Laguna mental.

CAPITULO II.

Me quedé atónita mirando el mensaje que me envío. Me falló y más que nada me hizo caerme ante el abismo. Tampoco creía que sería capaz de hacerme tal cosa...pero me habia dado cuenta.
Esta noche habíamos quedado para ir a cenar por que era nuestro aniversario. Se ve que el prefería salir con los amigos. Es una exageración, lo sé. ¡¿Pero a que mujer le gusta que le den un plantón y más el día del aniversario?!.
En la mente me ha quedado su mensaje, "Esta noche voy a salir con los colegas, nos veremos mañana". Puede empezar a ir rezando para que el enfado se me haya pasado de aquí a mañana.
Con toda la rabia del mundo, le contesté :

+ Jon, tampoco era de extrañar que me hicieras esto. No creo que mañana el orgullo y la decepción me deje verte. Dije

-No seas tan orgullosa, Enid. Sólo será una noche y... ¡que cojones! Tampoco te tengo que dar explicaciones, me voy de fiesta y punto.

+ Esta bien. Respondí con impotencia
Hoy tu, mañana yo. No pienso decir nada más, haz lo que quieras. Espero que disfrutes hoy el día de nuestro aniversario.

-No lo recordaba...Enid... lo siento de verás, perdóname.

+Adiós. Y acabe la conversación por sms.

Me enervaba la rabia por dentro de mi. ¡No a acordaba de nuestro aniversario! Será imbécil.
Me puse de los nervios y me dio un ataque de ansiedad, uno de tantos.
Intenté relajarme y respirar profundamente, con ello me levanté del sofá por que dentro de minutos había quedado con Helen.
Ella era una amiga que más que una amiga para mi había sido un apoyo fundamental en mi vida.
Habíamos y seguíamos creando momentos inolvidables, un millón de cosas que decir, en definitiva la quería muchísimo.
Corrí hacia el aseo para maquillarme y quitarme la cara de furia que tenía. Miré la hora desde mi teléfono y salí deprisa de mi baño y seguidamente de mi casa para irme a la casa de Helen.

Llegada allí, nada más entrar le comenté lo que hizo Jon. Se quedó con la boca abierta. Ella era una exagerada en estas cosas, pero yo más.
Estuvimos hablando un par de minutos mientras se arreglaba para irnos al garage. Nos pusimos un poco de colonia y listas para irnos.
Nada más llegar al garage no pude contenerme y darle un abrazo a todos/as. A los chicos que se pasaban de vez en cuando también, no se porque, tampoco teníamos una relación de amistad, pero les di un abrazo a todos.
Porque un abrazo será una inecesidad para la gente que vive con el orgullo encima, pero, a veces es cuando más lo necesitabas era cuando el egoísmo e orgullo no te dejaban decirlo. Hoy necesitaba un abrazo más que nunca.