Azazel los llevo a California, a una casa que visitaban todos los veranos.
Issabel abrió la puerta de la casa y entro en ella.
Ría la siguió con una sonrisa en los labios. Gabe dejo las maletas en el suelo. Una mano se poso en su hombro. - Escuchame, ni se te ocurra acercarte más de lo debido a mi hija....ángel.
Gabe se volteó y lo miro a los ojos. - No pretendo hacer nada y no me intimidas demonio.
- Ya esta bien, los dos, dejad de discutir de una vez. Issabel los miraba con los brazos cruzados en las escaleras. Azazel gruñó por lo bajo y subió a su habitación.Ría terminaba de desempaquetar sus cosas, sacó todas las cosas de las cajas y maletas.
Hizo su cama con su manta morada favorita y abrió la ventana para airear la habitación. Apoyado en el marco de la puerta Gabe la observaba en silencio.
- Ría me gustaría empezar con tu entrenamiento cuanto antes, es importante que empiezes a dominar tus poderes.
Ría suspiro mientras se sentaba en el filo de la cama.
- Es inevitable verdad? Gabe se sentó a su lado y la miro directamente a los ojos, unos ojos tan claros como el mismo mar.
- Si ,lo es, tienes dones que ni imaginarias y por ello debes aprender a utilizarlos, reforzarlos y controlarlos, el poder sin control es peligroso y por eso es importante tu entrenamiento, cuanto antes mejor.
La joven asintió y se levantó de la cama.
- Entonces estoy dispuesta a empezar con el entrenamiento.
Gabe sonrió y se levanto también.
- Te doy cinco minutos, en el jardín.
El chico volvió a sonreír y cerro la puerta tras él.
Ría saco ropa deportiva: unos shorts grises y una camiseta de tirantes blanca. Se hizo una coleta alta y ato sus tenis negros de Nike.
Cuando bajaba las escaleras se encontró con su padre en el salón. - Hija, adonde vas?
Ría le sonrió tiernamente y beso su mejilla. - Entrenare con Gabe, para dominar y controlar mi poder. Azazel gruñó no muy conforme con su decisión.
- No me gusta nada ese chico. Ría le tomo del brazo.
- Papá él solo quiere ayudarme, confía en él, yo lo hago.
Azazel sonrió y acarició el cabello de su hija. - Esta bien, si tu me lo pides...la muchacha le sonrió.
Se alejó de su padre y salió al jardín, donde Gabe la esperaba sentado en la hierba.
- Bien, ahora empezamos con el entrenamiento. Antes de aprender a utilizar tus poderes debes fortalecer tu cuerpo. Quiero seis vueltas a la casa y cuando termines vienes aquí. Vamos !
Ría asintió y empezó con las vueltas a la casa. Issabel y Azazel miraban desde las cristaleras.
- No me gusta el chico. Issabel miro a su marido.
- Él puede ayudarnos, ayudar a nuestra hija. El demonio refunfuñó no muy convencido.
- Es un ángel maldita sea. Issabel lo miro enojada. - Cariño, yo también lo soy.
Azazel bajo la mirada y fue al salón.
"Mi dulce niña, ojala no tuvieras que ver con esta guerra".Ría termino las seis vueltas, doce abdominales y doce flexiones.
Sentada en la hierba, respiraba con cierta dificultad.
Gabe la miraba en silenció.
- Ahora vamos a descansar, mañana a las 9:30 te quiero aquí .
La muchacha asintió y se dirigió a la casa, nada más entrar el olor a comida le llego desde la cocina, Issabel preparaba la cena: pollo asado con nueces y miel.
- Que bien huele mamá. Issabel sonrió y la miro.
- Ve a bañarte y ahora cenamos.Gabe salia de la ducha y se sentó en la cama.
Entonces hubo un destello dorado y un hombre moreno se presentó ante él. - Gabe , que crees que estas haciendo? El chico lo miro
- Lo correcto...Miguel.
El ángel suspiro y se sentó a su lado. - Hermano, vuelve conmigo al cielo, padre te perdonara.
Gabe se echo a reír. - Perdonarme, por qué? Por hacer lo que esta bien? No, no volveré.
Miguel se levanto y lo miro por ultima vez antes de irse.Ría salio de la habitación en pijama: uno pantalones rosas cortos y una camiseta también rosa. Se sentó en la mesa junto a Gabe, éste parecía distraído y pensativo.
Sin darse cuenta, Ría rozo su mano con su pierna y él la miro con una sonrisa, haciendo que ella se estremeciera y sonrojada.
Algo en su pecho despertó, un sentimiento nuevo y cálido..que ese joven despertaba en ella.