Son recien las cuatro y media cuando llegamos a la playa, hace un tiempo me conto que este era uno de sus lugares para pacificar sus demonios, ¿Que mejor lugar?, sonreí levemente al recordar ese dia que me lo contó, ya que no me lo dijo ni llorando ni mucho menos, solo lo dijo, fría, sin expresión alguna, pero sus ojos no decían lo mismo, y eso fue lo que me gustó y siempre me ha gustado de ella, sus ojos son otro mundo, un mundo por descubrir, un mundo que encantada descubro.
--Me esta dando frío, ¿nos vamos?-- le sonreí.
--Claro pero, ¿Te parece un café?-- ella me sonrió y asintió, caminamos hacia la salida y justo antes de pisar el cemento, nos pusimos los zapatos, tome su mano y caminamos hacia mi auto.
--¿A donde vamos?-- me miró y yo puse a andar, le sonreí y la miré por el rabillo de mi ojo, miraba por la ventana abierta, su cabello se movía
Sonreí --ya te dije que iriamos a tomar un café-- la miré en el semáforo, me miraba seria, con el ceño fruncido
--ya lo sé, pero ¿donde?-- presione el acelerador
--es una cafetería cerca de mi casa, Rose, una abuelita atiende, calido y los mejores cafés que puedas probar--
--¿Vives cerca de acá?--
--Si-- suspiré --como a cuatro calles de la playa, de hecho la cafetería queda a dos calles mas allá-- ella solo me miraba, me ponia muy nerviosa su mirada
--Oh, esta bien-- se quedo unos segundos en silencio --podríamos pasar a tu casa, la quiero conocer--
-Mejor que no la conoscas-- sonreí, digamos que vivo con el idiota de mi hermano, Harry, que tiene una fascinación por, o incomodar, o molestar, a las chicas que llevo a casa
--¿Por que no?-- hizo un estupido puchero --tu conoces mi habitación, ¿por que no podría conocer la tuya?
--Es distinto-- sonreí --Por obligación debo conocerla-- suspiré --No es que sea una obligación estar contigo o algo, he hecho te hacen elegir los pacientes-- la miré y se ruborizo como la vez anterior, tomo su cabello y se puso a mirar por la ventana --De hecho, los folletos tienen fotos, y tu llamaste bastante mi atención-- se volteó y me miró fijo --estabas roja y tenias los ojos como entrecerrados
--¡¿Que?! ¡Pusieron la foto cuando estornude! ¡Esto no se vale!-- me comence a carcajear --¡Que verguenza!
--No te preocupes, solo yo y Alexa y todo el personal del hospital la vimos-- me reí
--ja, ja-- imito una risa agudizando su voz --me dijeron que pondrían la otra
--no te preocupes Lunna-- me reí --apareces bastante guapa en la fotografía, es solo que dentro del expediente aparecen todas las fotografías o intentos de estas para mostrar si tiene agresividad, impaciencia o -- suspiré --alergia-- estallé en risas nuevamente
--Estas graciosita hoy, ¿verdad?-- la miré y asentí
--Siempre soy asi, Matt, es solo que siempre nos vemos en la clínica, y digamos que el ambiene me vuelve un poco mas seria, aunque, tu sabes, no soy muy seria-- por el rabillo del ojo pude ver como sonreía
--Esta bien-- suspiró --¿Falta mucho?
--No, de hecho, a la vuelta de esta esquina está--
Me estacioné en frente de la cafetería y le abrí la puerta a Matt para que pudieramos ir a comprar, le señalé una mesa que tenía una bonita vista, me senté frente a ella.
--¿Que te gustaría comer?-- miró hacia los carteles y comenzó a hacer ruiditos como si estuviera pensando
--Un café expresso, cargado-- sonreí
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Caso 301.
Teen Fiction-¿Quien es la siguiente Alexa? -Es la señorita Lunna, 19 años, atea, un caso difícil- suspiró -a estado a cargo de tres voluntarias, y nada, su expediente es el 301- ------------------- Historia con contenido homosexual, cualquier comentario ofensiv...