1. Primer día, chico nuevo.

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Narra Sky.

Desperté con los gritos de mi mamá llamándome para que me alistara para ir al instituto. Como pude me levanté de la cama y me dirigí al baño a alistarme, después de haber terminado todo bajé a la cocina dónde mi mamá estaba preparando los panqueques.

—Buenos días mi niña.

—Al parecer ahora si estas de humor. —bufé.

—Pero que niña.

—Vamos mamá sirve el desayuno, muero de hambre. —contesté haciendo una mueca.

—Toma Ky. —Me tendió un pequeño plato con tres panqueques.

Amaba cuándo mamá me decía "Ky", de toda mi pequeña existencia he amado ese apodo.

Después de terminar salí en mi bicicleta rumbo a Webber High, al entrar divisé a Marissa, mi mejor amiga.

—Skyyyy. —decía mientras venía corriendo a abrazarme.

—Marissa. —la abracé.— ¿cómo estuvieron tus vacaciones? —prengunté mientras caminábamos a nuestros nuevos casilleros.

—Oh, ya sabes lo típico, ir donde mis abuelos y salir con Alex.

—Vaya, ósea que tu novio te tuvo que aguantar durante todo el verano. —comenté riendo.

—Que chistosa Sky. —contestó riendo— a veces pienso que debo buscarte un novio.

—Sabes que los novios no son la clave al éxito.

—Lo sé Sky, como siempre dices, no problemas, no distracciones, no novios.

—Quiero ser exitosa, y un chico no me dará el éxito que deseo. —contesté seria.

—Bueno Sky, si tu lo dices.

—Lo siento, es mi forma de pensar, vámonos a clase.

—Es tu vida Sky. —Contestó mientras caminabamos a nuestra primera clase.

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Narra Nick.

Primer día, nueva escuela.

¿Porqué a mi?, ¿porqué no nos quedamos en Miami?, ¿Porqué?

Mamá me llamó temprano para alistarme para irme a Webber High, desperté con toda la pereza del mundo, no quería ir extrañaba Miami, extrañaba a mis amigos, extrañaba las fiestas, extrañaba a Caitlyn. Sigo sin entender porqué nos tuvimos que mudar a California.

—Nick vamos, a levantarse. —dijo mamá entrando a mi cuarto.

—Ya voy mamá. —contesté sin ánimos.

Me dirigí al baño, tenía que verle el lado bueno al asunto, nueva oportunidad de comenzar y nuevas reglas que romper. Después de mi aseo me vestí y bajé a tomar el desayuno, mamá me tenía preparada unas tostadas con mermelada de piña, joder mi desayuno favorito.

—Nick, sé que no querías este cambio pero debes entender, que tu papá siempre soñó vivir aquí en California. —dijo mamá acariciando mi cabello.

—No te preocupes mamá, quizás sea bien un nuevo comienzo.

—Te amo hijo.

—Y yo a ti mamá. —la abracé

Terminé de comer y me dirigí a Webber, al entrar divisé los típicos grupos que existen en toda preparatoria. Cerca del estacionamiento estaban los típicos jugadores populares con sus chicas porristas, en la entrada estaban las bien llamadas plásticas, cerca de los casilleros estaban los nerds o cerebritos y finalmente al fondo del pasillo estaban los góticos, algo que aprendí en Miami es nunca meterse con un chico gótico. Me dirigí hacia el despacho del director y después de tocar la puerta y entrar encontré a un señor de aproximadamente cuarenta y ocho años con algunas canas notables que sonreía alegremente.

—Tú debes ser Nick Willows, el hijo de Gil, soy William.

—Así es señor, un placer conocerlo. —contesté tendiéndole la malo la cual me la estrecho generosamente.

—El placer es mío hijo, un agrado tenerte aquí en Webber, aquí está tu horario. —me tendió una pequeña hoja con mis horarios de clase— sólo procura no romper ninguna regla. —sonrió.

Sonreí internamente, este señor no sabía que venía dispuesto con todo.

—No se preocupe señor William, todo estará en orden. —sonreí con descaro.

Salí del despacho del director mientras me dirigía a mi primera clase que era "literatura" muy bien para mi gusto, emprendí mi rumbo hacia el aula F-56, entré y faltaban diez minutos para que el timbre sonara, me senté en la antepenúltima fila y divisé a las personas que se encontraban allí, mirando bien quedé extremadamente sorprendido, ¿acaso era ella?, me levanté de mi asiento y fui directamente hacia el suyo.

Miré a la chica y hablé.

—¿Caitlyn?

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Narra Sky.

Estaba tranquilamente hablando con Marissa cuando alguien se para a mi lado, era un chico que jamás había visto, se me queda mirando y habla.

—¿Caitlyn?

—¿Disculpa? —pregunté algo ofendida.

Se me quedó mirando algo confundido, luego reaccionó y habló.

—Lo siento, creí que eras alguien que conocía.

-Pues ya ves que no. —contesté molesta.

—Vaya, el primer día y ya encontré a la típica cerebrito molesta. —bufó.

—¿Perdona?

—Perdonada. —sonrió con arrogancia.

—Fuera de mi vista. —gruñí

—Con gusto, no quisiera dañar mi hermosa vista con tu horrenda cara. —contestó victorioso y sonriente mientras se devolvía a su asiento.

Marissa quién miraba la escena divertida tuvo que aguantarse la risa hasta que el chico de nombre desconocido se fue.

—Eso fue lo más estúpido que he visto. —dijo mientras reía.

—Cállate. —dije molesta.

Okay, esta es mi nueva producción y espero que les guste.
Besitos para todos.

Las tres reglas de Sky.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora