, haré de tu vida un infierno, aunque, a juzgar por cómo te ves, parece que tu vida acabará pronto!!). Entre sus severas maquinaciones y malvadas conspiraciones, el avión por fin aterriza. Matthew se baja de este y se apura para recoger su equipaje, en especial su muy llamativa maletita de ruedas, de color rosa brillante, casi fucsia. Es probable que lo hubiera tomado prestado del guardarropa de Gaia, pero es incluso aún más probable que no lo hiciera... y eso es aún más preocupante.

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⏰ Última actualización: Dec 18, 2015 ⏰

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