Abrió la puerta de su patio y salió por ella. Hoy era el día, hablaría con ella.
11:59, la hora se acercaba. Cruzó la calle y tocó la puerta de la señora Rose.
—Hola, Daniel—saludó su vecina.
—Hola, señora Rose—apenas pudo terminar su frase porque el sonido de un motor muy conocido se acercó a ellos.
Era ella...
Por fin había tomado le decisión de interactuar con ella, lástima que solo había sido un sueño.
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Mediodía
NouvellesPorque no le importaba sólo verla unos segundos, siempre era puntual. [Historia corta] [Todos los derechos reservados] Todos los créditos de la portada a @EditorialHelike, gracias por su magia.