❄Red Snow❄ [Fairy Tail]

Capítulo 1

 ❄ Nieve❄ 

Uno creería que las malas noticias llegan repentinamente y justo en los momentos más hermosos de la vida, en esos momentos en donde ni siquiera imaginas que algo pueda salir mal. 

Y la realidad no es distinta.

Los médicos, si algo saben con certeza, es que para dar una mala noticia lo primero que se necesita es organizar el relato. Pues la persona contactada le interesará saber qué, cómo, cuándo, dónde y por qué ha ocurrido cierto incidente. Es por esa razón que el relato debe darse de manera gradual, y así el receptor de tan triste información, pueda irse preparando para recibir los datos que necesita. Una regla de vital importancia, es evitar decir que va darse una mala noticia. ¡Muchos menos soltar la noticia de sopetón!

"Actúe ecuánime y empáticamente con quien recibe la noticia. Transmita una actitud de apoyo, confianza y respeto."

El Doctor Cheney siempre se había caracterizado por ser un médico que sabía cómo transmitir, tanto buenas como malas, noticias a sus pacientes. Su edad le transmitía la serenidad y confianza que a veces se necesitaba por parte del profesional. 

En su larga carrera como profesional en la salud, había dado tan malas noticias como la cantidad de días que faltarían para una muerte, como la cantidad de días que faltarían para un nacimiento. Una noticia buena. Otra la mala. 

"Utilice frases cortas, y cuide su vocabulario."

¿Qué clase de palabras se supone que deban usarse para dar una misma noticia que une a ambos adjetivos? Sabía lo que un oxímoron era, ¿pero de qué sirve conocer una palabra que lo describen, y no las palabras que se necesitaban para entenderlo?

Comenzaba a sentir que las personas dentro de su pequeño consultorio, no serían las únicas con un peso sobre los hombros luego de escuchar  el relato que él tanto venía planificando y ordenando en su mente. 

 "De ser necesario, repita la noticia, siendo claro, preciso y objetivo."

El frío se colaba por cada esquina de aquel, aún pequeño, hospital. Así eran los típicos inviernos de Magnolia. Pero este, se sentía más frío que de lo particular. Frío en más de un sentido.

Llegó a la puerta de aquella habitación, aquella habitación en la que, se recordó una vez más, había dado todo tipo de noticias. Y cuando tuvo el pomo entre su mano, sintió la necesidad de huir. Crear lazos sentimentales con pacientes, había sido su error. 

Disimuló tanto como pudo su molestia al abrir la puerta y bajar su mirada hacia el piso. De soslayo, pudo notar que la pareja de esposos se habían levantado de sus asientos al verlo arribar. 

Su consultorio, un poco oscuro debido a la mala luz que proporcionaba una pequeña lámpara de pie, parecía sentirse aún más frío que los pasillos de ese hospital. Paseó rápida y deliberadamente su mirada por cada uno de los instrumentos de los que en raras ocasiones hacía uso, pero que aún así mantenía al ser un médico general. Y al ver el gris paisaje que brindaba su ventana, se preguntó en qué momento caería la primer capa de nieve de aquel año.

Se creyó casi incapaz de ser él quien iniciará la conversación. Pero las ideas que tanto había ordenado, comenzaron a hacerse opacas.

"Deje de lado los lados de los juicios de valor."

—Señor y Señora McGarden, les tengo una noticia. Parecía querer alargar la información, y eso los ponía claramente nerviosos. Y es que, por más dura que fuera la realidad, ellos necesitaban quitarse el peso de encima que las dudas habían creado, aún sin importar el que esa noticia podría cambiar sus vidas en un giro de 180°.