Día 9
Han pasado tres días desde la última vez que escribí, tres eternos días en los que todo se ha complicado aún más si cabía. El pueblo donde vivo siempre me ha parecido vacío de los pocos habitantes que veía a diario; ahora es todo lo opuesto. Las calles están plagadas de esas cosas que parecen personas. Con sus gemidos vacíos, sus gritos de furia, sus movimientos lentos e inexpresivos. No se cansan, no se duermen, no hacen más que comer. ¿Necesidad o placer? Algunas veces he visto morderse los unos a los otros sin inmutarse. Todavía queda mucho que aprender de ellos, demasiadas horas me he pasado contemplándolos desde la ventana intentando entender su comportamiento. De algo estoy seguro, no están muertos. Tampoco te pueden transmitir eso, lo que sea de ningún modo, de ser así, aquella mujer se hubiese despertado.
A veces me siento en el pasillo a la hora de comer, apoyando la espalda en la puerta de la habitación de mi madre, contándole cosas, tratando de hacer los días más llevaderos. Da la impresión que cuando le hablo, se queda quieta y me escucha. ¿Es capaz de entenderme?
No sé nada de mis amigos, tampoco de mi exnovia, me pregunto si han conseguido escapar. Me siento demasiado solo, las horas parecen eternas. No ayuda tampoco que no pueda conciliar el sueño, el sonido de las calles y de mi casa impide que pueda relajarme aunque sean unas pocas horas. Estoy cada vez más agotado mentalmente, todo acabará perjudicando a mi cuerpo si ocurre algo.
He cortado el paso de las escaleras del edificio con la mayoría de muebles de mi casa, al menos por una vía que tenían para entrar, está tapada. Normalmente dejo las cortinas corridas para que la luz de las velas no salga al exterior, no sé hasta que punto alcanza la vista de esos. Muy de vez en cuando he oído gritos, no he divisado a ningún vecino, todo apunta a ser que soy la única persona viva del vecindario.
Noche 9
He tratado de dormir pero no puedo, estoy escuchando la radio, tumbado en la cama a la luz de una vela azul, he encontrado una grabación programada para repetirse cada hora, no estoy seguro si es una trampa, pero anuncian que hay un grupo de supervivientes en el museo arqueológico de Albacete. He cogido un mapa para medir la distancia, está a unos cien kilómetros, ahora mismo salir de aquí es un suicidio, pero si de algún modo consiguiese la manera de salir de este pueblo, podría al menos intentarlo.
Ya pensaré en ello más adelante, usaré la poca batería de mi mp3 para escuchar música y dormir aunque sea tranquilo, unas horas. Debo conseguir todo el tiempo para descansar que me sea posible. Puede que mañana salga a hacer un reconocimiento por las plantas que quedan de mi piso.
Día 10
Llevo intranquilo desde esta mañana, un sudor frío me recorría la espalda al abrir los ojos tras una pesadilla. Tratando de tapar mis pensamientos apreté mis manos contra la cara, no conseguí nada. Me quedé mirando las manos, temblando, no dejaba de recordar la imagen de ellas cubiertas de sangre, que habían quitado una vida, una vida que iba a traer al mundo otra. La realidad es muy distinta a las películas, no es tan sencillo olvidar este tipo de acciones, remuerden la consciencia noche sí, noche también. Desearía que mi madre pudiese responderme, siempre ha tenido una respuesta.
Afuera todo parece igual que siempre, lleno de esos. ¿Estarán ahí por qué saben que queda alguien vivo? A lo mejor la manera más rápida de terminar todo esto es lanzarme a por ellos, se acabarían los malos sueños, no habrían más preocupaciones, no más quebraderos de cabeza. NO. NO. NO. Que demonios estoy diciendo. Debo recordar las palabras que siempre me ha repetido, no importa lo difícil que esté la situación, no debes perder la esperanza de vivir. Necesito creer en esas palabras, tengo que sacar fuerza de algún lado, ella ahora no tiene opción, decidió encerrarse en la habitación para protegerme. Desde el primer día que empezó esto, quiso que yo sobreviviera.
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Diario de un muerto.
HorrorEl mundo como lo conocemos ya no existe. Los días de paz parecen lejanos y la muerte más cerca que nunca. En un pueblo de España, un joven recibe como regalo un diario para ordenar sus pensamientos tras una ruptura; sin saber que esa misma noche, to...