La mariposasperdida de Bella.

Sin dueña.

Las letras que han salido de mi imganición tienen dueña, aquella tierna dulce y cautivante dueña de todo y a su vez de nada.

Dueña de mi, dueña de mis desvelos, dueña de todo lo que soy y de lo que todo lo que tengo, porque es ella dueña de todo lo que puedo ofrecer.

Las palabras tienen dueña, algunas de ellas tan enseyañadas como un discurso de un politico, algunas otras tan expontaneas y delirantes, las palabras tienen dueña.

Y todos mis poemas tienen dueña, y cada una de mis historias tienen dueña.

Con ese café en el mirar a ido siendo la principal causual de mis insomnios. Con sus cabellos negros no tan negros, su figura tan pequeña y sus lunares en la espalda, que esconde de la luz del diá.

Siendo mujer y a su vez niña, siendo caos y luz, siendo tan ella y tan falsa.

Ella es mi dueña y estoy tragado por ella.

Pero a pesar de todo aún sigo sin dueña.