¿Sentimientos? Para que, si muy pocos los valoran.

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No soy buena escribiendo mails, pero haré un esfuerzo sobrehumano para hacerlo. Quizás esto sea inútil, quizás no; no sé cómo lo vayas a tomar pero igual creo que no le darás importancia, como todo lo que digo y hago, jamás te importó.

Es difícil, por muchas razones se me hace tan difícil hacer esto, quizás porque tengo miedo o porque no tengo las palabras adecuadas, pero creo que la razón más válida es porque siempre es difícil decir adiós. Siempre he creído que ADIÓS es una palabra muy fuerte, que se debe pensar más de dos veces antes de decirla y, créeme, yo ya lo pensé demasiado, pensé en todo, absolutamente todo, hasta en el detalle más pendejo e insignificante que te puedas imaginar...

Hice TODO lo posible y hasta lo imposible por tratar de que estuviéramos bien, pero bueno, te tengo una noticia: no lo logré. Como siempre, fracasé. Como siempre, me jodí. Como siempre, lo eché a perder. Pero ¿sabes? no todo fue culpa mía, y creo que acá es cuando tendrías que hacer un examen de conciencia, y abrir los ojos, darte cuenta que tanto vos como yo cometimos errores, los mismos. Exactamente los mismos errores.

Creí que a éstas alturas de nuestras vidas habíamos logrado alcanzar un grado de madurez razonable, pero veo que no, al menos en vos no noto ningún cambio para bien, porque para mal si y muchos. ¿Queres que los enumere o preferís hacerlo vos solo?

De mi, bueno, de mi te podría decir una y mil cosas buenas y malas, pero solo te digo unas cuantas, lo que considere necesario y punto. Empezamos desde el día que te conocí, la segunda vez para ser más exactos.

No te voy a decir que fue amor a primera vista porque mentiría, pero si puedo decir de todo corazón que siempre me pareciste una persona especial, especial en el sentido de que eras una persona honesta, limpia, de carácter difícil pero creí poder lidiar con eso. Primero fuimos amigos, ¡qué amigos! Fuiste lindo conmigo y eso siempre te lo voy a agradecer, así que por ese lado podes estar tranquilo, no te desearía ningún mal.

Te conocí, vivimos cosas que jamás imaginé vivir con alguien y, para ser sincera, menos con vos. Creo que el verte tan seguro de vos mismo hizo que cayera redondita, derecho y sin escalas a tus pies. Ahora yo te pregunto, ¿alguna vez valoraste eso? Siendo sinceros, creo que no.

Jamás te falté con el pensamiento, y el día que lo hice tiré todo a la mierda. Sufrí como la pendeja que fui, lloré de dolor y frustración hasta quedarme dormida. Ese tiempo sin saber de vos fue una eternidad, me sentía la peor persona del mundo y creo que con justa razón: en ese momento era la persona más nefasta del mundo.

Cuando te volví a encontrar fui feliz, realmente feliz. Por alguna extraña razón no pude ni olvidarte, ni dejar de quererte en tantos meses, quien lo diría, era para que al menos hubiera intentado estar bien con alguien más, pero esas relaciones fueron tan fugaces como un relámpago y tan falsas como la amistad que intentamos llevar hoy en día. Nos dimos una oportunidad porque lo creíamos prudente y, al menos yo, pensé que estaba todo olvidado. ¡Qué manera de equivocarse la mía! Otra vez fracasó, otra vez todo se fue por el caño y otra vez volví a estar sola.

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Supongo que de ese día a la fecha recordas perfectamente lo que pasó. Como todos tuvimos nuestras peleas, pero igual muchas reconciliaciones. Hicimos planes, los deshicimos y los volvimos a hacer, el hecho de que me abandonarás era algo que de verdad me quitaba el sueño, algo en lo que pensaba las 24 horas del día, te escuchaba y te sentía, todos esos miedos se disipaban. Eso era amor, ¿no pensas?

Viste cómo crecía mi ilusión día a día mientras vos te mantenías en silencio. De mi escuchaste: vamos a, seremos, estaremos, tendremos; de vos escuché: quiero, voy a, tendré, estaré. Siempre en singular, siempre sin contarme, siempre con tu estúpido egoísmo. Un día así nada más me dijiste que ya no me amabas, en el mejor de los casos, que ya no sabías qué sentías por mi. Te dejé libre, te dejé volar, te dejé experimentar y lo hiciste. ¿Sabes qué hacía yo mientras vos volabas? Me hundía. Poco a poco, sin darme cuenta fui cayendo en un profundo agujero negro, y mientras caía lloraba, y mientras lloraba, me preguntaba una y otra vez ¿por qué?. Eso es lo único que jamás te perdonaré: haber roto mi corazón y haber tirado a la mierda las ilusiones de hacer una vida junto a alguien, de compartir buenos momentos y también malos.

Hoy sé que todo eso valió la pena, que cada lágrima que derramé tuvo su recompensa porque precisamente hoy me dí cuenta de que ya no te quiero a mi lado. Perdóname, pero te lo ganaste con cada actitud.

¿Acaso alguna vez te pedí mas de lo que puedas darme? no creo, siempre te pedí amor, que me quisieras, me respetaras y me hicieras feliz, eso es nada más para que te des cuenta con que poca cosa me conformaba, pero nunca pudiste o nunca quisiste dármelo. Siempre estuvieron tus rencores en medio de los dos, siempre estuvo la sombra de mis errores presente, nunca te encargaste de desaparecerla al tiempo que yo corría a gritos la sombra de los tuyos. Perdóname por no haber sido una buena novia, alguien que se mereciera un poquito de tu amor, pero acordate que soy humano, y los humanos de vez en cuando cometemos errores.

No espero una respuesta a éste mail, es mas, tampoco espero que hayas llegado a éste punto, quizás a la mitad te aburriste y decidiste dejar de leer, así como me desechaste a mi, pero si fuiste lo suficientemente curioso como para estar leyendo aún, solo quiero pedirte un favor, un último favor (y es acá en donde toman sentido los primeros 3 párrafos): ayúdame a ser feliz, prometo que en ésta ocasión todo será mucho más facil: solo tenes que olvidarte de mi. Borra mis números de tu celular, elimíname de tu lista de contactos, borra de tu cabeza que existo, que algún día nos conocimos; supongo que lo que teníamos que decirnos ya fue dicho.

Yo por mi parte, sonrió cada día un poquito más, seré mas paciente con la gente que me rodea, seré una mejor persona, me superaré y poco a poco limpiaré mis heridas para volver a amar con la misma intensidad con la que te amé a vos. Y si algún día nos encontramos en la calle, regálame una sonrisa porque solo el destino sabe cuándo nos volverá a juntar, si notas tristeza en mis ojos, no te pares a preguntar porque yo no me frenare a responder pero, si notas un gesto de rencor en mi mirada, entendeme, nunca nadie dijo que arrancar tantos sentimientos de raíz fuera tan fácil.

Tiempo al tiempo y el nuestro ya caducó. Por mi parte es todo, espero y confío en que me ayudarás. Preguntas no hago, aún no estoy lista para escuchar la verdad.




¿Sentimientos? Para que, si muy pocos los valoran.Where stories live. Discover now