Kaden

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-Así se hace Dyl -me elogia mi entrenador- Si sigues así, te aseguro que en poco tiempo estarás preparada para participar a las Nacionales de este año.

Yo solo lo miro y sonrío levemente.

-Es suficiente por hoy, puedes irte -dice antes de ir a por su botella de agua.

-Hasta mañana Jayden -me despido, y tras decirlo, salgo del gimnasio saludando a la recepcionista.

No me he presentado, lo siento.

Hasta donde yo sé, soy Dyland Sawyer, tengo 19 años y vivo en Los Ángeles. Tengo un hermano de 17 años llamado Keith, pero el vive en Nueva York con mi madre y yo aquí, con mi padre. "Cosas de adultos".

Desde pequeña me había gustado el boxeo. A los nueve años quise practicarlo, pero papá no me dejó. Hasta que a los quince lo convencí y empecé en el deporte. Desde hace cuatro años lo practico y ahora soy una de las mejores de la ciudad.

Respecto a mi carácter, soy, cómo decirlo... reservada. No me gusta llamar mucho la atención, aunque a veces es inevitable gracias a mis "lujos" y "fama". En realidad no quiero nada de esto, a ver, no me quejo porque tengo lo que muchos desearían, pero tampoco es que dependa muchísimo de estas cosas, no presumo de lo material.

Sigo caminando por las calles de LA sintiendo como el viento azota mi pelo, mi rostro se ve más brillante a causa del sol y el ejercicio, la brisa me recorre entera relajándome por completo, me siento libre, me siento...

¡Aaaggggg! ¡Me he tragado un mosquito! ¡Qué asco! Pobre bichito...

¡No, pobre yo!

Justo en estos momentos tenía que estar pasando por una calle BASTANTE transitada y empiezo a toser como una loca.

Todos se me quedan mirando, y me dan ganas de gritar "¡¿Qué?! ¡¿Nunca habéis visto a una chica tragarse un mosquito?!" Pero me contengo porque llamaría más la atención, y eso es justo lo que NO quiero.

***

Estoy a una calle de llegar a la urbanización donde vivo y acelero un poco el paso, ya que me muero de hambre y yo AMO la comida. ¿Quién no la ama?

Llego a las grandes rejas grises y entro al jardín, pasando por el camino de piedras hasta la entrada.

Llego a la puerta de la mansión y abro la puerta. Dejo mis zapatillas en el recibidor y voy a la cocina a por algo de comer.

Abro el frigorífico y chan chan chaaaan. No hay nada, ¡NADA!

¿Sabéis cuando tenéis mucha hambre y vais al frigorífico a por algo y solo encontráis un limón pocho? Pues así estoy yo, pero lo mío no es un limón pocho, es MEDIO limón pocho.

Decido llamar a la pizzería, y cuando hago mi pedido, voy a darme una ducha.

Cuando termino me visto con unos shorts negros de tela y una camiseta lila con lunares negros de tirantas ajustada.

Reviso mi móvil y tengo un nuevo mensaje de Jayden:

"No vengas mañana, tengo que ir a ver a Leyla"

Leyla es su hermanita de 11 años, tiene principio de leucemia y está ingresada en el hospital. Su hermano le paga los medicamentos y yo también ayudo, ya que por las peleas gano mucho y me gusta invertir el dinero en cosas que merecen la pena, como la hermanita de mi entrenador.

Le respondo con un:

"Está bien, mándale saludos míos y dile que la visitaré pronto"

En ese momento suena el timbre y bajo corriendo a abrir la puerta. Es el repartidor (gracias a Dios, moriré de hambre), le pago y, después de guiñarle un ojo, le cierro la puerta en la cara. Jajajaja, quiero ver su cara ahora mismo.

Voy a la cocina y me dispongo a comer.
Cuando termino, recojo todo y me voy al salón a ver la tele.

No, no, aburrido, valla mierda, nop...

Estoy haciendo zaping hasta que encuentro un programa muy educativo y divertido.

-¿A dónde vamos? Clap, clap, clap. ¡A casa de la abuela! -sí, estoy viendo Dora la exploradora.

***

Cuando me canso, decido ir a dar un paseo con mi perro Cereales. Seh, Cereales. Es un dálmata.

Me cambio a unos jeans, un crop top negro y mis adidas blancas y negras.

Salgo de casa y me dirijo al parque más cercano. Suelto al perro para que corra un poco, empieza a correr y... tira a un chico.

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Hola, esta es mi primera novela, espero que os guste. 🧡