°°Capitulo 2°°

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-Celeste ya me voy!.-grite cerca de su oído.

-Ahh!.-grito en queja.

-Te llamó luego. Cogí algunas prendas tuyas. Ah y tu cartera, y unas converse. Luego te lo doy.

-Si...-dijo cubriendo su cabeza con la almohada.

Salí por la ventana justo como entramos, Celeste estaba castigada y su madre no puede verme. Aunque sea muy adorable. Baje por la maya y caí al suelo.

Como hoy es sábado mi cafetería favorita esta abierta a las 7:30 de la mañana. No quedaba lejos de casa y por 15 minutos que demore, no se molestaran. Diablos comenzó a llover. Corrí hasta la puerta e ingrese.

-Hola, en que la puedo ayudar.-dijo el joven del mostrador.

-Hola, un café expreso por favor, ah y con crema.

-Son 12.95.

-Tenga. Gracias.

-La llamaremos al pedido. Su nombre?.

-Area.

Asentó y prosiguió con lo suyo.

No podía dejar de pensar en Ethan. Que le pasa solo me conoce un día y me robo un beso. Aunque técnicamente no sea un beso. No lo conozco, solo se que se llama Ethan Petswork. Ethan, Ethan, Ethan...

-Area?.-dijo el joven del mostrador.

Soy la única en el lugar es tan solo en las mañanas. Fui por mi café.

-Gracias.

Empuje la puerta pero me detuve, ya que la lluvia se hizo cantaros.-
«Muy bien Area que sea rápido»-dije a mi misma. Comencé a correr pero un pecho muy formado y con la camiseta pegada se detuvo frente a mi, impidiendo mi camino.

-Permiso.-dije cubriendo mi café y mirando al suelo.

-Tu otra vez. ¿Me estas siguiendo?.

-¿Que?.-levante la cabeza y era Ethan.-. Ni estoy siguiendo a nadie. Permiso.

Me cogió de los hombros.

-Vamos, te llevo a casa.-dijo Ethan.

-No voy con extraños.

-Yo si. Vamos te emfermaras.

Frunci los labios.

-Esta bien.

Tiene un Ford. Igual al de Celeste. Pero el de él es negro.
Tome asiento en el de acompañante y deje mi café a un lado. Junte mis manos y sople dentro de ellas.

-Que lluvias.-dijo Ethan sentándose a mi lado.-. Vámonos.
Puso el coche en marcha haciendo que mi café caiga en los vaqueros de Celeste.

-Joder. Quema.-dije sacudiendo mis manos en mis muslos. El freno, e hizo que las llantas rechinaran.

-Lo siento. Ah... Tengo una toalla. Voy a mojarla con la lluvia.-se extendió hacia la parte trasera y saco una toalla blanca. Abrió la venta y luego la puso en mis piernas. Que alivio.-. ¿Mejor?.

-Eres un idiota!.-grite.

Arranco el auto e hizo que me fuera hacia atrás.

-Cuenta algo sobre ti.-dijo Ethan.

-No.

-No eres muy sociable. ¿La chica de la fiesta es tu única amiga?.

-No.

Suspiro.

-¿Donde vives?.

-Frente al parque del centro.

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