Forevermore (ChanBaek)

Parte 3.

En el día en que el mundo se desmorona, Chanyeol despide a Baekhyun en el aeropuerto, y el más joven lo envuelve en un largo abrazo.

—Ten cuidado, ¿de acuerdo? —le susurra Chanyeol una vez más, y Baekhyun asiente, lo besa suavemente, aprieta su mano.

—Lo tendré.

El avión se marcha llevándose consigo una parte de Chanyeol, pero jamás regresa.

El avión jamás regresa.

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A la mañana siguiente, Chanyeol se despierta y no hay ningún café. No hay pájaros gorjeando ni canciones emergiendo desde el baño. No hay risas, no hay sonido. No hay ningún Baekhyun.

Chanyeol se levanta y revisa su teléfono. No tiene ninguna llamada del muchacho, pero es muy pronto para preocuparse. Mira por la ventana y la tierra está completamente mojada. Debe haber llovido con fuerza anoche.

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Al día siguiente tampoco hay llamadas. Chanyeol frunce el ceño ante su teléfono vacío y lo observa durante las primeras horas de la mañana. La casa está silenciosa, así que enciende la televisión y una presentadora del noticiero habla hacia su micrófono.

—Ayer, 25 de noviembre de 2012, un avión desde Seúl con destino a París se estrelló en la montaña de...

No.

—Setenta y seis pasajeros murieron en el impacto; el avión resultó completamente destruido. El departamento de bomberos dice que es difícil identificar algunos de los cuerpos y...

No. No, no, no.

—... la aerolínea se estará comunicando con los familiares y contactos tan pronto como...

NO.

El control remoto de Chanyeol vuela de su mano y siente un timbre en los oídos.

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—¿Park Chanyeol-ssi?

—Él habla.

—Ah, buenas tardes, señor. Nos comunicamos desde el Aeropuerto de Incheon. Lo hemos contactado para informarle...

Todo se vuelve borroso.

Byun Baekhyun, te dije que tuvieras cuidado.

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Al día siguiente, un paquete llega a la casa de Chanyeol, pero éste no se mueve de la cama. La conmoción inicial lo paraliza de los recuerdos que lo inundan luego. Sus manos tiemblan cuando encuentran el valor para abrir el paquete, y dentro de éste hay una nota.

«Estos son los objetos que pudimos recuperar de Byun Baekhyun . Por favor, devuélvalos si no son las legítimas pertenencias de este pasajero. Gracias.»

La nota es tan simple y desalmada, solamente copiada y pegada para cada una de las setenta y seis muertes. Chanyeol se agarra el corazón al abrir la tapa y remover los contenidos.

No hay mucho allí, sólo una botella carbonizada de shampoo y una de las chaquetas favoritas de Baekhyun, con las mangas chamuscadas. Chanyeol la levanta con sus manos temblorosas y la sostiene cerca de su pecho, cubriéndose los ojos cuando fragmentos de abrazos y casi besos, caramel macchiatos y saludos por la mañana le sacuden la cabeza. Se cubre las orejas cuando la voz de Baekhyun lo llama con dulzura, «Chanyeol, Park Chanyeol», porque pasarán y pasarán tres meses pero ya no habrá nadie en la habitación que lo llame así. Chanyeol quiere cubrir su corazón cuando se le destroza y le retumba en los oídos, cuando el dolor palpita en todo su cuerpo, porque es demasiado. Pero no puede. Baekhyun ya está muy profundo en él y le duele, le duele, le duele en todas partes.