°°Capitulo 4°°

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Hoy era día de escuela, era el peor día, estoy con resaca al igual que Celeste. Odio las salidas antes de clase. Pero tengo que ir. Me puse de pie y tome una ducha rápida. Me puse unos vaqueros ceñidos color negro, un polo de tiras color negro, una camisa de cuadros negros y rojos con mis botas favoritas color azabache. Salí del baño y Celeste aun no estaba despierta. Me subí a mi cama y comencé a saltar.

-No, no iré. - Dijo Celeste.

-Vamos, levante o voy a gritar.

-No, no , no. . .

Escuchaba sus gruñidos, pero yo sólo seguía con mi labor de ir temprano a la escuela.

-¡ESTA BIEN, ESTA BIEN, PERO TENDRÁS QUE DARME UN CAFÉ MUY CARGADO, NADA DE COMIDA SOLO, CAFÉ!

Sonreí triunfante y baje de la cama. Ahora era mi turno de conseguir lo que quiero.

-Bien, hay esta la ropa que me prestaste esa vez, toma una ducha y cambiante. Yo iré por el café, si cuando suba no estas vestida pondré musica a todo volumen y volveré a saltar.

-Bien, bien.- Dijo dirigiéndose al baño.

-La ropa esta encima del retrete. Y tu yo tenemos que hablar de tu relación con mi hermano.

-Claro. Si, luego, ve a preparar mi café.

Serró la puerta y baje a servirlo. Mamá estaba hablando con Papá y se veían angustiados. Cuando se percataron de mi fingieron una sonrisa.

-¿Celeste ya esta despierta?.-pregunto mamá con una sonrisa falsa en la cara.

-Si, ¿Pasa algo?-. Frunci levemente el ceño.

-No amor, son las deudas. Eso es todo. - Dijo papá.

Sonreí y me acerque a la cafetera. Lo hice cargado para que a ella se le levante el amino. Cuando subía me encontré con Max.

-¿Ya se despertó?.- Dijo Max. Obvio que se refiere a Celeste.

-Sip, permiso tengo que llevarle esto.

-Dile que. . . no mejor yo se lo digo, no no. . . olvidalo.

-Okey Romeo -. Puso lo ojos en blanco y siguió bajando.

Cuando llegue, Celeste se veía hermosa. Parece que no tuviera nada.

-Hay esta tu café.

-No grites.

-Apurate que ya son las 7:15. Llegaremos tarde.

-Iremos en tu coche. El mio necesita carga.

-Bien.

Cuando bajamos. Max me esperaba. Ahg. Tengo que llevarlo. Lo había olvidado.

-¿Max ira con nosotras?. - Dijo Celeste con una sonrisa.

-Si. Papá le comprara un auto el próximo mes. Cumple 19.

-Si, lo sé.

-¿Lo sabes?-. Dijo Max con una risa de "seductor". Celeste puso cara de idiota, cogí su mano, jalando su pesado cuerpo a la salida.

-Bien vámonos, no quiero llegar tarde. Menos un lunes -. Dije irritada.

Al llegar cogí la mano de Celeste, corrimos a clase de Matemáticas. En menos de quince minuto sonaría la campana. Al llegar a el profesor no estaba, hací que teníamos tiempo. Nos sentamos juntas. Ya que con ella era la única con la que hablaba. Por la puerta ingreso un rostro conocido ¿Donde lo había visto? No le tome importancia, me recoste sobre mi mesa. Me dolía demasiado la cabeza. Maldita Resaca.

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