If You Were Here

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-Ace...- Susurraba Luffy, apenas podía creerse que su hermano mayor estuviera delante suyo, muerto, a causa de un marine.

Terminó por gritar, sentía que no podía hacer algo más, su locura lo carcomio poco a poco, la vida no tenía sentido, era débil, no pudo proteger a alguien que amaba, a alguien que le había salvado la vida incontables veces, no pudo salvar a su hermano.

Lo siguiente que le sucedió, fue quedar inconsciente, ¿Para qué seguir viendo aquella dolorosa escena?, el pirata Trafalgar Law se ofreció a llevarlo a su barco, sus heridas tras la guerra de Marineford eran graves, más grave aún era su herida mental; otro pirata apareció entre toda la conmoción, Shanks Le Roux, parando así toda la pelea.

Luffy seguía inconsciente, ya estaba conectado a distintos aparatos, y estaba siendo cuidado por todos los Piratas Heart.

Por lo que se dice después del acontecimiento de Marineford, Shanks pidió un funeral justo para el tripulante caído de Barbablanca, el comandante de la segunda división, Portgas D. Ace, pero, su capitán no podría velar su sueño eterno; Edward Newgate, mejor conocido como Barbablanca; así es, el capitán más cercano a convertirse en el Rey de los Piratas estaba muerto, gracias a uno de sus ex subordinados, el pirata que había comido la fruta yami yami, Barbanegra; Akainu estaba feliz, ya no tendría que lidiar con aquellos piratas.

Se realizó el funeral. Un funeral digno de los hombres sepultados, lágrimas caían en silencio, señales de respeto invadían aquel lugar en la segunda mitad del Grand Line, conocido cómo el nuevo mundo.

Luffy estaba ahora consciente, aún así, no cabía en sí. La locura y el dolor se apoderaban de sí, estaba encerrado en su propia obscuridad, pero, una luz brillante se encendió. Aún tenía a sus nakamas, no podía darse por vencido aún, tenía una meta, sus nakamas tenían metas y el no podía morir hasta verificar que esas metas fueran cumplidas; Luffy se impuso un nuevo objetivo, hacerse más fuerte, si se hacía más fuerte no podría volver a fallarle a alguien que apreciara.

#3 años después#

—Oi, Dadan.

—¿Qué pasa ahora, Luffy?

Así es, el joven pirata había regresado al lugar dónde conoció a 2 chicos, un noble y un delincuente, que más tarde se convirtieron en sus hermanos; ha regresado triunfante, para pausar un momento su aventura para convertirse en el Rey de los Piratas.

—¿Queda algo de la carne de ayer?

—Cuando tú estás aquí, nunca sobra la carne. — Murmuró aquella señora que conocía a Luffy desde los 7 años. — Le pedí al espadachín que vino contigo que fuera por un poco más.

—Oh, bueno, supongo que no hay problema; iré a dormir un poco.

No recibió respuesta; aquella casa obviamente no era lo mismo, menos ese día, era 1 de enero, el cumpleaños de Ace, o al menos lo que por unos 20 años fue el cumpleaños de Ace.

Luffy se recostó en aquella "cama" si se le podía llamar así, se supone que su hogar era el "escondite secreto" que compartía con sus dos hermanos, pero, hoy no podía deprimirse más, recordó aquel suceso; cuando estuvo consciente después de la guerra.

Sí, estaba sumido en su obscuridad, pero seguía consciente, lo bastante consciente como para ver a su hermano mayor parado en frente de él. Al parecer él era la única luz en ese negro camino.

—Ace, estás, estás vivo...— Dijo Luffy al borde de las lágrimas, claramente lo había extrañado, extrañaba a aquel hermano que le hacía completa y total falta; corrió a abrazarlo, no quería que aquella luz se obscureciera, no quería volver a perder a su hermano mayor.

—Tenía que vigilarte, siempre haces cosas como la de Marineford, Luffy. Nunca me escuchas en nada...— Dijo aquel joven pecoso acariciando la cabeza de su hermano.

—Quédate

—Sabes que no puedo, enano. Seguiré cuidandote desde el lugar en el qué este. Lo sabes.—

—Te extraño. En casa nunca va a ser lo mismo sin ti, teníamos que volver los 3 juntos ¿Sabes?. No sólo puedo llegar con Sabo...— Sus ojos no soportaron más, aquel pequeño aspirante a Rey de los Piratas rompió en un estrenduoso llanto, no lo soportaba más.

—Luffy, tú pudiste salvarme, pero si morí ahí, es que no estaba destinado a llegar más lejos. Hiciste un gran esfuerzo, cuando te vi caer de aquel barco, incluso cuando nos encontramos en Arabasta, sabía que ya no eras aquel necio Luffy que me seguía a todas partes; has cambiado, hermanito.—

—Me he hecho más fuerte, no puedo volver a fallarle a alguien, pero, ¡No lograré superar que te fallé a ti! ¡Tu jamás me fallaste, Ace! Dejé que te murieras, yo, yo...

—Luffy...

Ace se le quedó viendo a su pequeño hermano, le acarició la mejilla para después decirle:

—Tú nunca me has fallado.

Luffy se quedó congelado, no podía hacer gesto alguno, estaba en un total estado de shock.

—Tengo que volver.

—Me prometiste que nunca te morirías, ¡Ace! ¡Perdóname!

Acto seguido Luffy se llenó aún más de lágrimas, ninguna pizca de ironía llegaba a caber en esa disculpa, era una disculpa llena de dolor, amargura y arrepentimiento.

—He vivido cómo he querido y no me arrepiento, de lo único que me arrepiento es de no poder ver cómo cumples tu sueño. Te quiero, Luffy, eso jamás lo olvides.— Dijo Ace dándole un beso en la frente, algo que jamás había hecho con su hermano menor, pero, consideró que era un buen momento para hacerlo, después de todo era el pequeño Luffy. —Sabo te cuidará bien, de eso estoy seguro.—

Aquella luz se desvaneció con las palabras de Portgas; Luffy fue despertando poco a poco para ver una cabellera rubia alejándose de su frente, llenándolo con esa sensación de cuando recibes un beso en la frente.

—Bueno, no sabía que Dadan pudiera estar tan seria en un día, creo que a Ace no le gustaría eso, ¿no es así, hermanito?

Los ojos de Luffy se llenaron de asombro, estaba ahí, en frente de él, su otro hermano mayor, Sabo había vuelto a casa, y fue recibido por un gran abrazo lleno de lágrimas por aquel hermano menor que ahora el debería cuidar.

Desde no muy lejos se encontraba un pecoso, un comandante, un pirata, fallecido en combate, levantó un poco su sombrero con su dedo índice como siempre lo había hecho, admiraba la escena de ambos hermanos con gran cariño, después de todo, su espíritu estaría ahí para ver a Luffy cumplir su sueño; fue bueno imaginar que pasaría si estuvieras aquí, ¿no?

If You Were HereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora