Y ahí se va otro hermoso día de trabajo en la cafetería. (nótese el sarcasmo por favor). Pero con tiempos como estos, no puedo pedir un descanso. - Ojalá me pudiera dar ese lujo- grita mi subconsciente. El sueldo por suerte alcanza para pagar la renta y comer. Por que la prioridad primero es pagar la renta ¡Si señor! No importa si te estás muriendo ¡Hay que pagar la renta! Yupi.
No. Hoy no es un buen día.
Siempre un cliente con complejo de Rey de Roma tiene que cruzarse en tu tranquilo camino y hacerte sentir como mierda. Pero por suerte todo ha terminado - por hoy-.
No tengo carro, y necesito despejar la mente, así que solo por esta vez voy a ir a pie.
Una a una voy recorriendo todas las calles que llevan al departamento en el que vivo, noto un cierto aire intranquilo pero no le presto mucha atención, sigo mi camino, observando las pequeñeces de la vida.
Aúnque en ese momento mi cuerpo se paraliza. Entro en un estado de shock y me recorre un escalofrío por todo el cuerpo, haciendo que se me erice la piel. Estoy en el lugar equivocado en el momento equivocado. En estos momentos desearía haber tomado el puto autobús.
No puedo creer lo que veo; un hombre tirado en el suelo con todo su sistema digestivo fuera, y para colmo eso no fue lo peor, sino que corrí la vista e inmediatamente me encontré con el causante de eso. El me miraba con una sonrisa psicópata, sentía que el podía atravesarme con su mirada. Su piel era totalmente blanca y su pelo parecía totalmente descuidado, no podía distinguir muchas cosas con la poca iluminación que había... Y ahí caí. El me estaba viendo. No lo pensé dos veces y eché a correr lo más rápido que pude. No sentía pasos siguiendome pero no me detuve. Solo faltaban tres calles para llegar a casa, donde estaría segura.
Mi cuerpo se relajó notablemente cuando entre a mi departamento, revisé varias veces el seguro de la puerta para verificar que todo estaba en orden. No noté nada extraño. Quizá deba olvidarme de esto.***
Ya había terminado de cenar y lo único que me faltaba era un buen baño con agua tibia.
Me metí a la ducha y apenas abrí el grifo el agua salía fría, pero poco a poco la temperatura se fue estabilizando hasta que me pude satisfacer con el hecho de este momento de relajación.
Cuando hube terminado me percaté que había una hoja de papel común y corriente tirada en el piso del baño. Yo la tomé pensando que se me habría caído de algún bolsillo mientras me desvestia, pero luego leí lo que decía allí y mi corazón dio un vuelco."Se lo que viste. A partir de ahora ten cuidado hasta de tu sombra, Lucy.
J.W"
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Mi Historia Con Jeffrey Woods
FanfictionLucy O'Connor es una chica relativamente normal de 19 años. Lo único que no es normal en ella es su pasado; Su madre murió en un accidente de tránsito cuando lucy tenía 14 años y su padre era un golpeador que se encontraba en la cárcel por con...