Parte 2.

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El invierno transcurre con el relajante aroma a café de la cafetería junto a la casa de Chanyeol, porque está muy frío para ir a la playa. Baekhyun estalla en un ataque de risa cada vez que la espuma del capuchino se queda en sus labios, y Chanyeol quiere tomar una foto pero siempre se olvida de llevar su cámara. No importa de todas maneras, porque la suave espuma en sus labios y la cálida esencia del caramel macchiato permanecen en su memoria, día tras día.

Tras el invierno llega la primavera, y mayo los recibe con el cumpleaños de Baekhyun.

—¿Cuándo es tu cumpleaños? —pregunta éste aquel día, parpadeando hacia Chanyeol.

—No tengo.

—¡Pero todos tienen un cumpleaños!

—... Yo no.

Chanyeol deja escapar ese dato y es sólo entonces cuando recuerda que Baekhyun no sabe nada real sobre él. Baekhyun no sabe que Chanyeol jamás se marchitará como todos los demás, y por primera vez, siente algo dentro suyo hacerse añicos.

Esa noche, Chanyeol quiere escribirle una carta a Baekhyun, pero todo lo que sale es un pesado vacío.

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Querido Baekhyun:



El otoño llega y Baekhyun lleva a Chanyeol a ver las estrellas. Éste es arrastrado fuera de su casa como cualquier otro día, y esta vez viajan en autobús durante horas sin fin. En algún punto de su recorrido, la mano de Baekhyun se posa sobre la suya, y sus hombros se rozan entre sí una y otra vez. Están muy cerca, y Chanyeol odia el contacto, pero Baekhyun está tibio y la noche está fría, así que no se aparta. No puede.

Una vez que el autobús se detiene lentamente, Chanyeol y Baekhyun descienden y son recibidos por un sucio sendero. El alto no tiene idea de dónde están. Baekhyun lo guía, sin embargo, y lo lleva hasta una pequeña y herbosa colina. El cielo está despejado, sin nubes, y la oscuridad cae suavemente sobre ellos. Baekhyun flaquea un poco y se tropieza por accidente.

—Ten cuidado, Byun Baek —sisea Chanyeol y lo pone de pie. Baekhyun simplemente se ríe mientras él le hace cosquillas en los costados sin querer.

Una vez que llegan a la cima de la colina, el muchacho se quita la chaqueta y la posa en el suelo. Chanyeol hace lo mismo y se sientan, con las hojas de césped debajo rozándolos y haciéndoles cosquillas.

—¿Dónde estamos? —pregunta finalmente.

—En Gangwon-do —responde Baekhyun, levantando la vista hacia el cielo nocturno. Pequeñas motas de luz contaminan la oscuridad y centellean invisiblemente, una por una—. Solía venir aquí a menudo con mi familia.

Chanyeol le echa un vistazo al más bajo y observa la luz lunar iluminándole los ojos. Baekhyun voltea la cabeza hacia él y le da una sonrisa tierna.

—Es agradable aquí, ¿no es así?

El sosegado viento corre por la piel de Chanyeol y éste asiente.

Baekhyun estira sus brazos y se deja caer encima de su chaqueta, cerrando contento los ojos. Codea a Chanyeol y lo jala hacia él, riendo.

La noche está tranquila y Chanyeol se relaja, permitiendo que el sonido de los grillos lo conforte. Levanta la vista y hay una luna grande y brillante que resplandece sobre ellos. Las estrellas disfrutan la luz de la luna y emiten la suya propia; Chanyeol no sabe cuáles son parte de alguna constelación y cuáles no, pero todas lucen hermosas para él.

—¿Observas las estrellas a menudo? —pregunta Baekhyun, inclinando su cabeza para que le llegue la voz.

—No realmente —le responde él, contemplando los destellantes puntos en el cielo—. ¿Tú?

Forevermore (ChanBaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora