Capitulo 5 - Un nuevo comienzo.

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Se sentía como si ella hubiese estado atada durante un siglo. Nuestro acuerdo ya casi cumplía nueve meses, nueve largos meses donde restringidas, sólo podíamos mirarnos desde lejos, de hablar lo justo y de únicamente hacer contacto físico si un productor así lo sugería, nueve meses de reprimir todo lo que nos necesitábamos.

Su mano izquierda se perdía entre mi cabello mientras que su mano derecha se posaba ligeramente sobre mi cintura. Supe entonces que no podría seguir conteniéndome, tome firmemente su ropa, di unos pasos hacia atrás y caímos sobre la cama en un frenesí de besos y caricias sin control. La verdad es que nunca había besado ni menos estado así con una chica además de ella, pero no era un tema que me inquietara, simplemente me hacia recordar lo especial que es ella para mí.

Esa noche es algo que nunca voy a olvidar...

Amber: Si tan sólo pudieras ver la expresión que acabas de hacer... parece que estas enamorada princesa. Me sorprende no haberme dado cuenta de nada siendo que fui cómplice de ustedes todo el tiempo.

Krystal: Oye, te dije que no me interrumpieras. ¿Quieres morir? (dice empuñando su puño en el aire)

Amber: ¡Ok! No hablaré, no hablaré.

No importa que tan malo hubiese sido el clima de la costa,, como tampoco importaban las condiciones de ese antiguo hotel, entre sus brazos pude encontrar el lugar más cálido del planeta. Ella me comentó ya en la madrugada que el estar distanciada de mi era como flotar en el medio del océano, rodeada de agua, pero sin poder beber una gota de ella. Yo, en respuesta a eso sólo pude decirle que la extrañaba mucho, que aún cuando la veía, la extrañaba, que aun estando en frente de ella, no podía dejar de extrañarla. Sus celos y molestia no era porque alguien más estuviera conmigo en sí, si no que se explicaban por el simple hecho de que ellos podían abrazarme, jugar conmigo, conversar y ella no podía; esto la llenaba de impotencia y a mí el estar tanto tiempo sin poder sacarle sonrisas ni poder abrazarla o rosar su piel. Ya habíamos cruzado todas las barreras y estábamos juntas sin importar lo que pudiéramos enfrentar en el futuro e íbamos a seguir así, no estabamos dispuestas a hacernos sufrir más la una a la otra, lo que pasara lo enfrentaríamos juntas, actuaríamos con prudencia para no dar de que hablar. Tendríamos una relación en secreto.

A las siete de la mañana llegó nuestro manager a recogernos al hotel, nos vestimos rápido y bajamos. Él le preguntó a Sulli si acaso tenía mucho frío, pues sus mejillas estaban rojas, ella tímidamente bajo la vista diciendo que no tenía nada y se apresuró a subir a la camioneta, yo reí y subí tras ella. Nos dejaron una manta para el camino doblada en el asiento, era una mañana bastante helada.

Sulli se empezaba a quedar dormida, tomó mi mano y cinco minutos después ya estaba durmiendo, me incliné intentando no moverme mucho para no despertarla y así alcanzar la manta, después de tomarla estirada la puse sobre ella pero era complicado porque no podía soltar mi mano izquierda, tratando de tapar su hombro la empuje ligeramente y esto provocó que su cabeza cayera depositandose sobre mi hombro, miré lo hermoso que se veía su rostro iluminado por la luz del amanecer que entraba por la pequeña ventana de la camioneta y sonreí. Fue de esta manera que hicimos todo el recorrido de vuelta a la ciudad poco a poco me fui quedando dormida tambien a pesar que no podia dejar de pensar en todo lo que habia pasado intentaando convencerme de que era real.



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