¿Por qué a mi?

Capitulo 2

Árbol. Perro. Piedra. Arena. Auto. Camión. Observe esas cosas por la ventana del bus, mientras estaba de camino a mi casa (camino a casa de mis abuelos).

Hace nueve años mis padres murieron en un accidente automovilístico, yo era aun muy pequeño, y me dijeron que papá iba borracho y mamá estaba inconsciente de tanto alcohol cuando todo paso, los perdí cuando apenas tenia seis años, desde entonces he vivido con mis abuelitos, en su casa. La casa donde vivíamos antes estaba a mi nombre, una casa grande con jardín y piscina, esa gran casa me pertenece; mis padres me dejaron una gran herencia cuando fallecieron (era asquerosamente rico con esa herencia), pero no he tocado nada de su dinero hasta ahora, ni tampoco me he atrevido a volver a casa de mis padres. No tengo hermanos, era hijo único, de hecho iba a tener un hermanito pero también falleció, ya que aun estaba dentro de mamá.

Sentí como algo resbalaba por una de mis mejillas, enterré mi rostro en mis rodillas, para que nadie viera mis lagrimas, y... llore, llore y llore, hasta secarme como una uva pasa, la casa de mis abuelos era a 20 minutos del colegio, tiempo casi suficiente para llorar y desahogarme.

Odiaba ponerme así, que el pasado siguiera haciéndome daño era inaceptable, se suponía que ya debía de haberse curado las heridas, pero no, aun el afilado pasado me atravesaba las heridas, impidiendo que estas curaran.

Cuando estaba a tres cuadras de mi casa algo capto mi mirada, poseyéndola, era un dibujo, no cualquier dibujo, si no, un dibujo de un ojo, el cual parecía que me veía a mi.

Era un dibujo calcado en el tapiz del techo del bus, parecía estar hecho de tinta negra, justo encima de mi cabeza, tan solo con estirar la mano podría alcanzar el dibujo.

Observe a mi alrededor, no había muchas personas, una abuelita durmiendo al frente mío, un pequeño grupo de chicos y chicas riendo como focas retrasadas al fondo en el centro, el conductor con cara de "odio mi vida, te morderé si te acercas mucho" y en la esquina al fondo una pequeña figura tapada por un gran libro. El bus se detuvo en un semáforo y la pequeña figura aun sin apartar el libro de su rostro se levanto, aun absorbida por este se dirigió a la puerta para bajar del bus, bajo el libro y lo guardo en su mochila, observé detenidamente: traía uniforme sucio, rodillas y medias panties raspadas, una coleta sujetaba su cabello... Mierda, era la chica que casi me deja chimuelo. Cubrí mi rostro disimuladamente cuando paso a lado mío (y cuando digo disimuladamente, me refiero a que casi estampo mi car al vidrio), pero se detuvo a mi lado. Por el rabillo del ojo la observe, no me estaba mirando, estaba mirando el dibujo que estaba encima mío.

Observe su rostro: ojos grandes, y cafés, pestañas curvas, nariz respingada, el labio lo traía partido pero aun así eran muy hermosos, no traía maquillaje, y tenia un poco de acné, no estaba mal, era una chica bonita, sin saber el por que me ruborice y aparte la mirada.

El autobús se detuvo una cuadra antes de mi casa y la chica esa bajo del bus, la seguí con la mirada viéndola cruzar la calle e internarse en un barrio.

- Bajo! Pare, por favor.- dije cuando note que me pase una cuadra de mi parada.

El bus freno de golpe, haciendo que pierda el equilibrio, y casi caiga de cara al piso del bus, asegure mi mochila a mi espalda y baje del bus rápidamente y eche a correr en dirección a casa de mis abuelos.

La casa de mis abuelos era de color mostaza, grande, de dos pisos, tenia un bonito jardín, que ahora estaba descuidado, era una casa muy bonita y siempre parecía estar llena de vida y feliz, siempre se escuchaban risas de niños y cantos, pero ahora solo parecía estar muerta y silenciosa. Subí los tres escalones y saque la llave que colgaba siempre en mi cuello y la introduje en la cerradura, la habitación estaba oscura casi por completo, a excepción de la cocina que estaba iluminada y despedía un delicioso aroma y la sala estaba oscura, solo la televisión iluminaba el cuerpo de una persona. Lo que se suponía seria normal en cualquier familia es encontrar al hombre en la televisión y la mujer cocinando, pero mi familia (los que aun me quedaban) no eran normales.

