En tú nombre, y el de mi cuerpo.

Capítulo 2

Primer día de clases después de unas merecidas vacaciones, la verdad es que este año sería diferente, pues siempre me daba miedo regresar a la escuela ya que las críticas de mis compañeros eran algo que no me agradaba. 

Hoy me di mi tiempo de elegir un buen atuendo, pasar horas frente al espejo escogiendo un peinado adecuado y el maquillaje perfecto. Al entrar a la escuela como siempre la gente comenzaba a saludar a mi amiga Ann y por primera vez en mucho tiempo también a mi me saludaban, ya estaba comenzando a acostumbrarme a todo esto, justo cuando mejor me sentía comencé a notar que Annete estaba algo pálida y callada, de repente antes de poder entrar al salón de clases Ann se desvaneció, un profesor que caminaba por ahí corrió a auxiliarla, la llevaron a la enfermería y llamaron a sus padres,  la verdad es que no pude concentrarme porque sabía que eso era lo que ella menos hubiese querido, vamos no es como que sus padres fueran un as malas personas pero lo que ellos más odiaban era que los interrumpieran mientras estaban en el trabajo o en algo que tuviera menos importancia que una junta en la oficina o checar el papeleo de un día antes.

No me pude resistir así que en la clase de Literatura pedí permiso para "ir al baño", el profesor me dio permiso, y obviamente lo primero que hice fue correr a la enfermería...

-¡Ann! ¿qué paso? ¿Cómo te sientes? 

-Estoy bien Caroll, no a pasado nada grave, es solo que me siento muy cansada y tal vez me afecto el acostumbrarme  a dormir tarde.

-¿estas segura?  ¿dónde están tus padres? 

-Si nena ve a clase, después del periodo me reincorporo anota todo para que puedas pasarme los apuntes... ¿mis papas? jaja, tu mejor que nadie debes saber "estan ocupados" 

-No te preocupes yo estoy aquí si lo necesitas, te veo al rato Ann.

¿que si estoy preocupada por mi amiga? Si y no, pues para mi ya es casi normal ver que se desvanezca o que se sienta mal. Por fin llego la hora del período, y Ann regresó a clase como si nada hubiera sucedido. 

-Amiga ¿por qué no comenzamos a entregar las invitaciones para la gran fiesta? 

-¡Claro!

La verdad y no lo digo porque sea mi fiesta también, pero los cumpleaños de mi amiga eran la celebración más esperada a lo largo del año, sus papas siempre "aventaban la casa por la ventana", y había de todo tipo de bebidas y canapés, además de que el vestido de ella siempre era radiantemente perfecto, pero este año sería diferente, pues ademas de solo celebrarla a ella también sería mi fiesta, una fiesta juntas, la mejor del año y de toda la vida.

Como siempre yo iría a casa de Annete al terminar las clases, siempre estábamos ahí pues su casa era enorme y tenía de todo, pasábamos la tarde mirando Netflix, leyendo revistas de última tendencia, y teníamos  toda la tarde para chismear sobre los atuendos de todos los chicos mal vestidos de la escuela o de chicos guapos.

Jamás hablábamos de como nos sentíamos, o de si nos pasaba algo malo en casa, aunque a decir verdad soy una chica muy observadora y de muchas cosas si me daba cuenta, aunque jamás preguntaba por miedo a que lo tomara a mal. Ojalá le hubiera preguntado muchas cosas.