Capítulo 3: Preparating

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Ya era viernes, se me había pasado volando la semana. Todo por la ansiedad que tenía a que sea sábado, para la joda.

No se si comente algo sobre lo que estudio pero por si no, mejor digo. Hace dos años estoy estudiando derecho (abogacía) y éste es el tercero. Me faltan unos meses y sólo voy a tener que hacer un año más y por fin voy a recibirme. Como anhelo que pase. Más que a nada en estos momentos, a veces me cansa esto de pasarme todos los días yendo a una facultad y no poder faltar, solo tener dos días libres a la semana. Amo salir de joda pero bueno, esto es por mi bien, por mi futuro. Y creo que no soy el único que piensa así. Esto va a cosechar sus frutos.

Volvamos a lo interesante. Era ya la tarde del viernes y había quedado con Nano en ir a lo de Eijo -un amigo nuestro del grupo- queríamos contarle bien sobre mañana, si iba a querer ir o no. Y de paso si tiene a chicas para invitar, que invite. Cualquiera viene bien en estos momentos.

Llegamos a lo de Eijo, nos paramos frente a su puerta y golpeamos varias veces. -mmh, pero, ¡que raro!-le digo a Nano. Raro que no nos abriera la puerta, si según él estaría desocupado hoy.

Nano giró la manija y entramos. Ni ganas de esperar afuera con el calor que hacia. Nos quedamos parados al frente de su mesada con los brazos cruzados, cuando de repente se me da por ir a ver si había alguien, como puede ser que estuviera la puerta abierta y sin nadie en la casa.

Medio como apurado fui girando manijas y manijas, hasta que lo hallé. Ahí estaba el picarillo. Parado con sus manos en la cadera moviéndola rápidamente de adelante hacia atrás, claro claro, estaba teniendo relaciones con una chica, pero no alcancé a reconocer su rostro, estaba de espaldas.

Dejé mis ojos redondos como platos y emite un pequeño sonido, a ver si así Eijo paraba y me oía. Me parecía que se hacia el oidos sordos, pero entre tantos gemidos, imposible.

Golpee varias veces su puerta hasta que me miró apretando sus labios -con ganas de seguir haciéndolo-. La chica dio un sobresalto que se tropezó con un zapato y cayó al suelo. Estaba completamente desnuda. Como buen caballero, la tome de la mano y de un apretón la levanté hacía mi. Re metiche, -bue si, ups-

Eijo me miró de reojo medio enfadado, se subió los calzoncillos y fue hacia la cocina. Saludé a la chica-con una esplendida sonrisa y guiñándole el ojo- y lo seguí.

Nano se largó a reír y para que no quede menos le seguí. Eijo me dijo que porque justo ahora teníamos que interrumpirlo en su mejor momento. Y asentí con la cabeza, pidiéndole disculpas y muy en serio. Todavía tenia su miembro fijo y tenso, y se lo que se siente que te interrumpan estando así. Le chirlee las nalgas y le sonreí de manera comprensiva. Hablamos hasta que la chica se fue, y de esperar me saludo con un beso.
Le contamos como era la cosa a Eijo y se aseguro llevar algo de comida (minas).

Lo saludamos y nos fuimos hasta un bar para tomar algo y aclarar bien todo, teníamos que invitar invitar y así. Ya que no se sabe si van a ir todos los que dicen "no sé". Y a mi no me gusta la gente indecisa, es un "sí" o un "no".

Llegamos y nos pusimos a buscar números, estuvimos así unas 3 horas. Invitamos a mucha gente. Eran ya las 2:35 de la madrugada y con Nano nos pedimos unos tragos, yo me pedí un wisky y él se pidió una cerveza. Éste bar se ponía algo interesante los viernes. Nos pedimos varios tragos repetidos hasta el punto que el wisky me pegó fuerte y me apoye en la barra con las manos en la cabeza. A Nano le agarró sueño y se fue.

Mujeriego hasta que llegaste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora