||Narra Nora||
- ¡No! ¡No! ¡No te la lleves, hija puta!
Me desperté chocando contra el techo de mi cuarto. Estaba toda sudada.
- Ouch, maldita litera... - seguidamente me levanté de la cama y me metí en la ducha y diez minutos después ya estaba lista.
Me miré en el espejo y... Ahí estaba. Un morado igual o más grande que el pezón de Miley Cyrus.
Crucé la puerta y para mi sorpresa Brian estaba enfrente mío con una sonrisa malvada y un puñado de harina en su mano.
- ¿Brian que harás con eso?
- Puedes imaginártelo... - dijo con una sonrisa aún más amplía.
-Brian, este morado que ves aquí -Digo señalandome la frente- ha sido por culpa de la maldita litera que papa nos compró además me ha visitado mi amigo Andrés.
Así que como podrás comprender, no estoy de muy buen humor.
-Ahh, ¿y quién es Andrés?
-Mi amigo gay Andrés, el que me visita cada mes -Digo como si fuera obvio
-¿Amigo gay, Andrés? ¿Quiés coño es ese? ¿Quieres que le pegue?
-Que no tonto, mi amigo rojito... ¿captas lo que te digo...?
-Ahh, que tienes un amigo gay que tiene la cara rojita.
-Por dios Brian ¡que tonto eres! - dije dirigíendome hacía la puerta para irme a desayunar.
-¿Pero que he echo ahora?
-Déjalo Brian, déjalo.
Bajé las escaleras y emtré en la cocina para tomar mi café matutino.
||Narra Emma||
Piiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiip.
Me desperté más tarde que Nora, y me fui a dar una ducha. Salí de la ducha y al pisar el suelo mojado, me resbalé y caí hacia atrás.
-Auch. -Bajé corriendo las escaleras y cuando llegué a la cocina me dí cuenta de que no llevaba ropa. Me encontré a mi hermano y no se immutó de que iba completamente desnuda.
-Buenos días Emma. -Dijo con cara de indiferencia.
-Bue-buenos días Brian. -Subí a mi habitación y me vestí. Opté por un outfit casual: Unos jeans ajustados, una blusa rosa palo y unas sandalias color crema.
Entré de nuevo en la cocina y empezé a desayunar. Como tenía poco tiempo, cogí un yogur de la nevera.
-¡Brian! ¿Dónde está el azúcar? -Grité.
-Hahah, toma hermanita mía. -Dijo con una sonrisa pícara.
-¿Que has hecho ya Brian? -Dije mosqueada.
-¿Por qué siempre soy yo el que hace algo? -Dijo indignado.
-Vaaalee. Dame el azúcar anda.
-Toma. -Dijo. Se sentó junto a mi, cosa que nunca hacía. Que raro.
Preferí ignorar el asunto y desayunar de una vez por todas. Abrí el yogur y metí una cucharada de azúcar. Empecé a masticar cuando noté una cosa rara.
-¿Qué coño? ¡Brian! -Y en ese momento ya huía de mi riendo y dirigiéndose al coche.
Miré el reloj. Faltaban diez minutos para comenzar en el nuevo colegio y llegábamos en ocho.
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Perversas
Teen FictionEs una historia escrita por dos chicas locas que trata de dos chicas también locas con pasados difíciles y a donde encontraran el amor por muchos baches que vengan.