La Primavera

1K 76 10
                                    

¿Podría tener su atención, mi amado señor?

Usted, quien me ha dado todo en mi vida, es mi razón de seguir viviendo. Yo no necesito tierra, riquezas o atenciones de terceros, solo lo necesito estar a su lado.

Todos estos años han sido muy difíciles para mi. Cada día he esperado verlo en el horizonte y correr muy rápido a recibirle.

¿Qué tan difícil es que usted note lo que siento? ¿Es que no soy digna de su pura sangre y corazón?

He pensado mil y un maneras en decir lo que realmente siento. Le he querido desde el momento en que me salvo. Y no solamente le debo la vida, usted tiene mi corazón entre sus manos.

Pero sé que nada cambiara entre nosotros, pues sé que mi vida es solo un simple suspiro de la suya. Solo seré una temporada en sus años y me iré para no regresar jamás. ¿Eso le duele también a usted? Yo no puedo imaginar una vida sin usted. Todo eso me duele más que mil dagas atravesando mi pecho... sé que es la triste realidad.

La primavera h llegado y las flores florecen junto a mi. Ya he dejado de ser aquella niña porque ahora soy una mujer. He esperado florecer como los cerezos, pero aún no estoy lista para marchita.

Le veo cerca del joven Inuyasha, platicando y una fuerte ironía me golpea. Si usted ha llegado a aceptarlo como lo que es, ¿Será que usted me acepte a mi por lo que soy?

Las flores que han caído ahora corren por el camino libres de las ramas de sus padres. Yo camino junto a ellas con la esperanza de que usted me siga, pero no lo hace. Usted me sigue con la mirada, observándome y pensando en cosas que jamás escuchare.

Me acerco a usted y le recibo con una gran sonrisa de oreja a oreja. Le expreso lo mucho que lo he añorado y esperando que esta no sea la última vez que lo vea. Usted me observa con ojos dorados que reflejan compasión. ¿Qué esta sucediendo, mi señor?

Usted me pregunta que es lo que me pasa, qué por qué he estado tan distante de los demás... Que si algo me molesta o algo me lastima, pues he dejado a los demás fuera de mi vida.

Yo no respondo. ¿Acaso quiere saber lo que me molesta y me lastima?

Bajo mi mirada al suelo y veo los pétalos recorrer entre mis piernas. El momento ha llegado y me he quedado sin palabra alguna. ¿Será lo correcto?

Levanto mi mirada y choco con la suya. Siento su cuerpo acercarse al mio y un choque de electricidad recorre mi cuerpo.

"Yo..." Solo puedo decir eso. ¡Maldita sea! De las mil y un maneras que recreado este momento, todas se bloquean al instante. Los dioses se han de estar riendo de mi.

"¿Tu?" Me pregunta con una mueca que refleja satisfacción. ¿Le parece divertido? Oh dioses, mi cara esta hecha un lio.

"Yo...le..." Sé que puedo, pero, ¿Qué pasara si me aleja? ¿Llegara a matarme?

"Rin, he venido hasta aquí para verte desde las tierras lejanas del norte, no tengo ti-"

"Mi señor, disculpe mi interrupción y lamento haberlo preocupado. Disculpe mi vida si le hice perder su valorado tiempo y hacerle venir desde lejos por mi mal comportamiento, pero usted ni nadie más tiene la culpa en esta situación, pues yo me he metido en esto por mi cuenta. Yo misma me he ocasionado estas heridas que han maltratado mi corazón y no creo que pueda hacer mucho ya que usted forma gran parte de ese dolor..." Tomo un poco de aire y aprieto mis manos. Es ahora o nunca, pequeña Rin. "Le amo. Le amo más que mi propia vida y si por mi fuera, yo estaría con usted en cada momento para que no le falte compañía. Usted me dio dos grandes oportunidades de vivir, pero sé que no existirá una tercera. Por eso, en este mismo momento, no le exijo que acepte mis sentimientos, si no que acepte que siempre será parte importante de mi vida y que jamás desaparecerá de mis pensamientos de cada día."

Oh Rin, ¿En que clase de problema te has metido ahora? Si Naraku no lo logro, tu sola te has metido en la soga.

Cierro mis ojos y trato de aguantar mis ganas de llorar, pero me es imposible. Tapo mi cara con ambas manos y tiemblo por el dolor que yo misma me he ocasionado. Solo espero que la furia de mi señor no se desate. Tonta e ilusa niña, enamorada de alguien por arriba de ti y que jamás tendras.

"Rin..." Le escucho decir mi nombre. Mi señor, disculpe mi atrevimiento... no quise decepcionarlo.

Sus fuertes brazos me atrapan y me acorralan contra su cuerpo. Pienso mil cosas que decir, pero nada parece salir de mi boca. Mi voz me ha traicionado. Me quedo paralizada ante su suave, pero fuerte contacto. Este es el momento que he esperado toda mi vida y no sé ni como reaccionar.

"Espera el próximo brote de primavera y acepta ser parte de las flores a tu alrededor, pero sobre todo, recuerda que tu eres la flor que alguien tomara y mantendrá cerca de su corazón."

Con su mano izquierda toma de mi mano y deposita una pequeña flor marchita. La flor, la cual esta ya muerta, me parece conocida y me acerco a examinarla.

"¿Usted espera a que me marchite?" pregunto con cierta incredulidad, pero él solo se limita a simular una sonrisa y me toma de nuevo de mi mano para guardarla dentro de su atuendo, cerca de su corazón. ¿Esta flor se la di yo?

"Cuida de los demás y no les des problemas, Rin" Me aleja lentamente de su cuerpo y camina hacia el bosque hasta desaparecer.

.-.-.-

Camino hacia la choza de la anciana Kaede con una sonrisa en mi rostro. Saludo a todos a mi alrededor y mi cara no deja de sonrojarse.

Espero con ansias la siguiente primavera.

_____________________________________

Esta es la segunda vez que re-hago esta historia y les aviso que estoy haciendo un doujinshi sobre esto. Si quieren saber más sobre el doujinshi, no se olviden pasar por mi pagina de Facebook: Ely Janeway.


xoxo.


Por favor, no se roben esta historia para publicarla en otras paginas, pues sé rastrear a los rateros.


La PrimaveraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora