Secret By Nicole.K.

~Si no crees en ti misma ¿Por qué los demás deberían de creer en ti?

Entré a la cafetería, el olor dulce se hizo presente. Miré a la mesa donde Keyla se debería encontrar pero no estaba....

-¡Noah!-Pronunciaron desde una punta. Keyla. Observé la mesa, tres integrantes. Dos chicos la acompañaban...la miré con recelo.

-Ven

-¿Quiénes son? 

Me acerqué a la mesa lentamente, el aroma se intensificaba, mis fosas nasales lo aspiraban con gusto. Dulce. Calor, sentía demasiado calor. 

-¿Hola?-Hablé tímidamente. Mi cuerpo estaba reaccionando de una manera extraña. 

-Bueno, ellos son Andrew....-Señaló al chico de cabello negro, ojiazul, y mirada penetrante. El sonrió- y el, Christopher-Concluyó. Le dediqué una mirada al segundo chico mencionado, me estremecí ante el contacto visual. Agaché mi cabeza.-Siéntate con nosotros 

-Uhmm...está bien-Caminé hasta el único asiento libre, al lado de Christopher. Me senté y le dediqué una mirada Keyla. 

-Oh...-Sonrió- Ella es Noah, aunque creo que ya saben. 

-Si, tu grito nos lo dijo.-Andrew habló, y como efecto  Keyla soltó una risita divertida, patética.

En cambio, yo, estaba tensa, mi cuerpo ansiaba, ansiaba tener ese dulce aroma. Adrenalina corría por mis venas...mi estado cada vez empeoraba mas.

Las encías comenzaron a dolerme, demasiado. Cerré mis manos en un puño.

Keyla me miró, su mirada se torno de divertida a preocupada. 

-Sal de aquí. Vámonos.

-¿Que pasa Keyla?

-Tus ojos... están rojos como la sangre. 

Pasé la lengua por mis labios tentativamente, sangre....por un momento dejé de razonar, pero la realidad me golpeo.

Llevé una mano a mis dientes, toqué mi colmillo.... ¡No! 

-Lo siento, debo irme-Apresuradamente salude y corrí. 

Corrí entre los árboles, a velocidad de la luz.

Llegué, las cadenas....

Tomé una cadena y la enganché en mi tobillo derecho, tomé otra e hice lo mismo con mi muñeca derecha.

Adrenalina, sed, mas y mas sed. Necesitaba saciarla y no con agua. 

-Rápido Key-La apresuré. 

-Voy, voy....-Cuándo llegó miró las cadenas-¿Qué…Qué debo hacer?-Tartamudeó. 

-Átame-Respondí fríamente. 

-¿Qué? 

-¡ÁTAME!-Grité con un rugido. Colocó las dos cadenas restantes, una en mi tobillo izquierdo y la otra en mi muñeca izquierda. 

-¿Por qué? ¿Para qué es esto?-Preguntó. 

-Dairus dijo…Dijo que-Respiré entrecortadamente- que tengo que atarme aquí hasta que mi sed se sesea por completo ¿Lo recuerdas? 

-Si, lo siento...es que hace tantos años de eso... 

-Si-Me limité a decir. Mi pecho se hinchaba y deshinchaba rápidamente, mi respiración estaba totalmente agilizada.-Vete a clase. 

-No.... 

-¡Vete! 

Pasaron horas...la noche calló. Una luna llena apareció...