One-Shot

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Era un caluroso dia de verano en el templo Mikage, cuando dos figuras intentaban combatir ese asfixiante calor. Tomoe era un kitsune blanco, con cola y orejas de zorro de igual color, mirada violácea fría y expresión de disgusto, contrastando con el estaba Nanami, con su pelo castaño expresión amable y ojos risueños color castaño tambien ambos a la poca sombra del patio trasero, Tomoe tumbado en el porche y Nanami sentada en la hierba.
-... ¡Oye!¡Tomoe! ¿Me estas escuchando? Hace demasiado calor para estar en el templo... - la Diosa llevaba un pantalón pirata y una camiseta de tirantes cosa que para los gustos antiguos el familiar presente parecía todo un escándalo su falta de ropa.
- No se como puedes ser tan molesta - Tomoe remango su kimono, hacia un calor inusual que ambos estaban sufriendo - No puedo hacer nada contra el calor - hizo un gesto de disgusto y le dio la espalda a la Diosa. Hacía tiempo que Tomoe sabia que sentía algo más que respeto por su nueva ama, sentía ese este año acelerar de sus latidos en su proximidad y eso lo ponía de mal humor ¿porque una humana como ella?
En el tiempo que se distrajo la joven había arrastrado un viejo y polvoriento ofuro (bañera tradicional japonesa hecha de madera con forma de tonel redondo) asta el patio desde el almacén.
- Que pretendes hacer con ese viejo trasto - Nanami había comenzado a limpiarlo con alegría y Tomoe contemplaba el esbelto y ahora húmedo cuerpo de la Diosa.
- ¿No es obvio? Voy a bañarme - aquellas palabras que con tanta naturalidad dijo hicieron acelerar el corazón del otro que miraba un poco incrédulo - Con mi traje de baño - sorprendido en sus pensamientos Tomoe reaccionó adquiriendo su característica falsa indiferencia.
- No estropees el traje de baño de la escuela - mientras el hablaba Nanami se había quitado la ropa ante sus ojos quedándose en un bikini rosa que resaltaba en la piel de la Diosa haciendo que el kitsune se sonrojara y sobresaltara - ¡Como te cambias así delante de un hombre!
- Pero si llevo el bikini debajo, el bikini que me dejo Ami - cogió la manguera comenzando a llenar el ofuro mojándose el pelo para refrescarse, Tomoe miraba con atención cada movimiento de la diosa, ella solo jugueteaba con el agua pero a el comenzó a parecerle tremendamente provocativo ¿cuando había desarrollado ese deseo por ella? Un chorro de gélida agua lo despertó de su ensoñación - ¿te encuentras bien? Estas muy colorado - con total inocencia puso su mano en la pálida frente del kitsune que no pudo más que ruborizarse y sorprenderse.
- Es solo que hace calor - Con fingida molestia se levantó intentando ocultar lo que la presencia de la diosa provocaba en el familiar - voy a cambiarme - un tanto excitado el zorro fue a cambiarse "¿cuando e tenido yo que reprimir mis deseos sexuales?" - Tsk - Con pereza se cambiaba la ropa y se ceñia un bañador tipo pantalon y al salir de la habitacion se topo con una curiosa Nanami de frente envuelta en una toalla pequeña que solo cubria su cuerpo - ¿que haces aqui?
- Parecias un poco enfermo - En ocasiones la madura diosa parecía una inocente niña y eso hacia a Tomoe querer robarle la ingenuidad.
- Solo estoy acalorado - aclaraba andando delante de ella que lo seguía. Pisando uno de los charcos qué ella misma había hecho al entrar al templo resbaló encontrando en su camino solo la cintura de Tomoe a lo que se agarro haciéndolo tambaleándose ligeramente quedando su cara a la altura de la cola del kitsune.
- ¿vas a quedarte ahí mucho rato diosa torpe? - Tomoe utilizo un tono sarcástico que poco tenía que ver con su estado actual cada lugar qué había tocado la diosa le ardía y sus brazos estaban cerca de una zona altamente excitable.
- ¡Perdón! - decía de rodillas en el suelo mientras el otro le dedicaba una fría mirada que poco tenía que ver con lo que realmente sentía.
- Vamos - decía al otro caminando raudo metiéndose en el ofuro.
