Marceline eso si que no lo veía venir, estaba, por primera vez en mucho tiempo, asustada por lo que pasaría.
-¡Yo, yo no sé, no creo que mis padres hagan algo así, no me jodas!- Habló Marceline con una risilla nerviosa-temblorosa la cuál quitó, inmediatamente, al ver la cara de su profesor.
-Pues créeme Marceline, ellos están muy preocupados, tu comportamiento es extraño y ellos no quieren que termines como tu her...- Grabriel cerró la boca en un santiamén, su cara se tornó de todos colores, su ojos y boca se abrieron exagerandamente.
-Profesor, ¿como mi qué?-Marceline no estaba segura de lo que el profesor quería decir y no entendía su raro comportamiento- ¿Profesor?, ¡Vamos!, como mi qué.??
Grabriel no podía creer que había hablado tanto, ¿¡como pudo ser tan estúpido!? , si Marceline se enteraba, no, no podía, jamás.
-Marceline debo irme, no te preocupes, no pasará nada.
Debía controlar su boca y lo que salía de ella, no podía arriesgarse tanto.
-Profesor no puede irse así, ¿acaso esconde algo?,¿ le han dicho algo mis padres?, que pasa,?, ¿por qué su cambio de humor, y porque tiembla?
Tantas preguntas estaban volviendo loco a Gabriel, no podía más con ello, sabía que nada la haría olvidar aquello. !En qué lío se había metido!
Marceline casi juraba que el iba a mencionar a un hermano, pero, ella era hija única y estaba completamente segura de eso, ¿que estaba pasando.? Lo averiguaria , no podía quedarse con la duda y si el profesor no se lo decía, alguien más lo haría.
Salió casi corriendo de aquel lugar, debía hablar con Hoss, su único amigo, el cuál, para todos era invisible pero para Marceline era más real que cualquier otra cosa en el mundo.
Marceline giró en dirección equivocada y pronto chocó contra algo fuerte, ahora se econtraba en el piso, ¿por qué siempre era tan tonta.?
Unos fuertes brazos la agarraron de la cintura y la levantaron, como si de una almohada se tratara.
-¡Rayos, perdóname, venía muy rápido y no te vi!- Marceline hablaba tan rápido, palabras salían torpemente de su boca. Ahora se encontraba frente a él y no podía creer lo que veía,¡Por Dios!-Pensó Marceline.
-No te preocupes, también fue mi culpa- habló el chico con voz grave y una hermosa sonrisa se instaló en su rostro- Soy Lucas- estiró su mano cortésmente.
Marceline le dio la mano, casi temblando, con una media sonrisa. ¿Era en serio tan guapo?- Alto, piel pálida, grandes ojos grises, unos hermosos labios rojos y cabello castaño un tanto desordenado.

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Delirios Del Alma M.S
FantasyCuando no te conformas solo con la rutina de la vida, entra la locura y con ella los delirios. Marceline Samuels y los delirios de su alma.