Carta 32

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Hola cariño:
¿Gustas hablar de mi sonrisa?
Sonrío, sonbríamente, despacio, jamás para enamorar, porque no quiero hacerlo, ¿sonrío? Quizá de satisfacción por nada, porque soy anormal, una sonrisa encogida de hombros, una sonrisa desinteresada, ¿por qué hablo estas cosas? Puede que no te interese y no te culpo, a mi me interesa mucho menos, porque es estúpido, ni siquiera tengo sonrisa, porque es estúpido sonreír así como es estúpido vivir, porque siempre vivo y voy a vivir sin sonrisa.

Tiñe de azul mis sentimientos. ¿Por qué? Quizá sólo por antojo, Jajaja.

Cartas al infinitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora