Una melodía para ti

2.3K 335 35
                                    

El avión se había retrasado, una tormenta había aparecido de la nada cerrando las líneas y dejando a los pasajeros atrapados en el aeropuerto.

El clima era un asco, la multitud le deprimía y definitivamente iba a llegar tarde a su reunión. Lo único que lo mantuvo cuerdo fue aquel piano con la inscripción "Play me, i'm yours" en el centro de la sala de espera de aquel aeropuerto.

Era ese tipo de dolor en el pecho aquel diferente de otros, como un hueco, un dolor agudo y profundo, un huracán en el lugar donde debía estar su corazón, era como una sombra que le perseguía durante el día y durante las noches no le permitía conciliar el sueño, desde que había recibido la noticia del fallecimiento de su madre Erik estaba más que devastado, estaba roto.

En cuanto se entero de la noticia se dirigió al aeropuerto, con apenas la ropa necesaria y el dinero con el que cargaba. No había probado bocado y tampoco durmió durante todo el viaje, paseaba una pequeña moneda entre sus dedos recordando su infancia, a aquella mujer amorosa y paciente que había sido su madre. Que incluso cuando tuvo que mudarse e irse de casa, su madre siempre había velado por él, sabía que siempre podría contar con su apoyo pero ahora ella ya no estaba aquí.

En el funeral sólo se encontraban algunos familiares y unos cuantos amigos, fue una ceremonia corta pues sólo le esperaban a él antes de llevarla al cementerio. Su padre se veía desgastado, no lloraba por que ya no le salían más lágrimas, su voz era ronca y su delgada figura se encorvaba sobre si misma dándole un aspecto más pequeño y frágil.

Sus manos acariciaron el teclado suavemente antes de sentarse en el banquillo. La melodía comenzó a sonar, era profunda y tranquila pero sobre todo triste. A través de los años había aprendido que la mejor manera de expresar sus emociones era mediante la música y en este momento no había mejor alivio para su perturbado pecho que la melodía que inundaba la sala.

Cerro sus ojos y continuo tocando grácilmente, en aquel momento sólo existían aquel bello instrumento y él, no había dolor, no había una tormenta, ni corría el riesgo de ser despedido por llegar tarde, no había personas quejándose por sus teléfonos celulares ni un salón inundado en personas nerviosas, sólo él y la musica.

Sus movimientos lentos y concentrados se perdieron al sentir como la melodía comenzaba a resonar más claramente, sintió el suave roce de una mano junto a la suya, abrió los ojos precipitadamente y se encontró con un chico que le observaba con una ancha sonrisa enmarcada por unos rojos y delgados labios mientras le dirigía una mirada compasiva, con aquellos ojos azules amenazando con derramar algunas lágrimas.

El chico continuó tocando a su lado, mientras con la mirada le incitaba a continuar, casi suplicando que no se detuviera.

Tomando aire, comenzó a tocar siguiendo los pasos del otro hasta que se acostumbro a la nueva melodía, el ritmo del otro comenzó a aumentar a la vez que él mismo comenzaba a tocar más efusivamente, el ritmo era rápido y no pudo evitar sonreír al ver al otro chico metido en apuros para seguirle.

El de ojos azules le miró y sonrió pícaramente mientras volvía a cambiar el ritmo, ahora era Erik quien se estaba quedando atrás. Poco a poco la pequeña competencia entre ambos pianistas comenzó a atraer la atención de los demás pasajeros atrapándolos por completo en la melodía, algunos comenzaron a grabar con sus teléfonos, otros se acercaban para verlos mejor.

Pero lo único a lo que Erik podía prestar atención era al joven de labios rojos que se movía a sus lados, de vez en cuando rozando sus manos cuando tocaba las teclas, sonriendole cuando atrapaba a Erik mirándole y retándolo a ir saltando de nota a nota.

El ritmo era increíble, hacia años que no tocaba con tanta pasión, con tanto esmero ¿Quién era este joven? ¿Porque se sentía irremediablemente atraído a seguir su juego?

El pasar del tiempo era confuso, incluso relativo, sólo se dejaban guiar por la música, atrapados en un mundo onírico empapados en un sinfín de emociones.

Erik comenzó a preparase para el final cuando su compañero empezó a tocar notas más suaves, pero aumento nuevamente el ritmo para que ambos pudiera terminar con un final espectacular. Las personas comenzaron a aplaudir, algunas conmovidas al punto de lágrimas otros gritando afectivamente.

Erik sonrió y miro al joven a su lado, ambos inclinaron ligeramente la cabeza en dirección de la multitud que sólo incremento el alboroto. Nunca había esperado que algo así pasaría cuando se sentó en aquel banquillo, no creyó que alguien se le uniría y mucho menos que una multitud le aplaudiera.

Ver aquellos ojos de alguna manera calmaba el desorden que había en su interior. El chico a su lado se alejó y de alguna forma hizo que el dolor regresara, le vio acercarse a una chica rubia y un chico de grandes gafas, dejó la maleta que había estado cargando durante su competencia para luego darse media vuelta y dirigirse hacia él.

Sonrió de lado mientras se paraba del banquillo sin saber muy bien que decir cuando lo tuvo frente a él.

-Charles Xavier - dijo el chico extendiéndole la mano

-Erik Lehnsherr - contestó respondiendo el saludo

-Es un placer - dijo sonriendo aún más el más bajo

-Igualmente

Tal vez sostuvo su mano más tiempo de lo necesario, pero había algo en esos ojos curiosos que lo había cautivado, la forma en que se hicieron uno mediante la música, la forma en como le había visto, su sonrisa y la forma en que sus mejillas se teñían de rojo y una ligera capa de sudor le cubría el rostro por el esfuerzo.

- ¿Puedo invitarle un café? Quiero decir, no creó que la tormenta se detenga en un par de horas. Quizá podemos... Pasar algo de tiempo juntos, si usted gusta...

No pudo evitar sonreír ante la invitación

-Un café, ¿por que no?- dijo para tomar su maleta del suelo y seguir al otro hacia la pequeña cafetería del aeropuerto. Tal vez había encontrado algo más que la música que podía hacerle sentir esa calidez, que podía unir sus partes rotas y aliviar su alma.

Piano ManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora