3. La mudanza.

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En el capítulo anterior:
Hey, ¿feliz? 一

一Si, no tuve que decir nada. Habrá que preparar las maletas. 一Dije mientras me sentaba en la cama. 一Aunque tengo un poco de miedo de lo que pasará.

一Estoy a tu lado. Nada pasará. Acuérdate, eres mi hermana pequeña, y te quiero. 一

一Solo eres unos minutos mayor, viejo. 一Dije rodando los ojos. El soltó una risa y me dió un beso en la frente.

"一Eres fuerte, no dejes que nada te afecte.一"
"一¿Me dejarás?一"
''一Nunca.一"
"一¿Lo prometes?一"
"一Derramé una lágrima en el océano por ti. El día que la encuentre será el día que te dejaré.一"

Al parecer encontraste esa lágrima

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Capítulo tres.

La mudanza.

Seis maletas.
Seis maletas para ropa y zapatos. Seis maletas para mi ropa y zapatos. Seis maletas para mi ropa y mis zapatos.
Jamás pensé que tuviera tanta ropa, y mucho menos zapatos. Las maletas tampoco eran de las pequeñas, eran de las mas grandes que habían en la tienda. Estaba segura y apostaba a que sólo ocuparía dos maletas o máximo tres.

Claro esta, eso solo es en ropa y zapatos. Cassandra y yo, nos habíamos puesto de acuerdo para comprar una maleta enorme y poner nuestro maquillaje en ella, su maquillaje y el mío. Pero necesitamos una maleta grande y una mediana.

Luego, Cameron y yo nos pusimos de acuerdo para llevar nuestros ordenadores, portátiles... Ya saben, la tecnología en una maleta. Ocupamos también cajas para guardar las televisiones y llevarlas, ya que, que una familia adinerada sale del país y deja la casa libre, era el nuevo cotilleo, y creanme, no hace falta que a los ladrones de les ocurra entrar. La casa tenía mucha seguridad, pero era peligroso dejar cosas así.

Cuando teníamos al fin las maletas, mis hermanos y yo nos dedicamos a poner algo parecido a mantas blancas sobre los muebles para que no se llenen de tanto polvo.

Empleados salían y entraban de casa sacando cajas y mas cajas. La casa era un auténtico caos. Mamá y papá entrando y saliendo, revisando cada cosa.

Creo que no volveríamos en una larga temporada. Si fuera una adolescente normal que se muda, tendría que llamar a amigos para despedirse, pero aquí solo tuve una amiga sincera, que se mudó año atrás. La mayoría de la gente se relaciona con otras personas de su mismo estatus social, con más fama o simplemente porque desean algo.

Unos empleados bajaron las maletas hasta la puerta principal. En ese instante, cada uno se encontraba en su habitación.

Respiré el aire fresco desde mi balcón. El lugar donde muchas noches salía con una vela, la ponía en la mesita de madera y me sentaba en la silla que se encontraba a su lado. Cogía un buen libro y me ponía a leer.

El mismo balcón que temía de pequeña gracias al árbol que se encontraba en frente. Por las noches, el aire movía las ramas provocando un ruido de golpes, estas se reflejaban como sombras gigantes gracias a la luna.

Suspiré y me dirigí a la habitación de Cameron. Entré sin tocar, ya que es costumbre, y el estaba haciendo lo mismo que yo hace un rato.

一¿Qué pasa? 一Pregunté mientras me acercaba a él y le acariciaba la espalda.

一Este lugar, tantas cosas que han pasad. Tantos recuerdos que quiero olvidar y otros que quisiera repetir. 一

一Estas muy cursi. 一Dije sonriendo. El solo rodó los ojos.

NO SOMOS RUBIOS HUECOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora