Quedan dos días para volver a la rutina, no me entusiasma mucho pero para ser el primer año lo llevo bien. Tengo ganas de conocer a gente nueva, ya que en en el instituto no es que hiciera muchos y actualmente en la universidad tampoco. Me temo que no podré ver mucho a Jess cuando vuelva a ir a la universidad, tenía pensado quedar con ella y es bastante raro que me haya contestado al mensaje que le envié hace media hora.
No puedo quedar hoy, voy a hacer videollamadas con Mike, ya nos veremos en la uni, Jess
Debía haberlo pensado, conociéndola no se despega de la pantalla para hablar con su novio. No me gusta mucho, según Jess es muy bueno y cariñoso pero algo me dice que no es así, según él su día a día se basa en ir del trabajo a casa, y de casa al trabajo. Recuerdo que una vez le comenté lo que pensaba y se enfadó conmigo durante días, normal en ella. Yo le he advertido, es ella la que elije quién le hace daño.
No tengo ningún plan hoy a parte de estar tirada en la cama. Me levanto y voy al frigorífico donde lo único que encuentro son dos huevos, queso y una pizza. Ya que no tengo nada que hacer decido vestirme y hacer la compra. Me cojo unos pantalones blancos cortos y una camiseta gris. Cojo dinero, las llaves de casa y me monto en el coche rumbo a la tienda.
Cuando entro cojo un carro y me dispongo a echar en él únicamente lo necesario. Cuando paso junto a los estantes de las galletas veo a una vieja ¨amiga¨, me giro rápidamente y me marcho.
Menos mal que no me ha visto, no tenía ganas de ser igual de hipócrita que ella cuando me ve. Voy lo más rápido que puedo a la caja, pago y me marcho con las bolsas al coche. Y con lo torpe que soy se me rompe una de ellas, la recojo antes de que alguien me vea.
Me monto en el coche y arranco, en un momento ya estoy en casa guardando la comida. Decido hacerme una ensalada. Como de costumbre cojo el móvil y veo el día que es. Se me cae el tenedor de la mano. Me quedo mirando hacia delante unos instantes y recojo el tenedor.
Siete de septiembre, el día del accidente. El día que lo cambió todo para mi, el día que los vi por última vez.
Me termino rápidamente la ensalada y voy a mi habitación. Me tumbo en la cama y me quedo mirando fijamente a un punto del techo. Ellos...Los quise tanto, y aún lo hago. Si no hubiera sido por aquel puto borracho ahora estarían aquí.
Noto como la rabia me consume, cojo todo lo que veo en mi escritorio y lo estampo contra el suelo. Lo tiro todo, y nada me importa ya. Minutos más tarde me siento en el suelo con la espalda contra la cama y me rompo, me rompo a llorar. Busco en los cajones de mi mesilla, o en cualquier jodido cajón una foto de ellos. Necesito verlos. No la encuentro, tenía una, lo recuerdo. Tenía un marco de color rosa.
Me vuelvo y apoyo nuevamente mi espalda contra la cama. Me quedo mirando el desastre que he montado. Voy a por una bolsa y meto en ella todo lo que está roto. Mientras tiró todas las cosas a la basura encuentro el marco rosa, y dentro de él, junto a unos cristales hechos añicos, la foto. La cojo y la observo durante unos instantes. Eran mis padres en el jardín de mi abuela, cogiéndome en brazos cuando apenas tenía un año.
Me llevo la foto al pecho y la abrazo con todas mis fuerzas, como si así consiguiera que pudieran volver y abrazarme. Estoy de rodillas, inmóvil y llorando. Y así es como me convertí en la chica que soy ahora; insegura, rota, fría, reservada y jodida, muy jodida.
ESTÁS LEYENDO
Las cosas cambian.
RomanceEl día más inesperado, puede ser el mejor. Y de repente ocurre, te conozco, y todo cambia. Me gusta pasar tiempo con Jess, si, pero contigo también. Me provocas esas extrañas sensaciones que se suelen tener al estar enamorado. No, no, no. Esto no pu...