Diez días.

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Hoy me he levantado y me he preparado un café. Eran las doce de la mañana. Me senté en el sofá y me coloqué una manta encima, hacía frío. Cogí mi móvil. Nada. Ninguna notificación nueva. Encendí la televisión, y nuevamente, nada. Me bebí el café y fui a la ducha. Encendí el grifo y esperé a que el agua estuviera caliente. Entré. Las gotas de agua caían a mi pelo, y de él, bajaban a mi cara. Cerré el grifo y salí. Me coloqué una toalla al rededor de mi y me dirigí a mi a habitación. Cogí una blusa blanca, unos vaqueros, un pañuelo rojo y unas zapatillas negras. Me vestí. Fui al salón y desbloqueé mi teléfono. 12:26. Tenía un mensaje de Jess en el que me decía de ir a dar una vuelta a las doce y media. Acepté. Cogí las llaves de mi casa, la cartera y salí. Fui andando, ya que su casa estaba a dos calles de la mía. Llamé, esperé unos segundos, y abrió. Allí estaba, con sus zapatillas y su pelo negro suelto. Nos dimos un abrazo y salimos. Fuimos caminando por las calles de la ciudad, y nos paramos en un parque a sentarnos y hablar. Ella me contó que estuvo hablando con su novio y que por fin quedarían. Y digo por fin, si. Su novio estaba fuera debido al trabajo. No se veían mucho, solamente cuando ella iba a visitarlo. Me estuvo contando de que hablaron, pero no le presté demasiada atención. Veía como los niños jugaban en los columpios, como se pasaban la pelota y como reían. Quisiera volver a esa época donde era feliz, y no lo sabía. Ahora lo soy, pero tengo muchas preocupaciones y responsabilidades. Dejé de mirar a los niños y me centré en Jess, ella seguía hablando sobre Mike, su novio.

-¿Y tú qué, Taylor?¿No tienes nada por ahí?-Preguntó mientras me daba con el codo.

-Que va.-Respondí. Y no mentía, no tenía pareja, ni nadie se había fijado en mi, ni yo en nadie. Todo normal.

-No me lo creo. ¿Nada de nada?-Volvió a preguntar.

-Que no.-Dije riéndome.

-Tus palabras y actitud no coinciden. ¿Segura de que no tienes nada?¿O no me lo quieres contar?-Preguntó con malicia.

-Te lo cuento todo, Jess. Si tuviera algo con alguien, ¿cómo no te lo iba a decir?-Le contesté ya un poco más seria.

-Venga vale, confío en ti. Ah y la semana que viene, para ser exactos, en ocho días me voy a Canarias para ver a Mike, como te dije antes.-Me dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

-Que bien, me alegro mucho, Jess.-Dije sonriendo también.

Ya era costumbre que se marchara a verle, y tampoco me molestaba. Cuando ella se iba yo quedaba con unas viejas amigas y hablábamos del pasado.

Nos levantamos del banco y le dimos la vuelta a aquel parque, volviendo así a nuestra casa.

Eran las dos de la tarde, y no tenía muchas ganas de hacerme de comer, a si que me hice un sándwich. Cuando terminé de comer recogí la cocina y me senté en el sillón. Hoy no saldría. Prefería ver alguna película. O leer un libro. O tocar la guitarra. O no hacer nada. Sólo quedaban cinco días para volver de las maravillosas vacaciones.

Las cosas cambian.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora