Despedida

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Sujin, ese es el nombre de mi bella hermana mayor, tiene unos ojos profundos color chocolate, su cabellera es sedosa, y cae como una cascada sobre sus hombros llegándole hasta el busto, sus gestos son dulces y delicados, su alma es noble e inocente, tiene una sonrisa tierna, tranquilizante.

Sujin es todo para mí, siempre ha estado a mi lado, escucha todo lo que tengo que decir, me da palabras de apoyo y me consuela cuando lo necesito.

Me gusta hacerla reír con mis tonterías, verla feliz es un mar de energía y gozo para mí, si ella es feliz yo también lo soy.

A mis 18 años la sigo demasiado, ella es un ejemplo a para mí, el futuro que planeo gira en torno a ella, mi sueño más grande es volverme doctor, trabajar,ganar dinero y poder tratarla a ella y a mamá como lo merecen, llenarlas de regalos y lujos, devolverles todo lo que han hecho por mí...

Pero tal parece que el destino siempre ha estado en mi contra, me odia como si  fuese la reencarnación de algún ser malvado que no merece tener felicidad alguna.

No suelo tener amigos y suelen aprovecharse de mí aquellos que considero como tales, esto no me había importado mucho en el trascurso de mi vida, Sujin siempre estaba a mi lado para ayudarme, gracias a ella el destino falló varias veces en arruinar mi existencia, ya que el solo hecho de su presencia me era suficiente para sonreír, sin embargo el destino me hizo la peor jugada que pude imaginar.

Ambos caminábamos por la acera, todo iba bien, Sujin había tenido algunos problemas de salud, fiebre y otras cosas, mamá no la llevó al doctor pues dijo que con una pastilla bastaría y sí, efectivamente sus síntomas se detuvieron.

Ella y yo compartíamos habitación, durante las noches seguía viéndola rara pero nunca pensé que fuese algo malo.

Una tarde, mientras atravesabamos la calle el miedo me invadió, ver a mi hermosa hermana desplomarse en unos segundos fue lo más horrible que he experimentado, la sostuve antes de que cayera al suelo, no lo pensé dos veces, tome un taxi y la lleve al hospital.

No pude quedarme la noche entera pero mis padres se quedaron con ella y yo volví a casa, le harían estudios y le darían de alta un día después.

***

Mi madre se había estado comportando de forma inusual desde su regreso con Sujin del hospital, se veía triste, aquella luz que siempre la caracterizó y su carácter fuerte pero dulce se habían desvanecido al igual que aquellas sonrisas que siempre mostraba al estar en casa, todo eso había sido sustituido por silencio y miradas perdidas.

Mi padre, bueno él casi no estaba en casa, así que no puedo decir mucho, pero su comportamiento también era raro.

Creí que se trataba del susto que la condición de mi hermana les había provocado, ella estaba enferma, parecía que un virus la había atacado, aunque solo se veía cansada y tenía un poco de tos, nada le quitaba sus sonrisas y comentarios sarcásticos cuando se dirigía a mí.

Prácticamente toda mi vida me la he pasado con ella (aún cuando estaba enferma) era de las cosas que más disfrutaba, podía sentarme en la cama a ver tele con ella y platicar cualquier tontería, el tiempo que pasábamos separados era debido la escuela.

Con el paso de los días noona se veía más cansada, llego al punto en que yo tenía que alimentarla, no me molestaba pero me preocupaba.

Un día su mirada me parecía sumamente extraña, el animo de sus ojos había sido cubierto por algo parecido a un velo, que provocaba que ésta se viera apagada, sin su brillo, su vista se veía pérdida aún teniendo la tele de frente, no hablaba solo acentía o negaba, en ese momento sentí el mismo miedo que cuando se desmayó, no sabía qué hacer y traté de bloquear el pensamiento razonando que tal vez solo estaba cansada.

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2020 ⏰

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Ángel De AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora