Test #5

27K 2.2K 2.5K
                                    


Las palabras de Anne lo habían dejado pensando por unos momentos, mientras que su rizado novio se cambiaba de camiseta, ya que la anterior estaba llena de sudor por haber jugado futbol horas atrás.

Era verdad, la señora tenía razón en todo lo que le había dicho, él era solo un niño con un hombre como acompañante, y si pasaba cosas (como un embarazo) las cosas que Harry había hecho se irían directo al tacho, y Lou no quería nada de eso, porque antes que todo, estaba la felicidad de su novio.

Los pasos de Harry se oyeron en la sala, haciendo que Louis se coloque de pie, aun con su triste mirada y la mente llena de cosas.

-Ya estoy listo amor. –Sonrió el ojiverde a su pequeño novio, pero esa sonrisa se borró al ver la tristeza impresa en el rostro del menor. -¿Qué paso, bebé? –Y la sola palabra "bebé" hizo saber a Louis que él lo era, y Harry era un hombre que había empezado un doctorado para convertirse en alguien importante para el mundo, mientras que Louis seguía siendo mantenido por sus padres, mientras seguía durmiendo con un estúpido osito de peluche que fue su obsequio de navidad a los siete años.

-Harry... -Suspiro, parpadeando rápido para que las lágrimas que retenía no cayeran por sus mejillas. -¿Tú me quieres?

El mayor se sorprendió ante la pregunta, frunciendo el ceño. Louis al no recibir respuesta se puso a llorar, porque si, él era un bebé, y necesitaba a alguien quien lo cuidase. Harry se acercó corriendo a él, para sostenerlo en un abrazo fuerte, besando su cuello, separándose para secar las lágrimas de su pequeño, besando sus labios, lento, despacio.

-Recuerda que te amo, amor. –Susurro, haciendo sonreír al menor, quien tomo un poco del cabello rizado para apretarlo y jalarlo a sus labios, para besarlo una vez más. -¿Por qué la pregunta, cariño? –Definitivamente Louis amaba como Harry se refería a él con esos apodos, cariñosos, horribles, pero llenos de amor.

-Tu mamá me dijo cosas. –El menor sintió los puños de Harry apretarse, sus brazos lo apretaron más. –Hazz, me duele. –Pero el mayor estaba como en un trance. –Amor, me duele. –Los brazos de Harry cada vez más apretaban al menor. -¡Harry, me estas lastimando! –El ojiazul empujo al mayor, con todas sus fuerzas, no logrando separarlo de él, pero si despertándolo de su trance.

-Sabes que no debes escucharla, ella siempre hablara piedras. –Dijo con voz gruesa, haciendo que el menor se retuerce. –Vamos hacer que se calle de una vez por todas, no dejare que derrames una lagrimas más por sus palabras. –Y así Harry empezó a besar con desespero al menor, quien se sorprendió, pero se dejó llevar, porque él era Harry, su papi, su sustento, su dueño, el ladrón que le robo el sueño y el corazón.

El rizado lo tomo por las piernas, logrando que Louis pasara sus piernas por la cintura del mayor, tomándolo por los rizos, mientras que Harry apretaba el trasero de su novio a su antojo, metiendo una mano dentro de él, tocando apenas la entrada del castaño. Con pasos largos, Harry llevo a su novio a la planta de arriba de la casa de Anne, y es que ellos habían visitado a la madre de Harry por un fin de semana, y la señora solo esperaba a su hijo querido, pero cayo de sorpresa cuando vio al niño de ojos azules al lado de su hijo, tomados de la mano.

Harry se encamino a su habitación, pero a lo lejos puedo ver el cuarto de su madre, ese que ocupo desde que él tenía memoria, donde solía dormir pocas veces en las noches cuando los monstruos salían bajo de su cama. Una idea ilumino la cabeza del mayor.

Así que con actitud y aun besando el cuello del castaño, entro a la habitación de su madre, recostando a Louis en la gran cama de Anne.

-Hazz, este no es tu habitación... -Los labios de Harry lo hicieron callar, bajando los pantalones de su amante.

-Vamos a demostrarle a mi madre el amor que te tengo, y haga lo que haga, diga lo que diga, nunca te voy a dejar. –Susurro, pasando sus grandes manos por las torneadas piernas del menor, haciéndolo gemir. –Vamos a demostrarle cuanto nos amamos.

Y así fue, Harry le hizo el amor más de tres veces a Louis esa tarde mientras que su madre estaba jugando tenis seguramente. Louis gemía, de amor, de placer. Harry terminaba dentro de un condón, abriendo todos con los dientes, para seguir.

Y claro que el rizado no sabía mucho sobre que los condones, nunca en la vida, se debe abrir con los dientes.


_______


-Es estúpido. –Hablo el rubio colocando una prueba de embarazo en sus pantalones. –Utilizaron condón, no debes preocuparte. –Miro a su amigo, quien observaba jabones, observando de vez en cuando a las personas que los rodeaban.

-Lo sé Niall, ¿pero cómo explicas los vómitos?-Pregunto, caminando a la salida, sonriéndole al guardia en la puerta.

-Joder Lou, te comiste una pizza que estaba en mi cocina dos semanas ¿Qué esperabas? –Bufo, doblando la esquina para ir a la casa del castaño. –Aparte, siempre tienes vómitos, de todo. –Rio, ingresando a la casa de Louis. Subieron corriendo las escaleras, mientras sacaba de sus jeans la prueba. -¿Y qué se hace con esto?

-Tengo que cagar encima de él. –Respiro simple, recibiendo una mirada de asco por parte de Niall. Louis solo rio. –Tranquilo Ni, solo tengo que orinar en él y esperar unos diez minutos.

Y eso hizo, después de diez minutos ellos se encontraban en el suelo, conversando de todo, ya que Niall al ser un año mayor que Zayn y Louis, tenían otros temas de conversación.

-Niall. –Llamo a su amigo, cortando la conversación.

-¿Si?

-Puedes... ¿Puedes tu ir a ver la respuesta? –Pregunto en un susurro, observando el techo.

Niall no dijo nada, solo se puso de pie y entro al baño, saliendo en pocos segundos con un ceño fruncido y la prueba en la mano. Louis lo observaba esperando respuesta.

-¿Qué significa dos rayitas?

Louis perdió la respiración, sabiendo muy bien que significaba. Tenía ganas de llorar, pero se detuvo la escuchar la risa de Niall.

-¡Tenías que ver tu cara! –Rio, tomándose en brazos su estómago.

El aire volvió a los pulmones del pequeño, ahora rojo de la irá. -¡Date por muerto! –Niall lo miro, asustado mientras que el castaño se ponía de pie para empezar a correr por toda la habitación.

Sí, Louis se había salvado una vez más, pero ¿la suerte de una persona dura para siempre?





Test. [Larry Stylinson/M-Preg] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora