POV. __tn · · ·
Estábamos de vuelta en las murallas, mucha gente se alegró al no ver muertos, por lo que no hubo tristeza para nadie, claro, por ahora.
En cuanto a mí, mi cabeza daba vueltas y pronto tuve frío a pesar de ser una tarde calurosa.-Hanji.- llamé con voz débil -Hanji-sa- no pude terminar mi frase, pues en ese momento caí rendida en la nuca de Rose.
-¿Qué le ocurre a esa chica?
-¿Qué pasa?
-Hanji... San.
-¡__tn!
-Levi...
Entonces cerré los ojos.
Al despertar, me encontraba en mi cama, mi cara estaba caliente y mi respiración agitada.
-Al fin despiertas- miré a quien me hablaba y vi a Hanji.
-Tsk, eres tonta, asustaste a gran parte de las personas- dijo Rivaille, severo.
-Lo siento, olvidé que mis defensas son bajas desde que era pequeña.- sonreí.
-Debiste decirlo.- respondió con molestia el azabache.
-A la próxima lo aré.- miré el techo.
-Bueno, los dejaré solos, debo atender unos asuntos- dijo yéndose la más alta de los tres.
Al escucharse el cerrar de la puerta, Levi suspiró y yo me enderecé para quedar sentada.
-Ya no te enojes, solo es fiebre.- desvié la mirada.
-No estoy enojado.
-¿Entonces?
-Realmente me preocupaste.
Al escuchar aquello me sorprendí y volteé veloz para ver los fríos ojos de Rivaille.
-¿Por qué no dijiste que te sentías mal?
-No lo creí necesario.
-Te equivocaste.
-Ya para de regañarme.
-No. Debes entender que aunque sea simple fiebre, es necesario decirlo.
-¡Ya basta! ¡Tú estabas con Petra!
Se alejó un poco, con la ceja alzada.
-¿Ah?
-Sí, tú... Estabas hablando animadamente con ella... No podía interrumpirlos porque, porque...- apreté las sábanas con frustración y cerré los ojos -porque ambos se ven muy bien juntos.
Apreté los labios con fuerza sin subir la mirada.
-¿Estabas celosa?
-¿Uh?- subí la mirada, mis ojos estaban algo húmedos -yo... No quise decir eso, yo...
-Eso me hace feliz.- dijo para luego dar un beso casto a mis labios.
-No seas tonto- lágrimas se asomaron.
Dio suaves palmaditas a mi cabeza.
-Después de todo eres una mocosa inmadura.
Lo miré con lágrimas en los ojos, Levi mantenía una sonrisa cálida, una que nunca había visto en él.
-La fiebre te bajó, pero será mejor que descanses un poco más.
-Mh, volveré al entrenamiento y te ayudaré con tu papeleo en cuanto me sienta mejor.
-Esperaré ese momento con ansias.- me sonrió y aquella sonrisa me dejó... Delirando. Estoy segura qué en ese momento estaba roja hasta las orejas y humo salía de mis poros.
Levi se fue cerrando la puerta tras de sí.
-Es tan lindo...
-*-*-*-'-'-'-'-.-.-.-.-.-,-,-,-,-,-
Salí de mi habitación vestida con mi uniforme, estaba realmente aburrida y ya no me sentía tan mal; caminé hasta la oficina de cierto pelinegro y me detuve frente a la puerta de madera, toqué un par de veces y la voz de Levi me indicó pasar.
-Hola~- saludé asomando solo mi cabeza, en la oficina estaba Levi rodeado de papeles y a su lado estaba Petra.
-Puedes irte Petra, __tn me ayudará ahora.
-Ah, bien- la rubia se levantó y salió después de que yo entrara.
Al notar que no había nadie más, hablé:
-¿Eso estuvo bien?- pregunté acercándome lentamente al escritorio.
-¿De qué hablas?- preguntó sin apartar la vista de unos papeles que sostenía en sus manos.
-Hablo de- fruncí el ceño al ver que no me miraba y con mis dedos incide y anular, bajé las hojas para que él me mirara - hablo de que posiblemente la hiciste sentir mal.
-¿Por qué? Además necesitaba un descanso.
-Quizás le hiciste sentir inútil.
-Es posible.
-¿Y no te importa?
-Mh...
Suspiré.
-Eres un tonto.- me miró amenazante.
-¿Tienes justificación para llamarme así?
Se levantó de su lugar y con paso lento caminó hasta mí, yo retrocedí algunos pasos, pero pronto di con la pared.
-Pregunto otra vez. ¿Tienes justificación para llamarme así?- dijo golpeando la pared, más arriba de mi cabeza con su puño cerrado y apretado.
-Yo...- dios olvidé que cuando enfermo me vuelvo más vulnerable -tú no entiendes, ¿verdad?
Alzó una ceja con una expresión molesta.
-Tú...- mis ojos se cristalizaron -tú siempre me tratas mal, por eso sé como debe sentirse.
-Pero es totalmente distinto.
-No, no lo es. Soy una chica, ¿sabes? Me muestro fuerte ante todos, pero es solo para que no me crean poca cosa, para no verme débil.
-Lo sé- posó su mano en mi mejilla -sé que eres una chica y que eres fuerte, no necesitas decir más.- después de decir esto, me dio un beso profundo y a la vez tierno.
Me separé de él lentamente.
-Estaba defendiendo a Petra... ¿cómo llegamos a esto?
Soltó una pequeña risita.
-Quién sabe.
Me abrazó.
-¿Sabes?- dije con la cara hundida en su cuello.
-¿Mh?
-Eres el primero que ve cuan vulnerable puedo ser.
-Déjame ser el primero y el único.
Me sonrojé ante aquellas palabras y simplemente asentí.
Continuará . . .