Sergey Kozlov
— Esta será tu habitación.
Carol entra a la habitación y camina en ella mirándola algo deslumbrada. Es algo más grande que la de Rusia. Toca el edredón de la cama y pregunta
— ¿Sólo estaré aquí los fines de semana?
Asiento con la cabeza
— Te he rentado un apartamento cerca de aquí. Podrás vivir en él hasta que nos regresamos a Rusia.
— Pero, no es necesario. Puedo vivir contigo Sergey
— Sabes que vivo sólo. ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo?
Ella me mira con resignación y no vuelve a insistir. Se preocupa por el idioma alemán. No lo entiende y vivir aquí en Berlín será algo difícil para ella. Se encierra en su habitación y yo salgo al balcón y suelto un suspiro. Espero irme de Alemania lo más pronto posible. Al rato Carol sale de la habitación y me mira algo temerosa
— Ya he dejado mis cosas más importantes aquí. Es martes así que me toca irme al otro apartamento. Sólo quiero preguntar una cosa
— ¿Cual?
— Sergey, tienes treinta y dos. ¿Que no piensas tener familia nunca?
La miro y fulminante respondo
— No quiero familia. Ahora no te metas en lo que no te importa.
Sin decir nada más pide las llaves del otro apartamento y se va. Al fin soledad. Es de noche y me gusta escuchar la música del piano mientras miro el cielo e intento contar las estrellas. También trato de explicar muchas cosas. Entre ellas, cómo puedo seguir viviendo sin saber realmente quien soy. Mi móvil suena y con algo de pesadez atiendo la llamada
— Hola mamá, ¿Qué ocurre?
— ¡Hola hijo! ¿Como estas? Te dije que me llamaras recién llegarás a Alemania y no lo hiciste.
— Si lo sé mamá, estaba algo ocupado con el equipaje. Te iba a llamar en cuanto me desocupara.
— Sabes que me preocupo mucho por ti. Eres mi hijo y todo lo que te pase me preocupa. Tu padre se fue a Brasil por asuntos de negocios y me dejó dicho que cuando regrese quiere verte comprometido con una bella mujer.
¡Otra vez el mismo tema!
— Ya he hablado con ustedes respecto al tema mamá. No pienso casarme nunca. Ya deben de aceptarlo.
— Pero, ¿Y los nietos?
Suelto un resoplo
— Adrien puede darles los nietos. Yo no quiero hijos mamá.
Insistente argumenta.
— Sergey, quiero nietos de mi hijo mayor. Adrien aún no tiene cabeza para eso. Tiene veintiséis.
— Entonces no tendrás nietos lamentablemente. Además Adrien es más hijo que yo y lo sabes.
Enojada me regaña
— Sergey, ¡No vuelvas a decir tal cosa! Ambos son mis hijos y a ambos los amo por igual. Deja de decir estupideces.
— Mamá, estoy bien. Estaré un tiempo en Alemania. Tengo que colgar. Estoy algo ocupado. Gracias por llamar
— Vale, pero quiero que sepas que te amo mucho
Termino la llamada y suelto un suspiro. ¿Como hago para no sentir esa horrible sensación de vulnerabilidad cada vez que ella me llama? Me levanto de la banca y me quito la ropa caminando hacia el baño. Me doy una ducha y en este pequeño lapso de tiempo es cuando más pienso y recuerdo. Froto la barra de jabón en mi abdomen y dejo que el agua caiga sobre mi cabeza relajandome por completo. Mañana será un día algo cargado y quiero que la noche sea larga. Muy larga. Al menos estoy sólo, sólo es mejor.
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Rétame
Любовные романыSergey Kozlov es un abogado que además de ser uno reconocido, es un hombre tan guapo y atractivo como enigmático. Parece ser el hombre que toda mujer de sea, pues además de guapo y atractivo es el heredero de una importante empresa vitivinícola de R...