Salude a la abuela, Tatiana, que estaba viendo una maratón de Dr. House en la televisión, que al sentir mi presencia me dio una gran sonrisa y mirada tierna, le di un beso en la mejilla y ella me dio un abrazo modo "abuela súper melosa". Pase a la cocina y me encontré con el abuelo, Alberto, cocinando la cena.

- ¿Qué delicias preparas esta noche abuelo?- le pregunte dándole un abrazo (de hombre macho de pelo en pecho alfa)

- Mi especialidad, Pitufin,- dijo devolviéndome el abrazo (hasta allí quedo lo de macho de pelo en pecho alfa)- esta noche cenaremos lasaña.

- Amo tu lasaña, ¿Quieres que te ayude a prepararla?

- Tu lo que quieres es meterle mano a mi lasaña ¿verdad?- rio negando la cabeza (¿Cómo había descubierto mis intenciones?)

- Que? Yo? Abuelo me ofendes- dije fingiendo inocencia

- Si, aja, ¿Quieres ayudar? Pon la mesa y cubiertos, ah y saca el refresco de la heladera.

- Bien, como el nieto comedido y modesto que soy, eso hare.

El solo se rio con ganas, deje mi mochila en el piso y me lave las manos.

- ¿Quién te lastimo, hijo?- el abuelo me miro de reojo y yo recordé la golpiza que me dieron hoy.

- Ah, unos chicos, los otros quedaron peores- si, claro (noten mi sarcasmo)

- No te metas en peleas, hijo- me miro con ternura y pena- Tatiana, corazón ven a la cocina- llamo a mi abuela. Oh, oh.

Mi abuela apareció con una sonrisa pero al ver mi rostro se le borro al instante.

- Bebe ¿Quién te hizo eso? Voy a tirarles con la chancla al que te haya lastimado- dijo ella tratando de parecer mala, pero solo causo ternura.

- Cariño ayúdame a poner la mesa tu, si?- ella asintió con la cabeza sonriendo brevemente- Hijo, tu ve a lavarte la cara, y ponte hielo en ese ojo.

- Si abuelo, no se preocupen, ni me duele- sonreí tratando de minimizar el ojo que seguramente estaba morado.

- Lo se campeón, pero aun así, ve a lavarte la cara.

- Ok.ok.- dije sonriendo

Agarre mi mochila y subí las escaleras, perezosamente, hacia mi habitación.

Abrí la puerta blanca que tenia dibujada un "C" con letras góticas, encendí la luz; mi habitación es de color celeste claro, al menos el fondo, tiene muchos, muchos posters desde "Star Wars" hasta "Avengers" y "Dragón Ball", tenia un librero pegado a la pared donde habían muchos libros y comics, en una esquina a lado de mi mesa de trabajo, de color negro, tenia un balcón, donde podía sentarme a leer o escuchar música a gusto, al lado derecho, al frente de mi cama estaba mi ropero, y al lado de este había una puerta blanca, la cual era la del baño, entre a esta. El baño era completamente blanco, todo, era blanco dentro de este, a excepción de la tina y la mini puerta de la ducha que eran transparentes. Me lave el rostro y me vi en el reflejo del espejo. En este se reflejaba un extraño, con los ojos rojos y algo llorosos, uno de ellos morado e hinchado, labios agrietados, piel pálida y nariz pequeña y respingada, un rostro de niño, aun, triste y cansado de todo. Mirarme a mi mismo me deprimió.

Sonreí, o al menos hice algo parecido a una mueca de sonrisa, me volví a echar agua al rostro, pensé en darme un baño, pero aun tenia que bajar a cenar con mis abuelos.

En la cena no tocamos el tema de mi ojo morado, comimos en silencio, la lasaña estaba deliciosa, ayude a lavar los platos, me despedí de ambos y regrese a mi habitación.

Llené la tina con agua caliente y luego fría para tenerla en una temperatura perfecta para mi cuerpo. Le eché burbujas, díganme infantil pero aun me bañaba con esto, y me metí dentro, al ser transparente la tina solo se podía ver muchas burbujas y partes de mi cuerpo. Estuve dentro hasta que mis dedos se arrugaron, saque el tapón de la tina y el agua de esta se fue por la tubería, me duche y me puse un bóxer negro. Llegue a mi cama y prácticamente era algo parecido a caer en coma cuando mi cabeza tocó la almohada.

He aquí otro capitulo  (^.^)/ 

SNEP