Capitulo 4: Algo confuso

48.4K 4K 584
                                    

Sergey Kozlov

— Esta será tu habitación.

Carol entra a la habitación y camina en ella mirándola algo deslumbrada. Es algo más grande que la de Rusia. Toca el edredón de la cama y pregunta

— ¿Sólo estaré aquí los fines de semana?

Asiento con la cabeza

— Te he rentado un apartamento cerca de aquí. Podrás vivir en él hasta que nos regresamos a Rusia.

— Pero, no es necesario. Puedo vivir contigo Sergey

— Sabes que vivo sólo. ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo?

Ella me mira con resignación y no vuelve a insistir. Se preocupa por el idioma alemán. No lo entiende y vivir aquí en Berlín  será algo difícil para ella. Se encierra en su habitación y yo salgo al balcón y suelto un suspiro. Espero irme de Alemania lo más pronto posible. Al rato Carol sale de la habitación y me mira algo temerosa

— Ya he dejado mis cosas más importantes aquí. Es martes así que me toca irme al otro apartamento. Sólo quiero preguntar una cosa

— ¿Cual?

— Sergey, tienes treinta y dos. ¿Que no piensas tener familia nunca?

La miro y fulminante respondo

— No quiero familia. Ahora no te metas en lo que no te importa.

Sin decir nada más pide las llaves del otro apartamento y se va. Al fin soledad. Es de noche y me gusta escuchar la música del piano mientras miro el cielo e intento contar las estrellas. También trato de explicar muchas cosas. Entre ellas, cómo puedo seguir viviendo sin saber realmente quien soy.  Mi móvil suena y con algo de pesadez atiendo la llamada

— Hola mamá, ¿Qué ocurre?

— ¡Hola hijo! ¿Como estas? Te dije que me llamaras recién llegarás a Alemania y no lo hiciste.

—  Si lo sé mamá, estaba algo ocupado con el equipaje. Te iba a llamar en cuanto me desocupara. 

— Sabes que me preocupo mucho por ti. Eres mi hijo y todo lo que te pase me preocupa. Tu padre se fue a Brasil por asuntos de negocios y me dejó dicho que cuando regrese quiere verte comprometido con una bella mujer.

¡Otra vez el mismo tema!

— Ya he hablado con ustedes respecto al tema mamá. No pienso casarme nunca. Ya deben de aceptarlo.

— Pero, ¿Y los nietos?

Suelto un resoplo

— Adrien puede darles los nietos. Yo no quiero hijos mamá.

Insistente argumenta.

— Sergey, quiero nietos de mi hijo mayor. Adrien aún no tiene cabeza para eso. Tiene veintiséis.

— Entonces no tendrás nietos lamentablemente. Además Adrien es más hijo que yo y lo sabes.

Enojada me regaña

—  Sergey, ¡No vuelvas a decir tal cosa! Ambos son mis hijos y a ambos los amo por igual. Deja de decir estupideces.

— Mamá, estoy bien. Estaré un tiempo en Alemania. Tengo que colgar. Estoy algo ocupado. Gracias por llamar

— Vale, pero quiero que sepas que te amo mucho

Termino la llamada y suelto un suspiro. ¿Como hago para no sentir esa horrible sensación de vulnerabilidad cada vez que ella me llama? Me levanto de la banca y me quito la ropa caminando hacia el baño. Me doy una ducha y en este pequeño lapso de tiempo es cuando más pienso y recuerdo. Froto la barra de jabón en mi abdomen y dejo que el agua caiga sobre mi cabeza relajandome por completo.  Mañana será un día algo cargado y quiero que la noche sea larga. Muy larga. Al menos estoy sólo, sólo es mejor.

Rétame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora