La pequeña cachorrita llegó, emocionada entre esto dispuse todo mi tempo a ella, acomodar su pequeña cama en mi habitación, enseñarle su lugar para comer y para ir al baño.

—Hey pequeña— me arrodillé para acariciarla. —¿Quieres ir a un paseo?— la perrita comenzó a mover su cola—Sí que sí, ven te pondré la correa.

Camine a la cocina en busca de su correa y una bolsa plástica para recoger si es que decidía hacer en la calle.

Daysi, así se llamaba la cachorra, comenzó a ladrarme al verme con la correa. Nuevamente me puse a su altura, corriendo peligro ya que sus largas y gruesas uñas quedaron marcadas en mis piernas. Genial.

—Listo, vamos— tome las llaves de la casa y las guarde en mi bolsillo. Cheque la cámara que traía en el cuello si estaba con su tapa que cubre el lente y estaba todo bien— Saldré un rato, no llevo el móvil, ya vuelvo.

—Ten cuidado. No vayas a....

—Si, lo sé— le interrumpí a mi madre.

Cerré la puerta y comencé mi camino. Recorrí la manzana de mi condominio y luego me dirigí afuera, a un parque que quedaba a unos cuantos minutos. Fotografiaba cada simple detalle, la hora en que salí fue perfecta ya que el atardecer comenzaba a formarse.

Me senté en una banca, llevaba más de 20 minutos caminando y para una persona han sedentaria como yo ya era mucho por un día. Quería, más bien, merecía un descanso.

—Hola— dijo una chico sentándose a mi lado y acariciando a la cachorra.

La mire de reojo y sonreí.

—Oh, lo siento si te molesto— dijo dejando de acariciarla.

—Descuida— dije con la garganta gruesa.

El hecho de hablar con gente espontáneamente me resultaba muy difícil, tal vez tuve que haber hecho una cara fea al verlo. Dios. Detesto hacer eso, soy muy cruda y fría con gente que no conozco. Muy poca gente ah llegado a conocerme como soy realmente.

—Bueno— sonrío. Vaya esta chico sí que tiene animo. Pensé a mis adentros.—Soy Stephan, un placer.

—Yo soy Ágata— respondí un poco más tranquila.

—¿Cómo se llama ella?— me pregunto acariciando nuevamente a la puddle.

—Daysi— respondí.

—Oh, como la de Disney— reí ante su comentario.

—Me imagino que si— respondí con una sonrisa.

—Ves, no es tan difícil hacerte sonreír— dijo amablemente la chico.

—Bien...— dije un poco tensa al ver su mano apoyada en mi rodilla.

—Por qué no me das tu número y salimos algún día— sugirió.

—Esta bien— dije dudando un poco de su oferta.

Tome su móvil y anote mi numero, guardándome como "Ágata (chica del parque)" el rió ante mi apodo y luego guardo el móvil en su bolsillo. Se despidió de mí con un saludo de manos y se fue.

Otros 20 minutos tarde de vuelta a casa. Fue igual de agotador pero a la vez divertido. Entre a mi casa y solté s Daysi para que fuera a tomar agua, se notaba que estaba muy sedienta al igual que yo. Tome una botella de agua y subí a mi cama, me acosté boca a bajo y cerré los ojos. Sin darme cuenta cuando ya estaba dormida.

Levanta la miradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora