2- Apareció Completo Y Orgulloso
Bulma y su padre permanecieron durante un largo rato observando intrigados al nuevo minino que había aparecido en el jardín. Pues había algo que ambos desconocían y era totalmente cierto: había surgido como por arte de magia. Al poco tiempo, la señora Briefs se unió al nuevo descubrimiento. Su esposo y ella amaban a los animales y era inevitable ser parte de la novedad del día.
Por otro lado, Vegeta, que no podía salir de su asombro por lo sucedido, maldecía constantemente en sus pensamientos, y si bien no lograba expresarlo en palabras, su cuerpo gatuno demostraba a simple vista su incomodidad. Su cola permanecía erguida, el pelaje de su lomo erizado y sus movimientos sigilosos. "No, no, no... ¡Esto es mentira! ¿Cómo puede estar pasándole esto... ¡al príncipe de los saiyajin!?" pensó.
-¡Vaya! ¡Pobrecillo!- exclamó la mujer rubia con gesto de preocupación -Parece muy asustado... ¿quizás alguien lo lastimó?-
-No lo creo, querida...- la tranquilizó su esposo -se ve que está en muy bien cuidado: tiene el pelaje brillante y aparentemente un peso adecuado para su gran porte. Aparentemente ha de pertenecer a alguna persona, pero ahora está perdido...-
-O tal vez lo han abandonado...- añadió Bulma, quien mantenía los brazos cruzados -Las personas de la ciudad saben que recogemos muchos animales-
-¿Quién sería tan inhumano de abandonarlo? ¡Si es taaan bonito!- preguntó amorosamente la señora. Corazones parecían brotar de su rostro.
-¿'Bonito'?- preguntó la peliazul mirando de reojo a su madre -¿acaso te has fijado si es un macho?-
-Pues eso es muy fácil de averiguar...- dijo el Dr Briefs acercándose al centro de toda la atención.
Se posicionó detrás del gato y disimuladamente tomó su cola y la levantó para observar... bueno, ustedes saben. Apenas lo hizo, el minino abrió sus ojos como en una caricatura, lanzó un zarpazo con sus garras hacia la mano del hombre y luego le siseó mirándolo directo, como desafiándolo. Afortunadamente, el científico fue lo suficientemente rápido como para esquivar el ataque.
"¡Pero, ¿qué demonios haces, imbécil?! ¡¿Cómo te atreves?! Grrrr... ¡Odio todo esto!" pensó Vegeta. El príncipe no podía creer por todo lo que estaba pasando. No sólo había perdido su cuerpo sino también su dignidad, y eso era lo que más le dolía. Presionaba su orgullo y eso era insoportable.
-Querido, ten cuidado, por favor...- le advirtió su mujer.
La familia comenzó a formular hipótesis varias sobre su repentina aparición y sobre su conducta. Creyeron que probablemente había sido agredido por alguna persona y por eso actuaba en forma defensiva. O quizás era un animal poco amigable. Y de hecho, era un animal insociable... después de todo así era Vegeta.
La señora Briefs le ofreció un poco de alimento. Si era su costumbre convidar bebidas y comida a los humanos, ¿por qué dejaría de hacerlo con un tierno gatito? De todas maneras se trataba de un invitado. La idea fue un éxito porque de inmediato se acercó a comer, y más de un plato: estaba realmente hambriento. Pero la verdadera intención de la familia era meterlo en la casa, lo cual resultaba un desafío.
-¡Ven! Gatito, gatito...- lo llamó Bulma arrodillada en el suelo -no tengas miedo, no voy a hacerte daño... ¡Ven!- pidió sonriendo.
Vegeta quedó observándola. Después de todo tendría que ingresar en la casa. Desconocía si sus poderes habían disminuido como consecuencia de su transformación y no sería conveniente permanecer fuera. Y si bien aborrecía que lo traten como mascota, pues porque físicamente lo parecía, tendría que aceptar el trato... y acercarse. Se aproximó hasta olisquear su mano extendida. No comprendía por qué pero lo había hecho. Simplemente ignoraba que su olfato se volvería tan importante como su vista. Aunque pudiera reconocerla con sus ojos, de todos modos debería reconocer su aroma.
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La Maldicion Del Gato
FanfictionTen cuidado...no todo es lo que parece menos ese gato que te mira de una manera extraña...