Capitulo 1, primera parte

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Hoy iba a ser la peor tarde de mi vida, desde que mis padres me dijeron que me iba a mudar a Rumania, mi vida había cambiado, lo tendría que dejar todo a mi instituto, mi familia, mis amigas, todo. Pero tenía que hacerlo, mi abuelo había dejado sus últimos deseos escritos, y mi madre quería cumplirlos todos, aunque llevaban tiempo sin hablar mi mare lo seguía queriendo y haría lo posible para cumplir sus últimos deseos.

Mire el móvil, me había llegado un WhatsApp, seguro que era de Sara que llegaría tarde porque Alba aun no había ido a recogerla, y así era. Llege al parque, nuestro parque, allí estaban Clara, estaba sentada sobre Mario, su chico desde hace 4 años, al lado estaba Ana, bueno mi Nana, que estaba bailando mientras escuchaba música (algo muy normal en ella). En cuanto Nana me vio aparecer vino corriendo a darme un abrazo, aun no se hacía a la idea de que me fuera, no quería que m fuera.

-Aitana- iba gritando Nana haciendo que Clara y Mario dejaran de besarse.

-Nana preciosa-le dije mientras le abrazaba.

-Hola-gritaron Clara y Mario desde el banco donde estaban sentados, mientras Nana y yo nos acercábamos a ellos.

-¿Que vamos a hacer hoy?- pregunto Mario impaciente por hacer algo.

-Lo primero esperar a Sara i a Alba que aun no han llegado, pero les quedara poco ya-dije mientras me sentaba, sabía que tardarían en llegar.

Nada más sentarme vi que venían Sara y Alba, seguras que Sara le habría metido prisa.

-Hola-dijeron con el aire entrecortado por la carrera.

Estuvimos un tiempo discutiendo que íbamos hacer, al final decidimos ir al mirador, y después a casa de Alba a ver una película. Íbamos como siempre, Alba y Sara discutiendo, Clara y Mario abrazados riéndose de Sara y de Alba y Nana y yo bailando y cantando por en medio de la calle.

*Cinco horas después*

-Chicos yo me voy ya,  mañana tengo que madrugar para coger el vuelo-dije mientras me levantaba

Me fui despidiendo poco a poco de cada uno, los iba a echar de menos, siempre nos quedaría el Skype y el WhaysApp, pero no sería lo mismo porque ya no los vería.

Iba camino a casa, con los ojos llorosos y rojos de la despedida. Entre en casa sin hacer ruido, todos estaban durmiendo y no los quería despertar, me dirigí a la cocina, me apetecía comer algo, cuando cerré la puerta de la nevera vi a mi madre en la puerta de la cocina.

-Comiendo algo.

-Si mama-

-Cariño no pienses que lo hago por hacerte daño, es la última voluntad de tu abuelo y tengo que cumplirla.

-Lo se mama pero  no quiero separarme de mis amigos.

Salí de la cocina y fui a mi cuarto me pese el pijama y me acosté.  

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⏰ Última actualización: Jun 29, 2013 ⏰

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