La primera vez que el me hizo una propuesta fue cuando ambos estábamos en primaria, en ese entonces eramos unos críos obsesionados con el basket, nada mas rondaba por nuestras mentes, o eso pensaba yo.
- Fuguemonos -Me había dicho el con voz emocionada, mientras me miraba con sus inocentes ojos azules llenos de ansias, esperando por mi respuesta.
-¡¿En que estas pensando idiota?! Apenas somos unos niños. ¿De donde sacaras el dinero? ¿eh?
-Tsk, eso lo se, pero si no tu te iras a América, y ya no podremos jugar juntos.
- Estás loco.
Esa fue la primera vez, aquella loca propuesta en esa solitaria cancha después de contarte de mi regreso a América, en donde había nacido. No hubo mucho que pudiera hacer, pues el trabajo de mi padre era importante, y no tenia familiares con los cuales quedarme, por lo que fue inevitable que me mudara por mucho tiempo. Terminamos perdiendo el contacto por eso mismo, y yo ya no volví a saber de aquel niño con el que solía jugar en mi infancia.
La segunda vez fue en secundaria, era invierno, y el frió calaba hasta los huesos, eramos los únicos caminando por las solitarias calles, después de reencontrarnos cuando regrese a cursar la secundaria en Tokyo, volvimos a nuestra típica rutina de jugar, aunque el ciertamente era mucho mejor que yo ahora. Lo único malo es que no podíamos pasar tanto tiempo juntos, pues íbamos a secundarias distintas.
Después de un uno a uno, donde hay que dejar en claro, fui destrozado, nos dirigíamos lentamente hacia nuestras casas, no había conversación alguna entre nosotros, solo un profundo y permanente silencio, hasta que el lo rompió.
-Kagami, se mi novio-La pregunta, que tal vez era mas una orden, me tomo totalmente desprevenido, ¿que se suponía que debía contestar en esos casos? Estaría bromeando...o ¿iría enserio?
Desorientado, simplemente lo mire, recordándome a mi mismo la falta de seriedad que el le solía dar a las cosas y ademas su gusto por las chicas, y no de cualquier tipo, si no a las de grandes pechos. Por lo que llegue a la conclusión de que el estaba bromeando definitivamente. Tenia clara mi respuesta, aunque no estaba seguro de verdaderamente sentir lo que salio por mis labios.
-¡Deja de decir idioteces! Claro que no ¡somos hombres! ¡¿Es que acaso te estas burlando de mi?!-Si en ese instante hubiera medido el peso de mis palabras, habría permanecido totalmente callado, no pude entender los estragos que le cause, pero...ni siquiera entendía los míos, causados no solo por su manera tan directa y mandona de hablar, si no también por su actitud contradictoria y tan poco congruente.
La tercera y última vez fue en preparatoria, el había cambiado, ya no se le veía agobiado, como en sus últimos años de secundaria, donde había perdido la esperanza y nos habíamos distanciado, y tal vez logramos restaurar nuestra rivalidad y amistad perdida por lo sucedido en teiko, y por esa segunda propuesta. Una vez retomada nuestra habitual rutina, nos tomamos un descanso después de la copa de invierno y la última en la que participamos cabe mencionar. No nos preocupábamos por nada, a pesar de saber que los exámenes de ingreso a la universidad estaban cerca. O al menos yo no le tome mayor importancia, no tenía preocupación alguna en ese entonces, pero quien diría que yo formaba parte de las tuyas.
Estábamos jugando, como siempre, hasta que de repente y sin razón aparente alguna te paraste con una mirada seria en medio de la cancha y me miraste de tal forma que simplemente, me robaste por completo el aliento...
-Cásate conmigo-Eso fue lo que dijiste, con un tono firme y seguro, pero algo en tu mirada, que yo no supe notar en ese momento, indicaba que estabas aterrado, nervioso, pero en el fondo ya sabías la respuesta.
Tu porte y expresión seria me hicieron titubear, no parecía como si fuera una broma, tus ojos me miraron tan profundamente, con sentimientos obviamente ocultos a plena vista. No obstante, la respuesta fue como todas las demás anteriores, fría, negativa y dicha sin estar seguro de sentir eso realmente. Una mentira, un engaño a mi mismo fue lo que salió por tercera vez de mis labios.
-¡¿En que diablos estas pensando imbécil?!-Conteste enojado, esa era una obvia negativa...
Pero no desististe.
-¡Vamos! que ya legalizaron los matrimonios gays en América ¡No hay por que preocuparse Bakagami!
-¡Paso! si tienes tanto tiempo para bromear, mejor estudia ¡Aho!
-Mira quien lo dice, el sr. notas perfectas.
-¡Solo cállate!, mejor juguemos ¡Te aplastare!
-Ni que fueras Murasaki.
Esa noche tu te rendiste, que idiota de mi parte el no haber sido honesto y abandonarme a los sentimientos que tenia por ti, quien diría que después de tanto tiempo nos veremos otra vez. Me pregunto si en algún momento lo nuestro tuvo oportunidad alguna, pero ¿acaso en mi recaía toda la culpa? Lo único que sabia era que me hubiera gustado perderme en el amor y la pasión que tus bellos ojos azulados me transmitían, lo nuestro no pudo ser, tal vez por decisión propia, o por que no era nuestro destino el estar juntos...
O eso creía yo.
Espero que te haya gustado Ina, por el momento esto es lo que pude subir, mas al rato subo lo demás, es que me surgió algo y no lo podre subir hasta mas tarde. Y para todos un feliz año nuevo, ojala les vaya genial, los quiero.
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Propuestas
FanfictionEn su juventud, el había recibido 3 propuestas, todas por parte de él. Ahora las cosas entre ellos habían cambiado, ya no hubo mas de esas interminables veces que pasaron juntos, jugando, divirtiendose, disfrutando la vida... Todo se había desvaneci...