ADVERTENCIA: Los personajes de Percy Jackson no me pertenecen (si lo fueran haría una serie animada con ellos xD) sino a Rick Riordan.
Desde aquel día Annabeth trabajaba día y noche, casi sin descansar.
Desde que el sol se alzaba hasta que se ponía todos los días eran una carrera apresurada para lograr su meta, sus inventos se acumulaban en la mesa de trabajo junto con planos y herramientas cubiertas de capas de polvo cada vez más numerosas, incluso sus obligaciones para con la cabaña seis quedaban relegadas a su hermano Malcolm mientras ella pasaba casi todo su tiempo en el bunker 9. Era muy insistente incluso cuando el mismo Quirón le recomendaba ampliar un poco más sus horas de sueño pero ella aseguraba estar bien.
Aunque no fuera cierto.
Piper se había vuelto su confidente en todo ese tiempo, conversando con ella a solas, animándola a dormir un poco más o a no tomar tanta carga horaria de trabajo en el hangar de construcción, a veces se sentía horrible cuando se volvía un poco brusca aunque se disculpaba siempre. Ella sonreía asintiendo, podía entender el estado de ánimo de la hija de Atenea, lo que no sabía era que le provocaba algo que ella no se atrevía a reconocer. Y no, no era verla corriendo siempre de vuelta al lado de Jasón, verlos contentos y felices disfrutando de su compañía mutua.
Malcolm le avisa que la cabaña seis se quedaría esa noche a trabajar en el barco ya que era su turno en la rotación de construcción junto con la cabaña nueve, su consejera insiste en acompañarlos. Se necesita un esfuerzo mediático tremendo para convencerla de lo contrario ya que los ojos rojos y la sombra en sus parpados eran más que notorios. Incluso Leo con su jocosa y humorística sátira la felicita diciéndole que los sistemas electrónicos (la parte más difícil de la navegación) estaban listos gracias a ella y ahora solo quedaba terminar la parte mecánica de su imponente nave cosas que les concernia solo a sus hermanos.
—Nos vamos a encargar de esto. VE-A-DESCANSAR— Le recalca Malcolm.
También ayudaron a su argumento el cuerpo molido y otra de las recientes jaquecas que tenía. Al final aceptó.
—De acuerdo—contesta casi a regañadientes.
Piper se ofrece a acompañarla hasta la zona común, dejaron atrás al novio de esta y caminaron los cinco minutos de recorrido en el amplio sendero de piedra iluminada que había acondicionado como paso seguro para atravesar el bosque hasta el bunker nueve. Llegan al campamento, el estómago de Annabeth protesta como no lo había hecho en días, Piper se asegura de llevarla al pabellón a que ingiera bocado alguno, casi todos ya cenaron hace una hora por lo que no encuentran mucha gente ocupando las mesas, así ella desobedece también las reglas y se sienta a su lado en la mesa vacía de los hijos de Atenea.
Clarisse trincha con su tenedor un gran corte de carne, puede notar que llevaba un cuchillo y una coraza de cuero sobre su remera naranja del campamento como lo ha estado llevando hace meses, Travis y Connor arman una escultura con gelatina de la cabaña once, Will Solace juega con su brócoli golpeteando de un lado a otro con el cuchillo mientras escribe las rimas que se le ocurren. Entre los pocos que hay puede notar la tensión en el ambiente y no es para menos, cuando creyeron sobrevivir a una guerra otra se avecina.
Annabeth no siente que su apetito se desborde pero como tiene a Piper a su lado hace el esfuerzo de comer un poco más, ella le charla de forma amistosa explicándole los avances de la nave esperando poder animarla, tanto ella como Leo y Jasón trabajaban como un equipo aparte en la construcción del Argo, se le ocurre contar algunas cosas jocosas, como cuando a Leo se le cayeron los pantalones cuando intento deslizarse por un pequeño espacio mecánico de la nave para apretar una tuerca o cuando a Jasón le cayó encima una lata de la pintura mágica que usaban en el comedor de la nave y termino volviéndose una pantalla de proyección romana viviente.
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Contenido Latente
FanficLos sueños son manifestaciones de nuestros propios deseos inconscientes, y aunque lo niegue la mente de Annabeth conoce sus mayores deseos y temores. Rated M. Percabeth