Hay ciertas cosas que nunca se superan. Hay días que parece que las has olvidado, hay otros en los que no las puedes sacar de la cabeza y solo te atormentan.
Cuando pierdes el pilar esencial de tu vida todo ante ti se desploma. Ves como van cayendo las columnas poco a poco, como el material se va haciendo añicos y se hace polvo hasta que desaparece. Llega un día en que emprendes la construcción de nuevo pero un soplo de viento no te deja continuar y lo derrumba todo de nuevo. Aparece una persona que está dispuesta a ayudarte, aún así cuando ve el desorden formado y todas las piezas que hay que juntar se vuelve a alejar. Y vuelves a buscar a esa columna principal, haces todo porque vuelva y se quede allí sujetando todo a su alrededor. Se queda poco tiempo y cuando se vuelve a ir deja todo peor que la primera vez. Las piezas ya no encajan, no hay manera de saber cómo empezar, todo es un completo caos.
El peor momento es cuando te agachas a coger los restos y te encuentras con el rastro de todo ese tiempo atrás. Cuando recuerdas como empezó todo, como pasó y como terminó. Huyes de ese lugar y dejas todo el desorden atrás, intentando fingir que nunca esos hechos han ocurrido.
El dolor aparece y te tormenta continuamente. A veces es la culpa, otras veces el miedo y el odio es el peor. No sabes cómo has llegado hasta ahí, ni cómo has dejado que todo fuera cayendo a su paso. El dolor en el pecho se repite, te agobia, te ahoga. Sabes que hasta en los mejores momentos ni desaparece, solo te acostumbras a vivir con él y a ocultarlo.
La única persona que te puede volver a llenar y levantar es la única persona que no va a echar la mano al fuego por ti. Esa persona ha conseguido levantarse de nuevo y ha quemado las cenizas que quedaban en el lugar, como si nunca hubiera formado parte de ese desorden.
No sabes cuánto tiempo más vas a aguantar así. Su recuerdo te mata cada día, te devuelve a esa realidad que no quieres vivir. Aún así, continúas, sigues adelante porque sabes que algún día podrás quemar y deshacerte de esas cenizas como la otra persona pudo, sabes que algún día volverás a juntar todas las piezas del rompecabezas y podrás ser feliz. Mientras tanto, rezas porque se acuerde de ti y porque todo vuelva al principio, donde todo era perfecto, donde ninguno fallaba. Y ya no hay marcha atrás, el tiempo vuela y se lo lleva todo. Como una ráfaga de viento en una tarde de abril, como el agua que moja el asfalto y hace río, todo se va.
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Buenas tardes. Es la segunda novela que subo aquí y la segunda que escribo. Espero que os guste tanto como a mí escribirla. Iréis conociendo los personajes en los siguientes capítulos.
Un saludo,
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colors and promises
RomanceHay veces que me pregunto cómo habrían sido las cosas si nada hubiera acabado. Me pregunto si yo seguiría siendo así, si habría llegado a ser tan fuerte o si habría acabado en ruinas. Dicen que el camino nunca es fácil. Si no te sitúas al principio...