A la mañana siguiente me desperté, escuchaba voces al final del túnel.
-Carter, despierta.-Susurré.-Tenemos que irnos alguien viene.-
Carter se levantó y salimos de aquel extraño túnel, pero unos hombres nos vieron cerrar la trampilla y comenzaron a perseguirnos.
Entramos en una cueva y nos escondimos tras una piedra.
-¿Que quieren de nosotros?-Dije muerta de miedo.
-Será que esoso túneles son cosa del gobierno para salvar al presidente y a los putos famosos.-Dijo Carter enfadado.-Y dejan morir a los demás.-
-Tranquilizate Carter.-Le abrazo.-Encontraremos un refugio.-
"¿Dónde se han metido?"Decia la voz de uno de los hombres.
"No pueden escapar, saben lo del refugio, ellos se lo contarán a mas gente, y querrán entrar."Dijo otro.
"Hay que impedirlo."Volvió a hablar el primero."Pero no creo que hayan sido tan idiotas que hayan entrado en la cueva de los rebeldes, pero si es así ellos se encargarán de matarles."
Entonces se fueron, al girarme vi la punta de una espada a escasos centímetros de mi cara.
-¡¿Quienes sois y que haceis aqui?!-Dijo el que empuñaba la espada, un hombre de unos venticinco años.
-Escapando de unos hombres del gobierno que tienen un refugio bajo tierra para el precidente y los famosos.-Dijo Carter preocupado que me matara.-Ahora aleja la espada por favor.-
El hombre bajó la espada.
-¿Dónde está ese refujio?-
-En el bosque, esta noche te lo enseñamos ahora es demaciado peligroso.-Dije.
-Yo no me acuerdo donde esta.-Dijo Carter cogiendome de la mano.
-Tranquilo yo si.-
El hombre nos miró.
-Yo soy Azael.-
-Yo Carter y ella Alex.-
Azael decidió llevarnos al refugio de los rebeldes donde hariamos un plan para entrar en el refugio.
Al llegar todos nos miraban y susurraban: "Como se ha atrevido a traer desconocidos" "Mira una mujer"
Al parecer yo era la única mujer en el refugio el resto habian huido o habian muerto.
Fuimos ante el jefe, era un hombre de unos cuarenta y seis.
-¿Por que haz traido unos desconocidos Azael?-
-Ella sabe donde esta el refugio del Gobierno.-
-¿Y el?-
-Son pareja señor.-
El hombre nos miró.
-Tú.-Me señaló.-Como os llamáis.-
-Yo Alex y el Carter.-
-Alex es nombre de hombre.-
-Mi nombre es Alejandra me llaman Alex.-
-¿Podrás llegar a la trampilla de noche?-
-Si, señor.-
-Bien, esperad en vuestra habitación,os avisaremos cuando nos vayamos a ir.-
Azael nos llevó a una habitación, si es que se le puede llamar así. Solo habia un colchón grande en el suelo y un cuenco con agua y una toalla.
Estuvimos alli unas diez horas dormimos siete, al caer la noche nos fueron a buscar y nos dieron unas armas.
Salimos y nos adentramos al bosque, me acordaba perfectamente del camino y llegamos a la trampilla apenas diez minutos tras salir de la cueva.
Abrí la trampilla.
-Es aqui pero son demaciados, nos matarán ademas tienen mejores armas.-Dije.-Tal vez deberiamos volver con refuerzos.-
-Somos setenta hombres y luego estas tu, podremos con ellos.-Dijo Azael antes de saltar dentro de la trampilla y yo salté tras el.
Nos dividimos en dos grupos, mi grupo se fue por la derecha del túnel por donde esa mañana había escuchado voces y el grupo de Azael por la izquierda por donde no se escuchaba nada, era todo silencio.
Tras caminar quince minutos llegamos a una puerta se escuchaban voces y vi que el manillar giraba. Divisé un túnel a la izquierda de la puerta.
-¡Al túnel!-Ordené.
Todos entraron y yo me quedé fuera vigilando, la puerta se abrió y me escondí en el túnel, vi a un hombre alto pálido vestido con violeta claro y un pañuelo rosado al cuello, le seguian dos guardaespaldas.
Me quedé mirándole y vi que era el hijo del director de mi instituto, el ya habia dejado los estudios a los diesiocho, ahora tendria veintidos. Tenía ganas de atacarle le odiaba, cuando iba al instituto me hacia la vida imposible pero no me moví para salvar a Carter y mis otros compañeros.
Cuándo ya estaban lejos salí y ordené a los demás que se quedaran en el túnel por si ocurría algo.
-Carter, no salgas pase lo que pase ni tu ni nadie estaré bien, si me cogen uid.-
-No te voy a dejar sola Alex, te quiero demaciado para dejarte con esos.-
-Házlo, por favor, si Keith me ve mandarán a mataros.-
-Volveré a por ti.-
Abrí la puerta y divicé la gente importante del pueblo, el alcalde, el director del instituto, el jefe de policia, etc junto a sus mujeres e hijos.
Ellos si eran importantes pero...¿y la gente del montón? Como nos llamaban ellos. Mucho decir que les importamos.
Cerré la puerta cuidadosa mente y me giré y me choqué con Keith, el hijo del director. Y me agarró.
-Vaya mira a quien tenemos aquí.-Dijo con su sonrisa malévola.-Mi amiguita Alexandra.-
-Alex capullo.-
-¡Mas respeto!-Gritó uno de los guardaespaldas.
-Déjala me la llevo asi tengo alguien a quien molestar.-
Me empujó dentro de la sala y todos me miraron con cara de asco y odio.
-¿Que hace esa aqui?-Dijo Isabel la hija pija del banquero.
-¿Que te importa pija?-Dijo Keith mirándola con odio.
Keith me sacó de aquella sala y me llevó a su habitación, tenia dos camas un tocador y un mini bar.
-Gracias.-
-De nada, me cae fatal.-
-Algo en común despues de todos estos años.-
Keith rió y sacó dos cervezas y me extendió una.
-¿Quieres una o pasas por tener 16?-
-Dame una y respondeme a una pregunta.-Hize una breve pausa y le miré.-¿Por que eras tan capullo conmigo?-
Keith me dió la cerveza y se sentó junto a mi y me miró.
-Lo siento, era un inmaduro, no sabía lo que hacia, ¿me perdonas?-
-Claro.-
Varias horas despues me quedé dormida y desperté en un extraño calabozo.
-¿Donde estoy?