- Tomoeeee eres malo yo también quiero entrar - la diosa zarandeaba Al otro de los hombros intentando entrar
- Pero no cabes - decía abriendo las piernas para rellenar más espacio sin mucho éxito pues ella se coló igual a la ofuro quedando con sus piernas al rededor de las caderas del otro.
- ¡NO!¡FUERA! - aunque quisiera evitarlo ya era demasiado tarde, todo su autocontrol se había esfumado y una incomoda erección se alzaba entre sus piernas clavándose en el estómago de la chica que salía despavorida y ruborizada camino al bosque tras el templo corriendo descalza - ¡NANAMI! - Seguramente ya estaba lo suficientemente lejos como para no oírlo por lo que incomodo se puso un kimono por encima y comenzó a caminar tortuosamente buscando a la chica. El roce del bañador en su miembro era tortuosamente doloroso, y la imagen de la diosa mojada y prácticamente desnuda en medio del bosque no le ayudaba a aliviar la situación - ¿Nanami? - Continuaba andando lo más que podía siguiendo el rastro de la muchacha qué se adentraba asta un claro lleno de vegetación en el que estaba tumbada de lado contemplando una mariposa que se posaba enfrente suya. - Te fuiste lejos - Tomoe se apoyo en un árbol mirando con fingido desdén, sus años de abstinencia y la imagen de la diosa así en el suelo solo lo excitaba más y lo último que quería era hacer una estupidez.
- Perdón, fui inmadura - Nanami estaba sonrojada a más no poder y sus pies estaban rasguñados de correr descalza.Tomoe se dio la vuelta tratando de volver pero haber andado asta ayi pero la incomodidad lo hacían parase cada pocos pasos. - ¿duele? Quizas podría ayudarte - Tomoe se giró más que incrédulo encontrándose con una diosa ruborizada que se tapaba los ojos con una mano, Tomoe se abalanzó sobre ella besándola con lujuria los virginales labios de la diosa.
- Por favor hazlo, esto es casi una tortura - entre el beso Tomoe comenzó a arrancar las pocas prendas de ella dejándola totalmente desnuda - Me tienes todo el día excitado - susurraba a la oreja mientras comenzaba a lamer uno de los senos de la diosa haciéndola gemir - y me has echo caminar asta aquí - Tome se quitó su ropa mostrando su imponente erección humeda deseosa de acción a lo que la diosa tubo qué reprimir otro impulso de correr y este dándose cuenta la sujeto las muñecas contra el suelo - Jamás nadie me había tentado así - Nanami comenzó a masajear torpemente la erección del kitsune que se estremecía ante aquel toque indecoroso. Al mismo tiempo este la masturbaba haciéndole entrar en éxtasis retorciéndose de placer sin dejar su trabajo.
En un momento Nanami comenzó a lamer el miembro de manera lasciva y sensual, como si de la más deliciosa de las piruletas se tratase - ¡Ya no puedo más ! - con un movimiento y un beso penetra a la joven qué comenzaba a llorar mientras el comenzaba con un muy lento vaivén - Relájate - Tomoe besaba lentamente jugando con la sumisa lengua de la diosa parando de vez en cuando a lamer las lágrimas que escurrían por el rostro. - Eres perfecta - seguia susurrando mientras comenzaba a gemir e intentar seguir el ritmo del kitsune.
Entre jadeos y gemidos la voz excitada de la joven - Te quiero Tomoe
Calidez secreflejaba en el rostro del kitsune - Esas palabras se quedan cortas para describir lo que me haces sentir - en una última estocada Tomoe se vino inundando calidamente el interior de la chica - Te amo Nanami - en medio del éxtasis se dejó caer cubriendo con su cuerpo el de ella.
Después de un rato tumbados sobre las plantas Nanami se levantó colocándose el kimono del kitsune - Huele a ti - frotándose en el interior de la prenda lanzaba el bañador al otro.
- ¿quieres más guerra? diosa lujuriosa - Tomoe cogió en brazos a la dolorida diosa que se abrazó a su cuello
- Así que... Te he tenido tan caliente todo este tiempo - con las tiras risueñas de la diosa y el ligero sonrojo del kitsune comenzaba una nueva etapa en sus vidas que seguro les costaría explicar al pobre Mizuki.

Verano en el templo MikageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora