SOLTEROS Y ABANDONADOS

El Regreso.

5:30 pm terminado el primer día de clases de Rodrigo, él llega a su residencia, no sin antes haber comprado un pan de guayaba en la bodega de al frente para comer con café, Rodrigo, procede a prepararlo, en lo que acaba y se lo toma, se pone a revisar el cuaderno, a ordenar su habitación, en fin, varias cosas antes de preparar la cena, a partir de allí comienza su rutina donde tendrá que lidiar con su nueva vida, y por supuesto con sus compañeros de residencia, entre esas cosas pasaron los días, donde Rodrigo trataba de adaptarse a cada uno de las momentos que lo esperaban.

6:00am enciende la alarma que lo despierta, ya han pasado tres semanas y tres días desde que Rodrigo dejó su ciudad de origen, él despierta un poco nostálgico pues la noche anterior había recordado muchos de los momentos vividos con su madre, y ya al tener más de tres semanas separado de ella la echaba mucho de menos, al levantarse saca una foto de su madre de una de las gavetas de la mesa de noche que está al lado de su cama, al mirar la foto no puede evitar recordar el momento de su despedida, en eso sólo dura unos cuantos segundos, porque después tendría que preparar todo para irse a la universidad.

Al llegar se consigue en la entrada con Aranza, y juntos comienzan una pequeña charla mientras llegan al salón.

-Hola Aranza.

-Rodrigo, ¿Qué tal?

-Bien, llegaste Temprano.(Risas).

-(Muy sonriente responde) Si.

Juntos llegaron al salón, saludando a los allí se encontraban, al poco rato llega el profesor de literatura, Rodrigo se sienta al fondo, pero nota que Gonzalo aun no llega, lo cuál le parece algo extraño, a lo mejor se le hizo tarde, fue lo que pensó, ciertamente a los pocos minutos de haber iniciado la clase llegó Gonzalo.

-Buenos días, permiso profesor, ¿Puedo pasar?.

-Adelante, fue su respuesta.

Al pasar las horas y al terminar sus clases por ese día, Rodrigo decide hablarle a Gonzalo, le cuenta un par de cosas que le habían sucedido, pues era el único en toda la universidad a quién le tenía confianza, al terminar la platica, Rodrigo, Ganzalo, Aranza y Damián, uno de los compañeros de la universidad, deciden caminar hasta llegar al centro de la ciudad, para posteriormente cada uno irse a sus casas, Rodrigo los acompaña porque necesita comprar unas cosas, en ese trayecto a Aranza se le ocurre que podrían pasar por una heladería antes de separarse, Gonzalo es el primero en sumarse, Rodrigo no le parece muy buena la idea puesto que no contaba con mucho dinero, se niega a acompañarlos, Damián también se niega, quedando solo Aranza y Gonzalo, al llegar a la heladería, ellos deciden ordenar, Aranza por jugarle una broma a Gonzalo, le pide un helado gigantesco, por así exagerar, sabiendo que Gonzalo le había dicho que solo quería un helado pequeño.

Por otra parte, Rodrigo quién se encontraba todavía en el centro decide alcanzarlos en la heladería, pero al llegar nota que ellos estan conversando muy sonriente, y al no querer interrumpir se va.

Él regresa a la residencia para continuar en su rutina, no podía dejar de pensar en que ya iba a cumplir un mes desde que comenzó la universidad y ya podría hacer su primer viaje de regreso.

A la mañana siguiente Rodrigo continúa con sus clases, distrayéndose con distintas actividades esperando su momento.

Tres días después, llegó la hora, ya había pasado un mes desde que dejó su casa, su familia, Rodrigo no pudo esperar que amaneciera, se levanta muy temprano con su equipaje ya listo disponiéndose a salir, pero antes, llama a su madre para avisarle, pues ella lo esperaría en la estación de autobuses.

Ya han pasado tres horas, Rodrigo esta muy cerca de su casa, al llegar lo primero que hace es mirar donde estaba su madre, quién había prometido esperarlo, pero para sorpresa de él ella no estaba por ningún lado, Rodrigo, preocupado por lo que estaba ocurriendo decide llamarla al celular, es en ese instante donde se escucha una voz que le dice: ¡Rodrigo! Él voltea y ve a su hermosa madre, inmediatamente corre a darle un abrazo.