Las notas

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10 de noviembre

Las malditas notas me persiguen. En la mesa de noche, en la cama, en el baño, en las puertas... Estoy harta, no le he dicho nada sobre las notas a mi madre para que no se preocupe, pero... No paro de pensar cuando me voy a encontrar otra nota. Tengo todas las notas guardadas en el cajón de mi escritorio, para ver si tienen alguna relación entre sí. Pero parecen escritas al azar...

La lasaña que hiciste hoy parecía deliciosa, ojalá la hubiese probado ♡

Hoy estás guapísima con ese vestido ♡

Por más que las mire y las vuelva a leer, no les veo pies ni cabeza. Lo que más me inquieta es que las escribe como si estuviese aquí conmigo, como si me conociese desde siempre... Ya se ha hecho de noche y voy a la cocina a cenar. Me siento extraña como si alguien me observase. Mientras preparo la cena, me noto más y más incomoda. Meto en el microondas las sobras del almuerzo de hoy y mientras tanto pienso sobre las notas, ¿y si..? 
El sonido del microondas interrumpe mis descabellados pensamientos, me dirijo hacia el microondas para sacar la cena. Me fijo que hay un papel pegado al microondas.

- Por favor, que no sea otras de las malditas notas - pienso inquieta -.

Cojo la nota del microondas y comienzo a temblar, en la nota pone:

Tal vez tus "descabellados pensamientos" tengan sentido y todo, por cierto, bonito pijama de ositos rosas ♡

- ¡¿Quién eres?! ¡Déjame en paz de una puta vez! - grito totalmente fuera de mí -.

Me giro y veo a un chico más alto que yo, con el pelo negro oscuro y unos ojos azul marino, los ojos más profundos que he visto nunca. El chico se estaba comiendo mis sobras del almuerzo y sonríe como si la situación le hiciese gracia. 

- Mmm, sabía que tu lasaña estaría buenísima - dice el chico -.

- ¡Sal ya de mi casa! - grito eufórica -.

- Bueno, bueno, bueno. Y yo que pensaba que te alegrarías de verme - dice el chico, haciéndose el ofendido -.

- ¡Sal! ¡Sal! ¡Sal ya de mi casa gilipollas! - digo empujándole con todas mis ganas, cojo la sartén y le amenazo con la mirada -.

- Oye, y yo que pensaba que eras más amable, sobretodo conmigo, que soy "el chico de los sueños de toda mujer" - dice con picardía -.

Me paro en seco, ¿está insinuando lo que creo que está insinuando? Antes había pensado que la persona que sale en mi sueño es la misma persona que me manda las notas, pero no puede ser el...

El chico sonríe como si supiese lo que estoy pensando y dice:

- No te equivocas preciosa, soy el chico de tus sueños.




Almas perdidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora