Capitulo 9 - El encuentro.

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No sé si puedas recordarlo Amber, pero hace menos de un mes nos dejaron la sala de ensayo y ustedes tres se fueron temprano, estábamos solo las dos y ya era tarde dejamos las puertas abiertas, pues hacia mucho calor y nos sentamos la una a la otra apoyada en una de las paredes de la sala. Ella apoyó su cabeza sobre mi hombro, le pregunte si quería de mi botella de agua y me contesto que no, que lo que quería era que le regalara un beso, sujete su rostro con mi mano y la besé.

Abrió los ojos con suavidad y me dijo que yo era hermosa, la miré a los ojos y le contesté riendo que ella se veía horrible, me gritó, comenzamos a empujarnos y terminamos abrazadas y besándonos otra vez.

Me preguntó acerca de si debíamos seguir ensayando o no, ambas estábamos muy cansadas por lo que le respondí que nos íbamos a casa, muy coqueta como siempre me abrazó por detrás y dijo "supongo nos vamos a la misma casa", pero tuve que decepcionarla ya que tenia acordado el ir a dormir a la casa con mi hermana esa noche, por lo tanto apagamos las luces de la sala la cerramos y bajamos de la mano, para luego despedirnos y separarnos en el estacionamiento del edificio.

En la mañana del día posterior recibí una extraña llamada telefónica, era la mamá de Sulli que me llamaba para citarme a un café esa tarde. Lo extraño era que siempre que recibía llamados de ella su voz era ligera y cálida y luego de la llamada me sentía muy contenta, pero esta vez fue fría y cortante y me dejo con una mala sensación.

Esa tarde llegue al café a la hora de encuentro y ella ya estaba ahí, caminé hasta la mesa y me incline para saludarla, ella se veía muy seria, en su cara no se movía un musculo, claramente algo estaba pasando y no era bueno. Me senté frente a ella, trague saliva y no tardó en decirme lo que quería decir.

Aterrada comencé a escuchar sus palabras diciéndome que el día anterior había ido a saludarnos a la sala de ensayo ya que estaba haciendo unos trámites por el lugar y cuando se paro en frente de la puerta de la sala de ensayo, fue testigo de una imagen que nunca había imaginado para su hija. Nos vio besándonos y la sola idea la escandalizó. Me ordenó que debíamos terminar con ello, que incluso podía soportar la idea de que su hija estuviera con un hombre menor pero que jamás aceptaría el que estuviera con una mujer, a pesar de que me tuviera mucho afecto debido a que me había conocido desde muy joven no iba a apoyarnos.

Me comentó que estaba harta de escuchar comentarios negativos de su hija por su trabajo en el grupo que desde hace ya un tiempo venia pensando en la idea de convencerla de dejar los escenarios y que ahora con nuestra relación estaba aun más decidida de sacarla del grupo.

Yo respetuosamente le expresé que no estaba de acuerdo con ella, que nuestra relación nos hacia felices a ambas y que si buscaba la felicidad de su hija como madre debía dejar que Sulli decidiera que hacer. Me contestó que yo estaba soñando, que era una niña débil y que jamás podría protegerla de nadie; de cierta forma sentí que era cierto, muchas veces yo dudaba incluso del cómo cuidarme a mí misma. Según su madre no podía hacerme responsable de la culpa que significaba el estancarla, evitar que ella avanzara en su carrera y se desarrollará como mujer al casarse y formar una familia; para ella yo prácticamente estaba envenenando a su hija al amarla.

Se levanto bruscamente de la mesa diciendo que esperaba que su mensaje hubiese quedado en claro.

Amber: ¿Entonces qué hiciste?

Salí llorando del café, no estaba segura de que hacer debía hablar con ella la llame intentando tranquilizarme pero cuando me contestó me dijo que su mamá había hablado con ella temprano, que estuviera tranquila que ella iba a pensar cómo mejorar las cosas, quería verme pero estaba en medio de una sesión fotográfica y no podíamos reunirnos.


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