Capitulo 3: No te burles.

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Desperté queriendo ver a Dylan pero al despertar observé algo extraño. Esta no era mi "habitación", ¿por qué "habitación"? Porque prácticamente dormía en el suelo con un pedazo de tela. Tenía un dolor de cuello ¡ay! Pero eso no importaba ahora, salí por la puerta y me encontré en un pasillo infinito, nunca investigué el orfanato pero no recuerdo que haya un pasillo con dibujos de niños pequeños colgados en las paredes. El jefe jamás lo permitiría.

Corrí hasta llegar a una sala y miren a quien me encontré, Caty.

-Prost...digo Caty, ¿por qué estoy aquí?- pregunté tocando mi pecho, estaba demasiado agitada.

-Hola Emily- dijo sonriendo.
-Decidimos que era momento de que estudies, así que te tragimos a esta pequeña escuela- sonrió aún más.

Por momentos pensé que sus dientes iban a salirse de su boca.
-¿Que mierda?- grité.
-¿Aquí no conozco a nadie, es todo una mierda, ¿cómo me traen hasta aquí?- mis palabras fueron en vano.

-Mira niña asquerosa, estudiarás aquí y harás nuevos amigos si no quieres que te deje abandonada una tercera vez- dijo acomodando su vestido.

Salí corriendo.

***

Estaba en un rincón llorando. Necesitaba un abrazo de Dylan.

-Hola pequeña- dijo tibiamente una voz.

Reconocería ese dulce sonar en cualquier lugar -¿Dylan?- al ver que era él corrí y lo abrazé.

Me pidió una explicación respecto mis lágrimas. Le redacte todo con lujos y detalles. El quedó estupefacto. Solo le dije que quería escapar de aquí, pero nadie podía sacarme y quien podía no estaba permitido.

-Mira Emily no puedo hacer nada al respecto pero...- sacó un dulce de su bolsillo en forma de corazón.
-Espero alegrarte un poco el día pequeña- me lo entregó.

Respondí con un "gracias" y tomé el dulce.

Me entregaron el maldito uniforme de esta maldita cárcel, me bañe y me lo puse. Era algo incomodo ya que me quedaba grande ¡Vamos! ¿No me pueden entregar un uniforme normal? Pero era lo que había.

Entré al salón y...todas las miradas se enfocaron en mi. Me sentí intimidada.

El profesor me miró y luego a los alumnos.
-Bueno alumnos esta es su nueva compañera, su nombre es Emily Thompson, sean amables con ella- dijo mientras yo tomaba asiento.

Nadie despegaba sus ojos de mi, soy una humana como todos ustedes.

Al salir al patio que no era demasiado grande me senté en una banqueta. Mi estómago gruñia del hambre pero no quería molestar a nadie.
Unas niñas se acercaron.

-Hola Emily, mi nombre es Rebbeca Hunter y ellas son Heyley Miller y Addy Sellers, ¿quieres venir con nosotras?- preguntaron levantándome.

La pase bien ese tiempo que estuve con ellas, hablamos sobre todo y de todo hasta que la torpe de Heyley me pregunto cómo llegue aquí.
Contesté con la verdad al ver que eran buenas personas. Al terminar rieron a carcajadas y mi cara se puso roja como tomate. Literal. Estaba avergonzada.

-Eres tan ingenua,¡te abandonaron!- dijo Rebbeca señalandome con el índice para llamar la atención.

Todas empezaron a provocar que los demás también se rieran y eso hizo que salga llevándome todo por delante con tal del salir de este lugar horrible.

Estaba en una vereda llorando. ¡Son unas malditas desgraciadas!

Les agradezco una vez más por leer y votar. Traté de que el capítulo sea más largo.

**Besos**

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