Querido diario:

280 34 6
                                    

Querido diario:

¿Por qué todo el mundo empieza siempre escribiendo "querido diario"? Me parece ridículo. ¿Querido? ¿En serio? ¿Lo quieres mucho? Es un pedazo de papel. Un montón de hojas que no habías visto en tu vida en las que un perdedor como tú escribe sus pensamientos; unos pensamientos tan interesantes que nadie está dispuesto a escucharlos. Las personas escriben para sentirse mejor consigo mismas, o porque son bastante prepotentes e ingenuas como para pensar que en sus vidas ocurren cosas tan interesantes o que sus pensamientos son tan valiosos que algún día alguien agradecerá que haya quedado constancia de ellos. Pero no. En realidad son solo desvaríos garabateados en un papel. "Querido diario, hoy he desayunado a las 8:05 y me he ido a trabajar sin lavarme los dientes" "oh, ¿de verdad? ¡Qué interesaaaaante! Saluda a tus caries por mí". Algo así podría contestar el "querido diario" si tuviera conciencia; y me alegro de que no la tenga, porque si no el pobre ya se habría pegado un tiro hace tiempo. Tal vez deberíamos empezar a llamarlo "pobre diario" a partir de ahora. O "estúpido diario", porque la idea es realmente estúpida. Pero, a pesar de mi opinión sobre los diarios, sí: esta es la primera entrada del mío. Me he ido por las ramas, así que empezaré de nuevo.


Estúpido diario:

Mi nombre es Peter Hale, vivo en Beacon Hills con mi sobrino Derek y siempre he pensado que esto es una ridícula pérdida de tiempo. Aunque supongo que los malos de la historia no merecemos tener a nadie a nuestro lado, y por tanto no tenemos con quién desahogarnos. Si yo le cuento mi vida y mis inquietudes a mi sobrino, por ejemplo, lo más probable es que este acabe desgarrándome la garganta... con los dientes. Porque, estúpido diario, somos hombres lobo. "Oh vaya, un hombre lobo, ¡qué interesante!" dirás. Pues prepárate, porque si ya me cuesta tener conversaciones con Derek sin que acabe amenazándome, si le contara lo que de verdad me pasa por la cabeza, tendría que cambiarme de identidad. Y de país. Y probablemente de cara. Porque no solo he perdido mis poderes de alfa, cosa que me debilitó considerablemente... oh sí, estúpido diario. Yo era el alfa. En realidad siempre lo he sido, y siempre lo seré, solo que ahora mismo no tengo los poderes. Minucias. Ya sabes, los ojos rojos, la transformación más completa, más fuerza, velocidad, resistencia, poder convertir a otros y formar mi propia manada... en definitiva: poder. Bueno, pues era el alfa hasta que llegaron mi sobrino y una panda de mocosos, me quemaron vivo y, mi querido y fiel Derek, el niño de mis ojos, mi mano derecha, me rajó la garganta y me robó los poderes. Ah sí, y me mató. ¿Qué? ¿Resentido? ¿Rencoroso? ¡¿YO?! Para nada... Qué va. ¿Me siento traicionado? Bueno, un poco. Al fin y al cabo, Derek siempre fue mi punto débil, y creo que durante un tiempo yo fui el suyo. Sí, me cuesta creer que aquel crío pequeñajo que era todo ojos azules y expresión inocente y me seguía a todas partes tratando de complacerme y convertirse en mí, pudiera llegar a matarme. Pero bueno, reviví, asunto zanjado. ¿Por dónde iba? Ah sí, mi sobrino y la panda de mocosos. Se creen la banda de Scooby-Doo, los justicieros del pueblo o algo, porque siempre que alguien (que suelo ser yo) hace algo "malo" en seguida se meten en medio. Y como decía, no solo he perdido los poderes de alfa sino que también he muerto, y resucitar no es algo fácil. Sobre todo, idear un plan antes de que te maten por si acaso lo hacen para aterrorizar y volver loco a alguien y así hacer que te resucite, no es nada fácil. Volví muy debilitado, ellos son más y... Oh, sí. Está Scott. Su coeficiente intelectual se ve eclipsado por el de un ladrillo y es un pobre asmático, pero por alguna razón lo tiene todo. Y cuando digo todo, es todo. Es un alfa verdadero. Por supuesto, no sabrás lo que es eso. Pues bien, es alguien que llega a ser alfa sin heredar o robar el poder. Alguien increíblemente poderoso. Y lo peor de todo es que es culpa mía. Sí, "querido" diario, yo convertí a Scott, el chico asmático que corría de noche por el bosque, cuando aún era alfa. Y no pasa un solo día sin que me arrepienta de ello. ¿En qué momento se me ocurre convertir a un adolescente hormonado y asmático que se dedica a husmear por el bosque de noche y huir despavorido cuando llega la policía? No tenía muchas posibilidades de sobrevivir a la mordedura con esas características, y si el proceso de selección natural fuera sabio no lo habría hecho. Bueno, Scott. Integrante de la banda de Scooby-Doo, casi diría líder, y de hecho se parece al protagonista de la serie. Sí, me refiero al perro. Aunque el chucho lo supere sobradamente en inteligencia. Oh, y mi hija también forma parte del grupo de niñatos que me odia y termina por frustrar todos mis planes (ya estoy hablando como los estúpidos "villanos" de la serie. Estupendo. Creo que veo demasiado la tele). Mi hija, sí. Me enteré hace poco de que existía; resulta que mi hermana (que en paz descanse) me robó el recuerdo de que Malia (así se llama mi hija) existía. La familia. Qué cosa tan maravillosa, ¿verdad? Encantadores todos. Por no hablar de mi sobrina, que es la simpatía personificada. Lo más cariñoso que nadie le ha visto hacer en años, es dar un puñetazo, cosa que no se le da nada mal. Que por cierto, podría haber mandado una postal o algo. Un simple "estoy viva chicos, no os preocupéis por mí o venguéis mi muerte anda". Pero supongo que es más divertido hacer a lo poco que queda de tu familia creer que has muerto. Porque no teníamos bastantes muertes que llorar (sí, estúpido diario, es una ironía) ni habíamos perdido bastante en el incendio.

Bueno, creo que me he alargado demasiado. Me he emocionado, como nunca me dejan hablar, nunca tengo que decidir cuándo parar, así que no sé hacerlo. Pero la verdad es que se hace tarde y ya he perdido demasiado tiempo aquí. Además, Derek se preguntará qué tecleo con tanto interés. A lo mejor piensa que tramo algo y me viene a cotillear el portátil (de hecho, se asomó hace un rato y tuve que cambiar rápidamente a Facebook; sé que esa página lo confunde bastante), y lo último que quiero ahora es que lea esto y tenga otro motivo para burlarse de mí. O para simplemente cruzarse de brazos, rodar los ojos y mirarme con aire superior y desaprobador antes de marcharse sin decir una palabra. Odio cuando hace eso.  Por otra parte, si no me encargo de la cena ya, lo mismo no probamos bocado hasta mañana, y me muero de hambre. Tendré que pedir una pizza o algo, porque este hombre tiene la nevera vacía. ¿Hay alguna forma estándar y ridícula de terminar una entrada en el diario? Bueno, no conozco el protocolo de diarios, así que: cambio y corto.








Estúpido diario:Donde viven las historias. Descúbrelo ahora